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Sin el amor no podría existir la familia como célula fundamental de la sociedad. Foto: Archivo

La verdad y la alegría en toda creación

Sobre el amor se puede escribir cada día de nuestra existencia. En realidad no debe haber una única fecha en el calendario para festejarlo, porque este existe todos los días, cuando le damos el primer beso a nuestro hijo para que despierte en la mañana o cuando le decimos a la pareja que la amamos.

Sobre el amor vale hacer algunas reflexiones. Muchas personas dicen que el amor es ciego, cuando conocen una pareja que nadie entiende por qué se quieren tanto. Sobre esto el famoso escritor inglés William Shakespeare dijo: “El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que se comenten.

En tiempos de la globalización neoliberal existen amores imposibles, aún cuando quedaron atrás los tiempos de Romeo y Julieta, pero todos nos acordamos del amor entre Diana de Gales y Dodi Al Fayed, quienes murieron en un accidente de tránsito el 31 de agosto de 1997 en París, sin recibir la aprobación de la Corona Británica, que veía mal que la madre de los príncipes Guillermo y Harry tuvieran un padrastro de la talla del egipcio, solo por la descendencia africana del millonario. Lo cual me recuerda la famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta: “El amor, para que sea auténtico, debe costarnos”.

Jean-Baptiste Poquelin Moliére al hablar sobre este tópico dijo con mucha razón: “Un amante apasionado ama hasta los defectos de la persona a quien ama”. Mientras Nervo Amado expresó jocosamente: “¿Si no te quieren como tu quieres que te quieran? ¿qué importa que te quieran?

La relación amor-deseo debe desligarse si nos llevamos por el pensamiento de José Ortega y Gasset cuando argumentó: “El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho”.

Muchos dicen que el amor esta marcado por el fuego y la locura y que sin estos dos aspectos no existen es amor por un día, quizás por esa razón Giovanni Papini razonó: “El amor es como el fuego, que si no se comunica se apaga. En cambio un proverbio latino dice: “Es una locura amar, a menos de que se ame con locura”.

Otro como el destacado escritor español Gustavo Adolfo Bécquer explicó: “Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida: ¿sabes a dónde va?”.

Y es que el amor se nos vuelve, a veces, travieso, y como un bebé juguetón nos hace movidas inesperadas , algo que se refleja en la meditación de Jean de la Fontaine cuando escribió: “Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas”.

Es lamentable conocer a personas que le teman al amor ante el pánico al fracaso. A ellas les digo este pensamiento de Stendhal: “El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más hermosa de su vida, aunque para José Ortega y Gasset: “Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre el.

Para el importante escritor Miguel de Cervantes y Saavedra “puede haber amor sin celos, pero no sin temores”, en cambio para el físico y Premio Nobel Albert Einsten: “al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos”.

El amor entre un hombre y una mujer se deben llevar tanto en tiempo de triunfos como de dificultades. Todo se debe compartir. Un éxito de ella también es de él. Un problema del marido también es de la esposa. Sobre este importante aspecto el escritor francés Antoine de Saint-Exupery sintetizó: “Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección”.

Vale resumir con lo que citó el poeta y pensador hindú Rabindranath Tagore: “El Amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación”.

José Miguel Ávila Pérez
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