Indisciplinas sociales, Holguín

Indisciplinas sociales: ¿Los culpables?

Las indisciplinas sociales son frecuentes en la ciudad de Holguín, los responsables son cuatro personajes que representan a nuestra población en general: Todo el mundo, Cualquiera, Alguien y Nadie. Todo el mundo está consciente de los problemas, Cualquiera podría hacer algo, pero no actúa porque piensa que Alguien lo hará y al final quien asume la labor es Nadie.

Vemos instalaciones públicas maltratadas y cualquiera puede darse cuenta de que no es solo el paso del tiempo el que produce ese deterioro, sino que alguien tuvo que poner su mano, quizás sin tener conciencia del daño que ocasiona, pero nadie hace nada al respecto.

Algunas paradas parecen murales pictóricos llenos de garabatos y nombres de parejas, como si de la pared del amor se tratase. Además son marcadas por las huellas y no precisamente del tiempo, sino de algún zapato.

Igualmente, estos sitios  —en no pocas ocasiones— son usados como baños públicos provocando olores desagradables y la proliferación de enfermedades.  Agreguemos a ello que alguna que otra esquina se convierte en un vertedero improvisado afectando al ornato comunitario.

Nuestros distintivos parques también son víctimas del maltrato: sus bancos, monumentos, tarjas históricas y ornamentación; y lamentablemente aún no son suficientes y efectivas las acciones para su protección y cuidado.

Asimismo, son comunes palabras obscenas y groserías en público, todo el mundo las escucha y cualquiera las pronuncia, y aunque a alguien le molesten su voz no siempre es escuchada porque prácticamente nadie encara este comportamiento que puede ser considerado ofensivo e ilegal.

La música estrepitosa a altas horas de la noche, que todo el mundo la escucha y que a cualquiera le molesta, continúa contribuyendo con la contaminación sonora. A las modernas bocinas portátiles ni siquiera el apagón puede callarlas. Pero, cuando alguien se queja hasta puede llegar a caer mal y muchas veces nadie hace algo al respecto.

A nuestros hospitales, que todo el mundo alguna vez ha necesitado de sus servicios, los despojan de cualquier cosa que quepa en una mochila. Cualquiera es testigo de este delito, quizás alguien con un poco de conciencia puede darse cuenta de que no le están haciendo un mal al Estado sino a la propia población, pero en cuestión prácticamente nadie actúa frente a esta situación.

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Al final, nadie es el miembro más activo de nuestra sociedad, nadie es el más preocupado, el que está dispuesto a hacer, el que piensa como país. Todo el mundo quiere disfrutar de una hermosa y tranquila  ciudad, cualquiera pudo hacer algo al respecto, alguien pudo tomar parte en el asunto, pero como nadie se dignó a obrar…

Este es un llamado a todos a tener conciencia, cualquiera puede cooperar, no esperar a que alguien lo haga porque si tú mismo no lo haces, nadie lo va a hacer.

Alvaro Raúl Suárez Leyva
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