Corazones, prevención de drogas

Prevenir el consumo de drogas en la adolescencia, prioridad de hoy

La prevención del consumo de drogas en edades vulnerables como la niñez y la adolescencia debe analizarse con un enfoque integral,  multisectorial y con una participación activa, tanto del individuo, la comunidad y la familia como de la sociedad. Sobre este tema que revierte especial interés, la especialista de segundo grado en Psiquiatría, quien además es miembro de la comisión de prevención en la ciudad de Holguín y asesora metodológica de salud mental infanto juvenil, Liliana Padrosa Leyva, comparte ideas esenciales que la familia holguinera debe tomar en cuenta.

Liliana Padrosa Leyva, asesora de salud mental infanto juvenil, Holguín
Liliana Padrosa Leyva, asesora metodológica de salud mental infanto juvenil en Holguín. Foto: Maylín Betancourt Verdecia
En un primer acercamiento al tema del consumo de drogas en la adolescencia, ¿Qué cuestiones debe conocer la familia holguinera?

“Para referirnos a las medidas preventivas, en primer lugar tenemos que ver el enfoque que se le da al problema del enfrentamiento a las drogas, debe ser un enfoque integral porque debe tener una participación activa, en primer lugar, el individuo, la familia, la comunidad y la sociedad, de forma general.

“En cuanto a las medidas preventivas, tenemos que ver, que a la hora de actuar en consecuencia al enfrentamiento de las drogas en niños y adolescentes, hay que actuar sobre el adolescente o sobre el niño desde el ámbito familiar, desde el ámbito escolar y desde el ámbito comunitario.

“En primer lugar hay que identificar cuáles son los factores de riesgo que tienen que ver con el consumo de drogas, con esto me refiero a cualquier tipo de consumo de droga o de adicción”.

¿Qué factores de riesgo identifica el campo de la salud mental que  propician el consumo de drogas?

“Entre los factores de riesgo individuales, en el caso de los niños, se identifican la baja autoestima, la baja tolerancia a las frustraciones, pocos mecanismos para el enfrentamiento a los problemas de la vida cotidiana, las características patológicas de la personalidad, lo que llamamos rasgos anómalos de la personalidad, que los pueden llevar a cualquier tipo de consumo de drogas.

“También en lo referente a las patologías de los niños, desde el punto de vista psiquiátrico, se considera cualquier tipo de trastorno mental compensado o no, al valorar antecedentes de cualquier tipo de enfermedad. Otro elemento a tomar en cuenta son los modos y estilos de vida, con una influencia negativa en la aparición de cualquier tipo de adicción.

“En lo referido a la familia, se deben valorar si existen antecedentes de algún familiar con adicción, lo cual contribuye a que los niños y adolescentes puedan en el futuro desarrollar algún tipo de adicción, porque son patrones de conducta que van a aprender. Además las actitudes psicopatógenas de los padres, pues en ocasiones en la familia uno de los progenitores padece determinadas patologías que no son atendidas por el personal calificado.

“Por otro lado tenemos las situaciones socioeconómicas, entre ellas la per cápita familiar, la ocupación, donde influye mucho el desempleo. Desde el punto de vista comunitario, uno de los factores de riesgo que pueden incidir es la escasez de espacios de esparcimiento y recreación”.

“La deserción laboral y escolar es otro principio a tomar en cuenta. Las conductas adictivas en las comunidades, es decir, vemos grupos de adultos y adolescentes que como forma de recreación se dedican al consumo de algún tipo de droga, puede ser alcohol, el hábito de fumar u otras, con una incidencia negativa.

“También existen factores de riesgos escolares, entre los más conocidos la población debe tomar en cuenta la disminución del rendimiento académico, la desmotivación escolar, la deserción, la sobreexigencia, la falta de control, problemas de conducta o alteraciones del comportamiento que nos pueden llevar a encender un bombillo rojo y hacer pensar que el niño o adolescente puede estar consumiendo. También desde el punto de vista escolar tenemos las ausencias reiteradas a la escuela, las fugas, los problemas de indisciplina, cuando no se respetan las normas y las leyes ni en la escuela, ni el hogar.”

¿Cuál es la incidencia del consumo de drogas en este grupo etario en la Cuba de hoy?

