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Nutrición deportiva: desafíos en Juegos Olímpicos

Los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna carecían de Villas para el alojamiento, los deportistas bebían vino y degustaban alimentos supuestamente potenciadores de energía.

Con el paso de los años, las cosas cambiaron sustancialmente, y la alimentación de los deportistas se convirtió en uno de los elementos esenciales para potenciar y preservar sus rendimientos.

El alcohol es casi un pecado en las Villas Olímpicas y los menús deben ser lo suficientemente abarcadores para satisfacer todas las exigencias, a partir de hábitos y costumbres. Gluten, lactosa, vegetarianos, veganos, carnívoros y todo el concierto de verduras y frutas; cereales y tubérculos; leguminosas y alimentos de origen animal (…).

Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, a partir del 26 de julio, tendrán las miradas del mundo puestas, asimismo, sobre las maravillas de la famosa tradición culinaria francesa, como igualmente de la innovación y propuestas vanguardistas con impacto en toda la sociedad internacional.

La irrupción del dopaje en las competiciones y bebidas o comidas que puedan asociarse a algunas sustancias, hicieron aún más difícil la cuestión nutricional de los atletas. Es, por tanto, una tarea gigante de los comités organizadores de los eventos garantizar una alimentación sana y exenta de sustancias prohibidas.

En mis experiencias en Juegos Olímpicos he conocido prácticamente a todas las Villas, bajo estrictas medidas de seguridad y con el componente de asociar el acceso a las chucherías de forma ilimitada como el aspecto divertido de la alimentación.

La primera tesis del doctorado de Salud y Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), de la cual conoció Prensa Latina, se concentra precisamente en la trayectoria nutricional olímpica a lo largo de la historia.

Es una investigación llevada a cabo en el marco de los grupos FoodLab y Epi4Health de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, dirigida por los investigadores F. Xavier Medina y Laura Esquius, repleta de anécdotas.

“En las primeras ediciones no había villas olímpicas, los atletas eran amateurs, bebían vino y todavía pensaban, como en la antigua Grecia, que si comían pata de cabra tendrían la fuerza de una cabra. Hoy, hay que preparar 50 mil comidas cada día, informar bien, incluir opciones vegetarianas y velar por la sostenibilidad”, comentó el autor de la tesis, Xavi Santabárbara Díaz, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con dos másteres en la UOC.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Transcurrieron cerca de 130 años desde que en 1896 se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era Moderna y desde entonces las transformaciones y evolución de las disciplinas deportivas han sido colosales.

Al punto de que un deporte como la natación no se concebiría el éxito de ondinas y tritones sin la alimentación correcta y especial. Desde cierto punto, la explicación del por qué es tan difícil encontrar a nadadores de los países en vías de desarrollo entre los más triunfadores.

La investigación de Santabárbara Díaz, titulada Evolución y cambios en la nutrición deportiva, la provisión de alimentos y la gastronomía en los Juegos Olímpicos de la era moderna (1896-2020), la investigación de Santabárbara analiza los informes del COI) de todas las ediciones de verano desde 1896 hasta 2020.

Tomando en cuenta que las guerras hicieron suspender algunas y la pandemia de la Covid-19 retrasó la última, el experto subrayó que si bien sus estudios se basan en los nutrientes que mejoran el rendimiento, vale la pena hacerlo desde los antecedentes hasta la realidad actual.

“En 1988, en Seúl, los organizadores utilizaron la gastronomía para potenciar a Surcorea. Desde entonces, el kimchi (col asiática fermentada). O en Tokio 1964 con la dieta de bolas de arroz y pescado de la selección femenina de voleibol, ganadora de la medalla de oro”, recordó.

A partir de la victoria de las conocidas Niñas Magas del vóley nipón, comenzó la andadura de la dieta del país del Sol Naciente, que nos lleva a los populares menús de la actualidad de los sushi o sashimi o ramen.

“La nutrición deportiva ha pasado de ser anécdota y mito a una especialidad consolidada basada en la evidencia científica. Y los Juegos Olímpicos lo ponen de relieve. Por ejemplo, a principios de siglo se consideraba que las proteínas eran lo más importante. A mediados de los años cuarenta, las investigaciones ya determinaron que lo que da energía es el hidrato de carbono”, valoró el profesor Santabárbara Díaz.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en los Juegos Olímpicos de Helsinki, ya se tenía en cuenta la importancia de los hidratos, acotó.

De París 2024, el investigador a cargo del estudio de la UOC observará si en la Ciudad Luz se cumplen los tres ejes que se ha marcado el COI en el ámbito de la nutrición deportiva: incidir en la producción local y abaratar los costes del transporte de materias primas; establecer políticas claras de aprovechamiento de alimentos y reducción del derroche, y fomentar las opciones de proteína de origen vegetal.

“Dentro de un par de años, cuando tengamos el informe, veremos cómo se ha hecho. También veremos cómo París posiciona la gastronomía de la ciudad y del país. Y, sobre todo, la sostenibilidad será un reto”, argumentó.

Los grandes acontecimientos deportivos, “pueden ayudar a impulsar el desarrollo social, el crecimiento económico, la salud, la educación y la protección ambiental, especialmente si forman parte de políticas a largo plazo coherentes y sostenibles en el ámbito municipal, regional y nacional”.

Comentario de Fausto Triana, corresponsal jefe Prensa Latina en España

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