De una forma muy sintética se considera que la valoración y percepción que una persona tiene de sí misma es lo que se conoce como autoestima. Se trata de la medida en la que alguien se aprecia, respeta y acepta a sí mismo, influyendo en su autoconcepto, su confianza y su bienestar emocional. En nuestro anterior encuentro comentamos que para alcanzar plenitud en todas las áreas de nuestra vida es muy importante poseer una autoestima adecuada, pues ella influye en la manera de proyectarnos y contribuye al éxito o al fracaso en nuestra interacción social y logros personales.
La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido conformando durante nuestra vida. Por ejemplo, creemos que somos capaces o incapaces, nos gustamos o no.
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Las múltiples impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se juntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en una incómoda sensación de no ser lo que esperábamos. El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido en el medio en que nos desarrollamos, mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros.
Es en la edad más temprana cuando se va moldeando el concepto de uno mismo, y aunque esto no sea completamente inmodificable, es en esta fase cuando estamos creando unas bases que perduran en el tiempo. El niño compara su yo real con su yo ideal y se juzga a sí mismo por la manera en que alcanza los patrones sociales y las expectativas que se ha formado de sí mismo y de qué tan bien se desempeña.
Comprendiendo esto todas las personas desearían poseer una buena autoestima, lo cierto es que no todas lo logran, por diferentes razones. En este momento puede que te hagas las siguientes preguntas: ¿Se puede mejorar la autoestima? ¿Puedo alcanzar una buena autovaloración?
Existen varios factores que pueden hacer que nuestra autoestima no se constituya de buena manera. Para mejorarla es útil evaluar estos factores.
– Tener demasiado en cuenta la opinión de los demás sobre nosotros mismos. Es normal que nos guste sentirnos queridos y halagados, pero no es bueno necesitar la constante atención y aprobación de los demás para sentirnos bien. Hay que evitar la tendencia a complacer a los otros. Por otro lado, hay personas que se rodean de otras que les hacen daño con sus constantes reproches, críticas destructivas o desvalorizaciones.
– La tendencia a hacer comparaciones con lo que pensamos que son las otras personas. No sólo es necesario considerar que no sabemos mucho sobre cómo son verdaderamente las personas con las que nos comparamos, sino que es importante darse cuenta que lo que sirve para ellas no tiene por qué ser válido para nosotros. Esta comparación puede derivar en una forma de “envidia” o “celos” que no sólo debilitan nuestro autoconcepto, también genera frustración y tristeza.
– La tendencia a evitar los retos. Es mejor hacerlo y fracasar que dejar de intentarlo. Evitar los retos desarrolla la creencia de que no somos capaces y entramos en un estilo de evitación y auto-justificación. Aprende de los errores y sobre todo, aprecia los aciertos.
– Postergar o procrastinar, es decir, dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Mejorar la autoestima es también mejorar tu productividad personal.
– El perfeccionismo, o querer hacerlo todo bien, lleva a sentirse culpable si no se consigue, sobre todo en lo que respecta a los demás. El perfeccionismo nos paraliza y nos bloquea.
– Permanente insatisfacción con la vida. Hay que desengancharse de la queja para vivir mejor. La tendencia a verlo todo negro y quejarse con frecuencia amarga nuestra existencia.
– Valorar las críticas de manera incorrecta, atendiendo solo a las destructivas (aquellas que nos hacen daño, que no nos aportan) y obviando las buenas. Enseña a los demás a tratarte bien, actuando con asertividad, para poner en su lugar a quienes te critican de un modo ofensivo y destructivo.
Aquí tienes algunos consejos para mejorar o empezar a construir una autoestima positiva y sana.
- No te juzgues y acéptate. No utilices juicios de valor. Sustitúyelos por descripciones de la realidad. Cuando te des cuenta de que estás siendo demasiado crítico contigo, es decir, si estás juzgándote con adjetivos y juicios de valor, contrarréstalos describiendo la situación y aceptando tu conducta y reacciones.
- Ponte como objetivo hacer las cosas en vez de exigirte hacerlas perfectas. Algunas personas se acaban paralizando debido a sus ansias de perfección. En lugar de frenarte con exigencias, piensa en lo que quieres hacer y simplemente hazlo.
- Céntrate en tus habilidades. Debemos acostumbrarnos a observarlas y apreciarlas. Todos tenemos algo o hacemos algo de lo que podemos sentirnos orgullosos. Debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta.
- Aceptar los errores y considerarlos como oportunidades de aprendizaje. Podemos tener fallos y cometer errores, esto no quiere decir que en todos los aspectos de nuestra vida seamos desastrosos. Acepta que cometerás errores, todo el mundo los comete, forman parte del aprendizaje.
- No te compares. Todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas (puntos fuertes y puntos débiles).
- Confía en ti mismo, en tus capacidades y en tus opiniones. Actúa siempre de acuerdo con lo que piensas y sientes, sin preocuparte mucho por la aprobación de los demás.
- Acéptate. Es fundamental que siempre nos aceptemos. Debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos personas valiosas.
- Esfuérzate para mejorar. Debemos superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estamos satisfechos. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.
- Prueba cosas nuevas. Experimenta con diferentes actividades que te pongan en contacto con tus aptitudes y siéntete orgulloso de las nuevas habilidades que adquieras.
- Identifica lo que puedes cambiar y lo que no. Si te das cuenta de que hay algo tuyo que no te hace feliz y puedes cambiarlo, empieza ahora mismo. Si se trata de algo que no puedes cambiar, como por ejemplo tu estatura, empieza a trabajar para quererte y aceptarte tal y como eres.
- Fíjate metas. Piensa en qué te gustaría conseguir y luego diseña un plan para hacerlo. Anota tus progresos.
- Siéntete orgulloso de tus opiniones e ideas. No tengas miedo de expresarlas.
- Pásatelo bien y ríete. Disfruta pasando tu tiempo con personas que te importan y haciendo cosas que te gustan. Relájate, la risa es una expresión emocional que proporciona salud y mejora el estado de ánimo.
Algo que debes tener muy claro: La autoestima nunca va a depender de lo que tienes, de lo que sabes o de lo que eres, va a depender siempre de la aceptación personal.
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