La Psiquiatría ha sido, por diversas razones, una especialidad médica muy controvertida, compleja y estigmatizada. Ha desatado varias polémicas en distintos momentos de su historia, debido en parte a que varios sectores de la población, incluyendo al propio sector de la salud con sus decisores, y hasta individuos inteligentes y de actitudes abiertas, con frecuencia sostienen opiniones dogmáticas sobre la enfermedad mental.
No obstante, en las últimas décadas, se han alcanzado avances significativos que han permitido un mejor enfoque en el tratamiento de los trastornos mentales, estos se han centrado en las siguientes direcciones.
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Comprensión de las bases biológicas de muchos cuadros clínicos (esquizofrenia, depresión y trastorno bipolar, por ejemplo).
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Desarrollo de una nueva generación de psicofármacos (antidepresivos y neurolépticos especialmente), con una mayor eficacia terapéutica y un perfil más bajo de efectos secundarios.
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Creación de tratamientos psicológicos breves y efectivos para una amplia variedad de trastornos.
Sin embargo, la difusión de estos tres avances no ha sido simétrica, asimetría que ha estado en detrimento de la psicoterapia. La difusión del desarrollo y renovación de las terapias psicológicas se ha limitado a las revistas científicas, no ha llegado suficientemente a los sectores profesionales implicados, mucho menos a los grandes públicos y grupos sociales. Tampoco se han reflejado en la práctica clínica habitual, ni siquiera a veces tienen mucho peso o espacio en los contenidos formativos de los programas de psiquiatría y psicología clínica.
Este panorama no es el mismo en todos los países, ni en todas las regiones, ni siquiera en todas las áreas de un mismo país.
Lo cierto es que en el mundo contemporáneo la psicoterapia deviene en un recurso terapéutico de gran valor, posibilidades, eficacia, con múltiples propósitos, que tiene influencias allí donde los psicofármacos no pueden operar, y que va más allá de los dominios de la salud mental para transitar por las sendas del bienestar, el crecimiento personal y el mejoramiento humano.
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Psicoterapia es el nombre que se utiliza para referirse al proceso terapéutico que se produce entre un psiquiatra o un psicólogo con entrenamiento en este tipo de intervención, y una persona que acude a consultarlo. Se realiza con el propósito de mejorar síntomas y la calidad de vida de quien demanda la atención, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos y afectos.
El concepto de Lewis R. Wolber, de 1954, define la psicoterapia como una forma de tratamiento de los problemas de naturaleza emocional en el cual una persona entrenada establece deliberadamente una relación profesional con un paciente o cliente, con el objetivo de eliminar, modificar o atenuar síntomas existentes, es una forma de intervenir en patrones perturbados de conducta y de promover un crecimiento y desarrollo positivo de la personalidad.
Desde una perspectiva psicodinámica la psicoterapia es un espacio de análisis con un profesional en el que se afrontan los problemas que en esta vida nos asaltan. En este sentido las terapias de “insight” (interiorización, concientización) han desarrollado su labor. Se presume que el paciente acude al terapeuta para reflexionar juntos y averiguar qué ocurre. Estas terapias suponen que el conocimiento salva y que averiguando aquello que hemos olvidado, o de lo que no somos conscientes, se soluciona el problema.
Desde una perspectiva cognitivo conductual se sabe que para resolver un problema hay que modificar determinadas conductas. Cuando se habla de conductas se hace en un sentido amplio, muy ligadas a los pensamientos, los sentimientos y las emociones.
La mayoría de las personas que acuden a psicoterapia lo hacen en las siguientes circunstancias:
- Cuando tienen sensaciones de tristeza y desamparo intensas, prolongadas y experimentan falta de esperanza o angustia.
- Los problemas emocionales les dificultan manejar sus situaciones cotidianas: les cuesta concentrarse en las tareas diarias, les falta motivación para alcanzar metas, se relacionan con dificultad, ven afectado su desempeño laboral, su desempeño sexual, su vida familiar, etcétera.
- Algunas de sus acciones son perjudiciales para sí mismos o para los demás. (Por ejemplo: conducta suicida, problemas relacionados con el consumo de alcohol, otras conductas adictivas, agresividad, dificultad en el control de impulsos)
- Se sienten mal por las dificultades emocionales que experimentan miembros de su familia o amigos cercanos.
- No se sienten realizadas ni creativas, la vida les resulta compleja y difícil o presentan conflictos existenciales y de identidad.
Si te se encuentras en una de estas circunstancias las psicoterapias pueden ayudarte. Para que ganes en información retomaré el tema en próximos encuentros entre El Psiquiatra y Tú.
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