“Las adicciones se consideran una pandemia porque han afectado al mundo y han ido en aumento a nivel mundial y Cuba no está exenta porque somos un punto vital geográficamente, al estar rodeados de países que comercializan y trafican drogas. A pesar de los esfuerzos, tenemos una incidencia a nivel del país y Holguín es una de las provincias donde hay una mayor incidencia de las adicciones, tanto en adultos, como en adolescentes”.

¿Qué rango de edades son los de mayor incidencia en cuanto al consumo de drogas?

“A nivel internacional estudios estadísticos afirman que se ha visto una alta incidencia y una mayor morbilidad e incluso la aparición temprana de conductas de riesgo que favorecen la aparición de las adicciones. Por ejemplo, en el caso del tabaquismo podemos mencionar que a nivel mundial, donde Cuba no está exenta entre los 12 y los 13 años de edad puede aparecer ya el consumo de tabaco, de forma general.

“En segundo lugar, la más frecuente es el alcohol, con una aparición temprana también entre los 12 y 15 años de edad, que puede llegar hasta los 70 años. Y en tercer lugar, la droga más frecuente en el mundo, la marihuana, se asocia a otras drogas, porque las dos primeras son drogas porteras. Entonces entre los 13 y 17 años de edad se puede experimentar la iniciación en el consumo”.

Infografía, drogas, consecuencias

¿Qué comportamientos pueden hacer sospechar a una familia que su hijo es víctima de este flagelo?

“En el caso de la marihuana, la más común, luego del tabaquismo y el alcohol vemos que el adolescente generalmente comienza a tener problemas de convivencia en el hogar. Ya no respeta las normas, ni las reglas en el ámbito familiar, pero también lo va a hacer en el ámbito social y escolar. ¿De qué forma? comienza a desmotivarse por la escuela, a tener ausencias reiteradas o fugas tanto de la escuela como del hogar. En ocasiones hemos observado que el adolescente comienza a deambular durante el día y las noches.

“Muchas veces ocurre la pérdida de algunos objetos de valor de la casa, que pueden ser cosas materiales, dinero, donde el adolescente presenta síntomas y signos que nos hacen pensar a nosotros los especialistas y también a la familia que puede estar consumiendo algún tipo de droga. Se ponen irritables, agresivos, rebeldes, con frecuencia no aceptan la palabra no, con muy baja tolerancia a las frustraciones. En ocasiones además de estar irritables y agresivos, pueden deprimirse porque es una de las consecuencias del consumo.

“Puede producir depresión y también conductas autolesivas, suicidas, que los pueden llevar incluso al suicidio. Se comienza a ver que ya el adolescente tiene situaciones, problemas que le interfieren la convivencia dentro del hogar y que compiten con el buen funcionamiento familiar, pero también escolar, porque comete indisciplinas en la escuela, puede caer en peleas físicas, no cumple con el reglamento escolar, baja su rendimiento académico y puede llevar a esta desmotivación escolar”.

¿Qué atención reciben los jóvenes y adolescentes que consumen drogas por el sector de la salud?

“Hay que tener en cuenta que el primer eslabón para la atención de pacientes con cualquier tipo de adicciones es la Atención Primaria de Salud (APS), formada por el equipo básico de salud (EBS), o sea, el médico y enfermera de la familia, estos dos profesionales son los primeros encargados de hacer la pesquisa en su comunidad de los grupos de riesgo. Entre estos grupos de riesgo se encuentran los adolescentes y las familias de riesgo.

“Una vez detectado un paciente con este tipo de adicción o de riesgo para el consumo, se remite al equipo de salud mental que hay en cada área de salud, compuesto por psicólogos, psiquiatras infantiles o de adultos y el trabajador social, entre otros. Entonces, una vez que el paciente está diagnosticado con algún tipo de adicción, la conducta es el ingreso en el centro hospitalario.

“Tenemos el hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja con una sala de psiquiatría infantil donde hay dos cubículos destinados a este fin, con una atención inmediata, porque viene la fase de desintoxicación del paciente, que es una primera etapa y luego pasa a una segunda etapa, que dura más o menos entre 7 y 21 días, que sería la deshabituación y la rehabilitación del paciente, esta última en la comunidad con el equipo de salud mental”.

La voluntad gubernamental de prevenir el consumo de drogas está encaminada a proteger la salud y el bienestar de los jóvenes, así como a promover un desarrollo saludable y una vida plena y satisfactoria en el futuro.

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