Lourdes González, poetisa holguinera
Lourdes González, poetisa holguinera. Foto: Tomada de Radio Reloj

La poesía de Lourdes González, donde sucede la vida

La poesía de Lourdes González (Holguín, 1952) siempre despliega su perspectiva tenaz como el fuego, para decirlo parafraseando su primer título, que conquistara el Premio de la Ciudad de Holguín en su convocatoria inicial de 1986. Desde entonces, su itinerario poético se ha desplegado sin interrupción, con una precisa y bizarra capacidad de lenguaje, para construir un orden metafórico en el que se entretejen lo sensorial y lo sutil, el equilibrio y el enigma, la agudeza y la memoria. Así lo confirma su título más reciente, publicado en Colombia, una vuelta a los ámbitos más auspiciosos de su quehacer: Libro de las palabras hendidas (Inkside Ediciones, Bogotá, 2022).

Autora también de novelas y libros de cuentos, con análogos atributos en cuanto a eficacia y desvelo, la obra poética de Lourdes González constituye uno de los derroteros más sugestivos de la lírica cubana contemporánea, itinerario que distingue tres etapas muy definidas. La primera, que incluye, junto a su inicial Tenaces como el fuego, La semejante costumbre que nos une (1988) y La desmemoria (1992); la segunda, con Una libertad real (1991); y la tercera, que va en crecimiento y comprende, hasta hoy, En la orilla derecha del Nilo (1999), Los días del verano (2000), Afuera sangran los caballos (2008), El hijo de la arpista (2010), Escripturas (2015) y Mañana el cisne (2016).

Ahora, con la aparición de Libro de las palabras hendidas, aquellos niveles ya advertidos no sólo se confirman, sino que además proponen, en lo más puntual de su madurez verbal, un reencuentro con parcelas emblemáticas de una poética tan diáfana como dilatada, nuevas lecturas de textos ya establecidos en ocasiones anteriores y ahora reacomodados, a favor de una confluencia más perentoria, para realce de la remembranza y sus demarcaciones, refrendado desde el título mismo en el que ya se advierte, como solicitud del cuerpo mismo de su estructura, el uso de un material para el cual la voz poética ha requerido hendirse a fondo, resquebrajar enumeraciones anteriores en pos del fulgor.

Es así como este nuevo libro de Lourdes González establece tres partes diferenciadas, pero no por ello ajenas entre sí: Criptas, Caballos, y Ceremonias. La primera, conformada por cuatro poemas —Los pabellones, Las manos, Las puertas, y La red—, opera a la manera de una suma que puede ser considerada como cartografía del territorio poético allí pesquisado, urdimbre de instantes y circunstancias; la segunda, con veintitrés textos, nos recuerda particularmente en su poema emblemático, que el mundo equino posee un abolengo metafórico incesante; y la tercera, con cinco poemas, se afirma en un deslinde a manera de confesión de una voz poética sin concesiones.

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En la primera parte, el mapa de escritura antes anotado se distingue por la construcción de esas Criptas que la nombran: ejemplos son lo perecedero y su afianzamiento en la recordación —en Los pabellones: “Nos descubrimos rehaciendo las paredes, llevamos años rehaciéndolas con nuestras manos inútiles. La inutilidad es una rara posesión que oprime, oprime, cerca”; en Las manos: “¿Cuántas noches caben en la espera?” (…) “¿Cuántas tardes caben en una noche?”; en Las puertas: “Llego a un recodo y me confunde una pared inacabada. Llego a otra puerta”; y en La red: “¿Cuánto falta para entender que toda herencia es agua?”.

En la segunda, hay poemas como salidos de una sala oscura donde un viejo proyector hace lo suyo en tiempos de cine mudo, sin música alguna, apenas los versos descubriendo una sucesión de imágenes que van marcando la escalera hacia la luz. Ejemplos a tener en cuenta son El dragón del silencio, El agua que es memoria, El coleccionista de hojas, Los ojos del corredor, y Afuera sangran los caballos, texto intenso y hermoso, metáfora de lo mutable en la sustancia del tiempo que indica la fijeza del animal en la evocación: “Frente a mi casa sangran los caballos, /los hilos rojos descienden por las mandíbulas férreamente /apretadas /y se unen a la espuma del cansancio”.

En la tercera y última parte, Ceremonias, cinco poemas se explayan a modo de confidencia de la voz poética ya avisada; viaje a través de las estaciones de quien allí celebra un particular rito verbal de recuento y reencuentro: Pensar que como hoy fue una tarde (“La memoria me conduce. Me relaciono con el pasado. Lucho por encontrarme”), Los caminos (“Todas las puertas están cerradas. El jardín es de aguas. Anochece”), La fiesta (“No nos acostumbramos a la ausencia que ponía en peligro los recuerdos”), El horizonte (“Se rompe el horizonte de tramo en tramo: la tierra y el agua, ambos”) y El hijo de la arpista (“Él no se atreve a conocer el arpa. Lo alejan multitudes, aplausos…).

Sobre El hijo de la arpista —uno de los poemas más perfectos y enjundiosos de esa última sección del Libro de las palabras hendidas —, vale subrayar que su ubicación, en las posesiones de una escritura que conoce a fondo cada plano de su puesta en escena —lo posible del “instrumento” y su “armonía”— , se propone también a la manera de vistas extremadas para un examen cuidadoso de las relaciones de la madre con su hijo, en fragmentos que sólo el arpa en la noche puede desentrañar para quien se adentra en la sonoridad de sus cuerdas, el estremecimiento de unas notas que aquí son fragmentos poéticos que afirman su único concierto.

En una entrevista con la poeta, incluida en mi libro El sabor del instante (Ediciones Holguín, 2016), ella advierte que “siempre veo en la poesía una urdimbre enlazadora, una red que poco a poco dejará al poeta y se encargará solo de sus poemas. Este poeta, despreciado por la poesía, continuará acudiendo a ella, pero no en busca de sus formas sino de su esencia. Y ahí creo yo que sucede el milagro que convierte al poeta en alguien que verdaderamente ve, y observa perfecto cómo y dónde sucede la vida”. Una vez más, ahora con su Libro de las palabras hendidas, está la poesía de Lourdes González, donde sucede la vida.

Eugenio Marrón Casanova
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