Niños cubanos

Proteger a los niños, compromiso de Cuba bajo cualquier circunstancia

Las celebraciones por el Día de los niños acontecen este 21 de julio en Cuba en un escenario socioeconómico complejo. Hoy no será un día de abundancias y lujos, pero la familia e instituciones culturales y deportivas, y muchas otras entidades que se suman a estos festejos, procurarán un ambiente feliz para que los pequeños de casa perciban lo menos posible la difícil situación que atraviesa el país.

Ahora existen menos recursos para poder satisfacer las necesidades indispensables relacionadas con la alimentación y la atención médica de alta calidad, pero Cuba no renuncia al compromiso de garantizar a los niños y niñas el derecho a crecer sanos y recibir educación, así como a la igualdad de oportunidades para su desarrollo y participación en la sociedad.

Aunque el Estado no cuenta en estos momentos con los recursos que desearía para impedir las desigualdades sociales que afloran ya, con esfuerzos protege a las poblaciones infantiles vulnerables o en situación de discapacidad, y procura un ambiente social sano alejado de cualquier manifestación de violencia, explotación laboral infantil, corrupción de menores o abuso sexual.

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No obstante,  aún existen problemas que afectan el buen desarrollo de la niñez y la adolescencia. En ese sentido hay que prestar mayor atención a los hogares disfuncionales, a los de bajos ingresos monetarios y viviendas deterioradas y a las familias con hábitos y conductas delictivas.

Proteger todavía más a los que viven en lugares de difícil acceso, insistir en la prevención del embarazo en la adolescencia y estar más atentos al uso excesivo de Internet y las redes sociales, a señales de acoso escolar, comportamientos agresivos o al más mínimo indicio de consumo de drogas, en el caso de los adolescentes.

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El amparo de los más pequeños responde también a la responsabilidad de la familia y la escuela de inculcar desde edades muy tempranas valores humanos y cívicos esenciales.

Toca a todos los actores de la comunidad velar por el cumplimiento de las disímiles políticas de cuidado y resguardo a los miembros más jóvenes de la sociedad y ratificar la máxima martiana de que “los niños son la esperanza del mundo”.

La Convención sobre los Derechos del Niño entró en vigor en Cuba el 20 de septiembre de 1991, y de esta manera, los derechos de la niñez y la adolescencia quedaron refrendados en un cuerpo legal.

Asimismo, la Constitución cubana vigente establece en su artículo 86 la obligación del Estado, la sociedad y las familias de brindar especial protección a las niñas, niños y adolescentes y garantizar su desarrollo armónico e integral.

Yamila Pupo Otero
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