Discusión entre jóvenes, derechos asertivos

Los derechos asertivos que pocos conocen

Cada día mantenemos relaciones de diversa índole en las que interactuamos y nos comunicamos: en el trabajo, con amigos, familiares, vecinos, o simplemente al ir de compras a una tienda, o al realizar cualquier tipo de gestión. Precisamente porque nos relacionamos con muchas personas en nuestra vida cotidiana los conflictos son inevitables. Cada uno de nosotros puede relatar ejemplos de circunstancias en las que no hemos estado de acuerdo con los demás, los desacuerdos en las relaciones interpersonales son naturales. Debe tenerse en cuenta que somos individualidades, ya eso nos hace diferentes. Asumiendo esto, nuestros esfuerzos irán dirigidos, no tanto a evitar una discusión que se torna irremediable sino a afrontarla de un modo efectivo.

El concepto de asertividad suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otros sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Es también una forma de expresión congruente, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, el miedo, la culpa o la rabia. Contar con un criterio propio dentro de la sociedad es indispensable para nuestra autorrealización.

Joseph Wolpe y Richard Lazarus, en 1958, postulan el primer concepto de asertividad, y descubrieron que casi todo el mundo puede ser asertivo en algunas situaciones y en otras no. En 1971 Marsall inserta la asertividad al cuerpo de las habilidades sociales con un método estructurado de entrenamiento.

Por su parte Kelly, en 1982, definió la asertividad como “la capacidad de un individuo para transmitir a otra persona sus opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo”.

Estos autores coinciden (palabras más, palabras menos) en que las principales ventajas derivadas del discurso asertivo son tres: En primer lugar, facilita la comunicación y las relaciones interpersonales. En segundo, favorece el logro nuestros objetivos. En tercer lugar, incrementa nuestra autoestima, seguridad y autoconfianza. Todo ello propicia que nos sintamos mejor con nosotros mismos.

Cuando no somos asertivos:

  • Pensamos que el otro no tienen derecho a sus creencias, derechos u opiniones.
  • Creemos que nuestros derechos deben ser defendidos por encima de los de los demás.

Y cuando somos asertivos:

  • La autoestima se fortalece.
  • Disminuye la ansiedad en situaciones sociales.
  • Se produce una mejora en las habilidades sociales y de comunicación.
  • Incrementa la satisfacción respecto a las relaciones interpersonales.
  • Aumentan las conductas sociales y los sentimientos positivos hacia los demás.

Los derechos asertivos

Existen ciertos derechos que son desconocidos para la mayoría de la población, sin embargo, son probablemente los más básicos y fundamentales para nuestro estado de bienestar psicológico. Son un grupo de postulados (no están escritos en ninguna ley oficial) que nos permiten ser quienes somos y expresar lo que sentimos y pensamos de forma asertiva, siendo válidos tanto para nosotros como para los demás. Estos derechos, claro está, no significa que tengamos la libertad o licencia para hacer o actuar pasando por encima de los otros. Existen límites, los derechos asertivos tienen en cuenta los límites éticos y morales.

 

Reunión, derechos asertivos
Ser asertivo es expresar con libertad y de manera adecuada nuestros puntos de vista respetando el de los demás. Foto: Tomada de Internet

Para fortalecer tus habilidades asertivas es importante que reconozcas y tomes en cuenta tus derechos asertivos con el propósito de lograr una buena comunicación en tus relaciones interpersonales, lo que contribuye al bienestar emocional.

 

Listado de los derechos asertivos básicos

  1. Algunas veces, tienes derecho a ser el primero. Ceder siempre ante los demás, no comunicar tus deseos o preferencias no te hace más cortés. No digas “lo que quieras” cuando tengas una preferencia.
  2. Tienes derecho a cometer errores. Los errores forman parte de la vida, son necesarios para el aprendizaje. No te avergüences por ellos y defiende tu derecho a cometerlos.
  3. Tienes derecho a tener tus propias opiniones y creencias. Tener una opinión distinta a la mayoritaria no implica estar equivocado. Quizá es justo lo opuesto.
  4. Tienes derecho a cambiar de idea, opinión, o actuación. Cambiar de opinión no es una traición a ti mismo, es evolucionar, aprender, ser flexible.
  5. Tienes derecho a expresar críticas y a protestar por un trato injusto, pero siempre de forma respetuosa para con los demás.
  6. Tienes derecho a intentar cambiar lo que no te satisface. No te digas a ti mismo que no lo has intentado.
  7. Tienes derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
  8. Tienes derecho a sentir y expresar el dolor. Todos sentimos dolor, y tienes derecho a expresarlo ante aquellas personas que son importantes para ti si lo necesitas.
  9. Tienes derecho a ignorar los consejos de los demás. Cuando alguien te da un consejo es precisamente eso, no una orden de actuación.
  10. Tienes derecho a recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho. Esto se aplica a los demás, pero sobre todo a ti mismo. Reconoce tus méritos.
  11. Tienes derecho a negarte a una petición, a decir “no” sin sentirte culpable. Decir “no” no te hace desleal o egoísta.
  12. Tienes derecho a estar solo, aun cuando los demás deseen tu compañía.
  13. Tienes derecho a no justificarte ante los demás. En ocasiones con un “No, gracias” es suficiente. No tienes por qué dar excusas y menos si no son sinceras.
  14. Tienes derecho a no responsabilizarte de los problemas de los demás.
  15. Tienes derecho a no anticiparte a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos.
  16. Tienes derecho a ser tratado con dignidad. Cuando sientes que no eres tratado con la dignidad y el respeto que mereces, tienes derecho a protestar por ello.
  17. Tienes derecho a tener tus propias necesidades y que sean tan importantes como las de los demás.
  18. Tienes derecho a experimentar y expresar tus propios sentimientos, así como a ser tu único juez.
  19. Tienes derecho a detenerte y pensar antes de actuar.
  20. Tienes derecho a pedir lo que quieres y también a aceptar un no por respuesta.

Recuerda que estos derechos se supeditan a uno principal, que es el derecho a decidir si deseas ponerlos en práctica o no, y el criterio para tomar tal decisión será siempre personal. Otro punto, no olvides que todos cuantos te rodean tienen estos mismos derechos, no sólo tú. Ejércelos en libertad y respetando a quienes te rodean.

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