En nuestros dos últimos encuentros he comentado sobre los jefes tóxicos, su perfil psicológico, los elementos a tener en cuenta para identificarlos, los daños que ocasionan a la salud física y mental de los empleados que están bajo su mando, así como los perjuicios que causan a las empresas y organizaciones.
En el día de hoy vuelvo sobre el tema, así concluiré lo que bien puedo llamar una trilogía de comentarios dedicados a tan importante tema, pues la vida laboral constituye una de las áreas fundamentales de la existencia de la inmensa mayoría de los seres humanos. En esta entrega me propongo orientarte sobre cómo lidiar con un jefe tóxico, cómo actuar si estás en una situación de acoso laboral y qué puedes hacer en estos casos. Sé que es difícil, pero deberás intentarlo.
¿Qué puedes hacer para sobrevivir con un jefe tóxico?
Lo primero es tener claro cuáles son las características de este tipo de jefe para que puedas identificarlo. Te remito una vez más a nuestros dos artículos anteriores en los que ofrecí esa información.
Leer más: Inadecuados estilos de liderazgo: Caldo de cultivo para jefes tóxicos
Al principio será difícil no responder a las agresiones y alaridos recibidos por parte de tu superior, pero ante este tipo de acciones lo mejor es no responder con gritos ataques o insultos. Los jefes tóxicos son así con todos, o con la mayoría. No te lo tomes personal ni creas que es tu culpa la manera en que se comporta. Si el ataque va dirigido hacia ti, el conversar es una de las mejores opciones, busca el momento más adecuado y pregúntale con sutileza qué sucede.
Debes enfocarte en cumplir tu trabajo, hacerlo lo mejor posible, seguir las reglas e instrucciones evita roces. Aprende a trabajar en equipo, apóyate en los compañeros a diario para sobrellevar las situaciones que se den. Si eres nuevo en tu puesto, poco a poco irás aprendiendo a conocer a tu jefe, lo que le gusta, lo que le disgusta, y en especial qué lo lleva a actuar así, eso ayudará a mejorar la relación entre ambos. Procura estar siempre en constante aprendizaje y preparación, para ofrecer un mejor rendimiento en el lugar que ocupas, eso se verá en tu desempaño diario.
Ten claro algo, no debes permitir la humillación o el acoso laboral, y otra cosa, evita deprimirte por ello. Sé que la depresión no siempre es evitable, si llegara procura atención especializada.
Siete pasos para afrontar a un jefe tóxico
José Luis González de Rivera y Revuelta es autor, de “El Maltrato Psicológico” y “Crisis Emocionales”, entre otros libros. Estos dos que menciono son de la Editorial Escasa, por si te interesa buscarlos para profundizar en estas temáticas. Es un autor con experiencia en el campo del mundo empresarial. González de Rivera propone seguir siete pasos para lidiar con este espécimen de jefe al que hacemos referencia. Iré mencionando los pasos que propone este autor y haré un resumen de cada uno de ellos para facilitar, a partir de una síntesis, su comprensión.
Paso 1. Tomar posesión de tu vida en general y de la situación de acoso en concreto. Nadie va a hacer nada para salvarte, o sea que es mejor que asumas la responsabilidad de tu existencia. No te alteres, ya sé que te están haciendo la vida imposible, que los que están mal y tienen que cambiar son ellos, pero tu vida es tuya y el que responde por ella eres tú. Es importante darse cuenta de que no es lo mismo ser responsable que ser culpable. Tu jefe y los que le sostienen tienen la culpa de lo que te ocurre, pero tú tienes la responsabilidad de salir bien del rollo. Esperar ayuda de los acosadores es el primer gran error de un acosado. Suplicar, exigir, amenazar para que dejen de maltratarte sólo empeora las cosas.
