Frente a la máquina impresora de 130 años, aún en funcionamiento, Julio Méndez Rivero, artista de la plástica y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en su filial de Holguín, evoca con la mirada húmeda por la nostalgia el surgimiento del Taller de Grabado, creado el 12 de noviembre de 1969. Desde la emoción, accedió al diálogo en exclusiva para Radio Angulo Digital.
¿Julio, cómo era la vida holguinera en torno a este Taller?
«No solo era un Taller de Grabado. Era un centro de promoción y desarrollo de la cultura; un lugar muy interesante, tanto que de aquí surgieron proyectos como el Centro Cultural Plaza de la Marqueta y la Sala de Conciertos, con el concurso de muchas instituciones y creadores que en aquel momento no podían ser independientes».
¿Cuál fue el impacto en Cuba del Taller de Grabado?
«Este Taller convirtió a Holguín en capital del grabado. Llegaban artistas desde La Habana, Santa Clara, Santiago de Cuba… recuerdo al santiaguero Miguel Angel Lobaina Borges, quien venía a imprimir aquí, a pesar de tener talleres en esa provincia».
¿Qué otros artistas recuerda en este lugar?
«Aquí coincidimos con el maestro Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas; también recuerdo a José Manuel Contino, Adrián Bruzón, Leticia Leyva y Jorge Aguilar».
¿Considera que hay una deuda con la historia y los artistas del grabado en Holguín?
«Tenemos una deuda enorme. Me gustaría que volvieran a rescatar el Taller de Grabado. Caló tato que aquí vinieron a vivir familias con el objetivo de dirigir varias instituciones de la cultura. Surgieron proyectos como el Hotel Caribe, hoy Don José; la primera hojalatería se convirtió en Casa del Tabaco, el punto de agua en la Casa Marco y muchos recuerdan también el nacimiento de la Imprenta Lugones. Fue surgiendo así lo que culturalmente quería y necesitaba Holguín en ese momento. Imposible que olvide el apoyo que nos brindó Jorge Luis Sierra Cruz, primer secretario del Partido, entonces».
¿Y la prensa de aquellos años?
«Hasta aquí traían, en una guagüita, a los periodistas del Diario ¡ahora! que entonces radicaba en lo que hoy es el Combinado Poligráfico José Miró Argenter. Y se hacían tertulias en las que la prensa podía intercambiar permanentemente con los artistas».
¿Es cierto que Fidel Castro Ruz, el líder histórico de la Revolución Cubana, lo visitó?
«Sí, aquí estuvo Fidel, recorrió el Taller y pronunció un gran discurso. Y recuerdo que conversé un gran rato con él, estaba acompañado de Sierra Cruz».
¿Qué hace falta para devolverle el esplendor al Taller?
«Ante todo, buscar un líder. Los tiempos cambian, los materiales son otros. Se pueden comercializar las obras. Y ahí están los estudiantes de la Academia Regional de Artes Plásticas El Alba para que utilicen el Taller de Grabado en su beneficio. Definitivamente creo que hay que rescatar el Taller de Grabado».
Con la emoción de un Quijote que cabalgó junto a una ciudad y sus sueños artísticos, Julio Méndez Rivero cree posible un renacer del Taller de Grabado de Holguín, cuyo inmueble de arquitectura colonial está ubicado en la céntrica esquina de las calles de Luz y Caballero y Mártires.
Por estos días se aprecia en ese sitio un posible despertar, gracias a la exposición «Presión necesaria» del artista Yosvani Rodríguez Batista, dedicada al aniversario 54 de este ícono del grabado cubano.
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