Habilidades sociales

Desarrollar habilidades sociales abre puertas en la vida

Todos conocemos personas que tienen éxito en lo que se proponen, logran fácilmente relacionarse con los demás, resuelven sus problemas y conflictos con facilidad, se muestran desenvueltas, seguras y se ganan la simpatía de los seres humanos con los que se relacionan. A menudo escuchamos comentarios como estos: “fulano tiene tremenda suerte”, “esta mujer vino al mundo con buena estrella”, “hay gente a la que se le abren los caminos” o “este es de los que se cuela por el ojo de una aguja”. Pero la suerte, la buena estrella, los caminos abiertos, y la capacidad de colarse por el ojo de una aguja que tienen esas personas reside, la mayoría de las veces, en que han desarrollado adecuadamente las habilidades sociales.

¿Qué son las habilidades sociales?

Las habilidades sociales son conductas que nos permiten relacionarnos e interactuar con los demás de forma efectiva y satisfactoria, esto posibilita que nos sintamos competentes y capaces en diferentes situaciones y escenarios. Las pone en práctica un individuo en un contexto interpersonal, que con una actitud valerosa, expresa sus sentimientos, deseos, opiniones y derechos de un modo adecuado a la situación, respetando las ideas y conductas de los demás. Todo ello permite que, por lo general, se resuelvan los problemas y se minimice la probabilidad de futuros conflictos. Es por ello que desarrollar tales habilidades nos abre puertas en la vida.

Disponer de un conjunto de habilidades sociales nos facilita el entendimiento con los otros y nos evita conflictos. Estas competencias se van aprendiendo de forma natural a lo largo del desarrollo. Y, precisamente, por ser aprendidas también pueden ser enseñadas, potenciadas y perfeccionadas en cualquier momento de nuestra existencia, para así mejorar nuestras relaciones en todos las áreas: familiar, académica, laboral, etc.

Son muchas las definiciones para explicar lo que esto significa, no es mi interés entrar en teorías y conceptualizaciones, pero me parece válido señalar que todas las definiciones comparten un común denominador: conjunto de comportamientos eficaces en las relaciones interpersonales.

Relaciones de trabajo, equipo
Tener la capacidad de trabajar en equipo de manera armónica, conjugando intereses personales con los grupales, es una importante habilidad social. Foto: (Archivo)

Analicemos algunas ideas esenciales de la definición llevándolas a situaciones de la existencia cotidiana. En cuanto a que las habilidades sociales se desarrollan y se ponen en práctica en un contexto interpersonal debemos tener en consideración el examen de dicho contexto, es decir con quién, cuándo, dónde y cómo se emiten las respuestas habilidosas. Es lo que muchos denominan “lectura o percepción de ambiente”. La buena lectura o percepción del ambiente nos permite darnos cuenta si es el momento más idóneo para hacer o decir algo. Por ejemplo, en una mañana de trabajo te diriges a la oficina de tu jefe a pedirle autorización para ausentarte el fin de semana ya que tienes una celebración familiar, al llegar lo encuentras acalorado, con cara de contrariedad porque acaba de discutir con otro empleado por determinada situación. ¿Qué harías? Lo más inteligente sería retirarte y hacer tu solicitud en otro momento.

Otra idea explícita en el término es que el individuo expresa sus sentimientos, deseos, opiniones y derechos de un modo adecuado a la situación, respetando las ideas y conductas de los demás. Tú tienes derecho a expresar tus ideas, pero no imponerlas a los otros; eso implica respeto y consideración.

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Recuerda la muy conocida frase “respeta para que te respeten”. O la llamada Regla de Oro de la moral: “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”.

También se enunció que las habilidades sociales resuelven y minimizan problemas, pero para que así sea debes tener presente que las mismas están orientadas a ciertos objetivos. Estos pueden ser diversos: conseguir que te suban el sueldo, mejorar la relación en la esfera laboral, conservar la autoestima. Para conservar la autoestima resulta necesario el respeto a uno mismo, lo cual implica no sentirte inferior si no consigues lo que pretendías, ni criticarte por ello.

Comenté sobre esos individuos que se cuelan por el ojo de una aguja, los que nacen con buena estrella y se le abren los caminos con facilidad. ¿Qué tienen ellos que no tengan los demás? ¿Por qué hay personas que no desarrollan habilidades sociales? Puede ser debido a dificultades propias del sujeto o a dificultades inherentes al ambiente en que se ha desarrollado.

Las dificultades propias del sujeto pueden ser explicadas, a su vez, por dos hipótesis:
  • No poseen las habilidades sociales apropiadas, éstas nunca se han aprendido.
  • Tienen las habilidades sociales apropiadas pero existen factores que interfieren o limitan su puesta en práctica (ansiedad, bajas expectativas, pobre autovaloración, entre otras).

Con relación a las dificultades inherentes al ambiente se conoce que las habilidades sociales dependen de los estímulos y refuerzos ambientales, sobre todo, sociales. Así es importante analizar la calidad de las relaciones interpersonales con los compañeros, los profesores, el ambiente educativo, la familia y la comunidad.

Relaciones interpersonales
El ser humano es dialogante por naturaleza. Saber escuchar, demostrar interés por lo que dice el otro, es clave para sostener una buena conversación. Foto: (Archivo)

Quiero poner un ejemplo compatible con el caso de que estas habilidades existen pero hay factores que las inhiben o interfieren. Se trata de una persona con tendencia a pensamientos negativos. Ante el propósito o el deseo de conseguir una plaza mejor remunerada Ernesto piensa: “No me van a conceder esa plaza, a mí las cosas casi nunca se me dan”. Con esta visión Ernesto considera merecer un mejor puesto en su trabajo pero teme que no se lo concedan. El temor que experimenta va a provocar que no sea capaz de pedirlo, y por lo tanto pierde la oportunidad de conseguirlo. Los pensamientos negativos interfieren la acción pues generan tensión e inseguridad. Por otro lado esto también puede ser evidencia de una pobre autoestima y poca asertividad.

¿Se manifiesta el de manera socialmente habilidosa? ¿Podrá de esta forma alcanzar sus objetivos personales? ¿Es un problema de mala suerte? ¿Está condenado a no encausar su vida, a frustrarse? ¿Puede aprender a mejorar sus habilidades sociales?

Son buenas las noticias. Las habilidades sociales son un conjunto de comportamientos adquiridos y aprendidos y no un rasgo de personalidad. Ernesto puede entrenarse, puede aprender, puede mejorar. Pero… ¿Cómo? La respuesta a esta pregunta la podrás encontrar en un próximo comentario.

Por el momento quiero dejarte con un listado con doce habilidades sociales elementales que todos debemos practicar.
  1. Saber escuchar (no interrumpir, prestar atención, manifestar que se entiende, hacer preguntas).
  2. Iniciar y mantener una conversación.
  3. Dar las gracias.
  4. Presentarse uno mismo a otras personas.
  5. Tener la capacidad de dar instrucciones.
  6. Disculparse.
  7. Convencer a los demás.
  8. Pedir favores, hacer peticiones y solicitar cambios de conducta a otras personas.
  9. Aceptar o rechazar críticas.
  10. Ponerse en el lugar de los otros.
  11. Expresar quejas.
  12. Saber trabajar en equipo.

En muchos problemas psicológicos o mentales como la ansiedad y la depresión, el área de las habilidades sociales es una de las más afectadas, por lo que trabajar con ellas es básico en la rehabilitación psicosocial.

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