Paso 2. Mantener la calma. Si encima de todo lo que estás sufriendo aceptas que estás solo en ello, lo más probable es que sientas una gran angustia. Está bien, eso es normal. Ahora tienes que mantener la calma, lo cual es totalmente imposible si no sabes cómo. Necesitas un método. Afortunadamente hay varias técnicas, de las cuales el entrenamiento autógeno tiene buenos resultados. No se trata simplemente de aguantarse y hacer como que no pasa nada, sino de activar y entrenar los circuitos mentales que generan calma, una manera de contrarrestar el estrés que produce el acoso. También puedes buscar otros ejercicios y técnicas de respiración y relajación.
Paso 3. Minimizar el daño. Cuando uno se deja llevar por la pena, el estrés y la rabia, la vida se complica y los disgustos se multiplican. Si has aprendido a mantener la calma, te darás cuenta de que hay en tu vida mucho sufrimiento innecesario. Por ejemplo, todo el que te produces a ti mismo quejándote y rumiando agravios. Cierto que estás sufriendo un daño. Por eso has aprendido la técnica para mantener la calma, y tienes que practicarla con frecuencia para poder soportarlo sin demasiado sufrimiento. Pero no te hagas más daño, no te enfades con tu pareja ni con tus hijos si los tienes, no te pelees con los amigos, no te pases la noche en vela maquinando venganzas. Si tienes que sufrir, que sea lo mínimo.
Paso 4. Entender la situación. Esto es lo que intentabas hacer al principio de todo, pero ahora te darás cuenta de que sólo es posible después de haber dado los pasos anteriores. Hay dinámicas ocultas, fuerzas e intereses que antes se te escapaban y que ahora puedes ir viendo más claro. Los acosadores siempre son envidiosos, controladores y mediocres. Puede que lo que tú crees que es una virtud o un mérito tuyo a ellos les moleste. Quizá tu sana autonomía de criterio está entorpeciendo sus oscuras maniobras. Puede que estés atrapado en una tenaza, “emparedado” entre un subalterno que quiere quitarte de encima y un jefe que se está dejando seducir y manipular. Si según vas comprendiendo cosas te vienen ataques de furia, vuelve inmediatamente al paso dos.
Paso 5. Decidir la condición. ¿A dónde quieres llegar? ¿Cómo quieres que sean para ti las cosas? ¿Qué esperas de tu trabajo? Una condición es lo que tiene que ocurrir para que otra cosa ocurra. Una vez que sabes lo que quieres, decide lo que tienes que hacer para llegar allí. Sitúate en el organigrama, construye en tu mente un plan, decide un destino. ¿Qué es lo que quieres, el mal de tu acosador o el bien tuyo? Decidir ser víctima impotente o demonio vengativo lleva a sitios que no te van a gustar nada.
Paso 6. Ser proactivo, no reactivo. Reaccionar es la respuesta lógica y natural ante lo que nos está pasando. Es fácil, todos los animales lo hacen. Proaccionares una acción deliberada y consciente cuyo objetivo es ser la causa de determinado acontecimiento o reacción. Cuando insulto a un cliente que me ofende estoy reaccionando. Cuando le escucho atentamente y le digo que buscaré la manera de ayudarle, estoy proaccionando. Parece forzado, pero con un poco de práctica se convierte en algo natural. Está claro que es imposible proaccionar si no se dominan bien los pasos anteriores.
Paso 7. Ser agente de cambio social. Esta es una de las transformaciones más sorprendentes y maravillosas que tienen lugar en las personas que aplican los siete pasos. No sólo sobrevivirás a tu situación de acoso, sino que descubrirás en ti un creciente interés por el desarrollo y la felicidad de los demás. Desearás compartir tu paz y tu éxito y, sobre todo, atenuar, contrarrestar y eliminar la polución psíquica de los entornos en los que te mueves.
Utiliza la información que te he brindado de la mejor manera. Es posible enfrentar a un jefe tóxico y salir lo menos dañado posible. Te deseo buena suerte.
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