La pérdida del buque transporte Columbia, de las fuerzas armadas de la República de Cuba, en el río Ozama, en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, en febrero de 1946, aparentemente, parecía uno de los muchos accidentes navales que ocurren en cualquier Marina de Guerra del mundo. Pero en este caso se perdía un verdadero mito de la historia de las expediciones revolucionarias cubanas.
El buque fue construido en 1902, en Inglaterra. La embarcación tenía un desplazamiento de mil 130 toneladas. Bautizado con el nombre de Tristán. Inicialmente era un barco taller encargado de las reparaciones de otras embarcaciones. Estaba abanderado en Alemania. Al principio de la Primera Guerra Mundial fue capturado por los británicos y continuó en sus funciones de barco taller, pero en la armada de ese imperio.
Al concluir la guerra fue adquirido por armadores alemanes y reconstruido en 1927 como buque de carga tipo frutero. Muy pronto la embarcación entraría en la historia de los revolucionarios latinoamericanos. En 1929 estaba bajo el mando de los opositores al régimen tiránico establecido en Venezuela por Juan Vicente Gómez. En aquellos momentos había sido bautizado con el nombre de Falke. La nave fue utilizada para llevar una expedición a las costas de la hermana república. El intento fracasó.
Posteriormente pasó a un armador alemán que le cambió el nombre de nuevo. En esta ocasión le puso el de su esposa Ilse Vormauer. Al buque se le veía con cierta frecuencia en el puerto de La Habana a donde arribaba conduciendo cargas y algún pasaje.
La crisis económica que azotaba el mundo de la época afectó a los propietarios de la embarcación. Sin pasaje ni carga el buque quedó en la bahía de La Habana. Los hombres que organizaban una expedición contra el tirano Machado se fijaron en él y lo adquirieron.
La tripulación fue reclutada en La Habana, entre los inmigrantes que llegaban a la isla y eran situados en Triscornia en las márgenes de la bahía habanera por las autoridades. Allí debían de permanecer hasta que alguien se responsabilizara de ellos. Otros tripulantes fueron reclutados en Regla. Como capitán fue designado un viejo y experimentado marino vasco; José Urquidi. La nave salía de La Habana el 12 de junio de 1931, despachada legalmente hacia el puerto de Halifax. Su destino real era traer la expedición desde las costas de los Estados Unidos.
El traslado de la expedición fue una complicada operación clandestina. El buque se situó en alta mar frente a las costas de Estados Unidos. Desde ese país, en secreto, se trasladarían las armas. Los expedicionarios se trasladaron en el yate Colonia desde New York hasta el Ilse Vormauer. En total eran 37 hombres. La travesía hasta la mayor de Las Antillas se realizó en medio de un mar tormentoso y duró cinco días, los expedicionarios realizaron prácticas con las armas que llevaban.
El buque arribó a Gibara en la mañana del 17 de agosto de 1931. Sorprendió a las autoriades que lo consideraron uno de los mercantes que visitaban el puerto. Esto le permitió llegar hasta el muelle donde: “…atracó violentamente. Las tablas crujieron y saltaron las astillas…” (1) Luego del desembarco la nave se alejó de inmediato del referido puerto. Logró llegar a Nassau donde la tripulación fue desenrolada. Aunque la expedición fracasó, la acción, tanto de los expedicionarios como de los vecinos de Gibara y zonas aledañas, dejó escrita en la historia de la isla una verdadera página de heroísmo.
Mientras, el Ilse Vormauer fue puesto en venta. Los nuevos propietarios lo dedicaron a transportar mercancías entre los puertos del Caribe. En uno de sus viajes arribó a La Habana donde fue confiscado por las autoridades machadistas. Fue asignado a la Marina de Guerra. Fondeado en el puerto de la capital cubana se dejó al olvidado por sus nuevos propietarios. Al desplomarse la dictadura de Machado fue reparado. Le cambiaron el nombre por el de Columbia. Seguramente en homenaje al cuartel más importante del ejército cubano en la época.
Asignado como transporte militar al estallar la Segunda Guerra Mundial cumplió diversas funciones en las aguas del Caribe, por cierto nada tranquilas en aquellos momentos. Allí operaban los mortíferos submarinos nazis que hundieron varias embarcaciones mercantes cubanas. El buque durante el conflicto había prestado 177 servicios de auxilios. Navegó 70 millas de viajes de instrucción y práctica, unas mil 796 en viaje de inspección y recorrió cuatro mil 518 en viajes de transporte de personal. En total seis mil 782 millas navegadas en diferentes funciones durante la guerra mundial.(2)
El veterano buque utilizado por revolucionarios latinoamericanos para transportar sendas expediciones contra los dictadores Juan Vicente Blanco y Gerardo Machado, la embarcación que prestó importantes servicios en la lucha contra el nazismo despareció en febrero de 1946 en las aguas del río Ozama. Al hacerse pública la noticia, en Gibara, no pocos de sus vecinos debieron de recordar aquel día de agosto de 1931 cuando la ilusión por la libertad llegó en el buque que ya ha entrado en la historia de Cuba.
Notas:
1–Nicolás de la Peña Rubio, Gibara: combates bajo el sol de agosto, Ediciones Holguín, 2004, pp. 53- 54.
2–Enrique de la Osa, En Cuba Primer, tiempo 1943- 1946, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002, pp. 194 y 195.
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