Talento y creatividad se unieron en el joven médico residente de cuarto año de Cirugía Plástica y Caumatología, con preparación en cuidados intensivos, Leonardo Rodríguez Plana, para desarrollar un ventilador mecánico en Holguín, concebido esencialmente con elementos producidos en este territorio. Este galeno graduado en el año 2017 explica cómo ha evolucionado su innovación, hasta la fase de desarrollo actual en que se encuentra.
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¿Cómo surge la idea de crear un ventilador mecánico?
“Durante los últimos seis años de mi vida, desde que me gradué, a la par que me he dedicado a hacer la especialidad de Cirugía Plástica y Caumatología, también he incursionado en la innovación científica. Este ventilador mecánico no espero que sea la última idea en desarrollar porque me he nutrido de colaboradores que han contribuido al desarrollo de mis innovaciones y eso ayuda mucho.
“Esta idea surge a raíz de la pandemia de la COVID-19 en el año 2020; cuando inició esta contagiosa enfermedad en Cuba nos dimos cuenta que eran muy necesarios e importantes estos dispositivos para tratar a pacientes con un cuadro grave de insuficiencia respiratoria, asociado a esta enfermedad o no, porque no solo se utiliza en estos casos, sino para cualquier patología que curse con deterioro del estado ventilatorio y neurológico, porque los pacientes en coma se ventilan también.
“En ese año comienza la idea con ciertas pruebas, en dependencia de la disponibilidad de los recursos con que contábamos en la sala, conozco de muchas ideas similares en el mundo de desarrollar ventiladores alternativos en ese momento. Supe que en el Centro de Neurociencias en la capital del país, un colectivo de investigadores desarrollaron un ventilador alternativo, el PQ20, que prácticamente se ha distribuido en casi todos los centros hospitalarios de Cuba y en el caso del Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin también contamos con estos dispositivos.
“En el 2021 terminó la última fase de testado de ese ventilador y comienza la fabricación masiva. En ese momento se trataba de un dispositivo alternativo para resolver un problema temporal. Asociado a esto, en muchos lugares de Cuba otros innovadores siguieron esa línea y yo comencé a hacer experimentos, maquetas, diseñé un pequeño dispositivo hasta que llegué a un prototipo final que es este que presento. Ha sido posible mediante investigaciones, asociado con varios ingenieros, como Luis Hernández Hernández, un ingeniero mecánico de la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton y a un ingeniero automático que trabaja en el CEDAI, joven como yo, que me colaboró en la automatización y control del censado del dispositivo“.
¿En qué fase de desarrollo se encuentra este dispositivo?
“Comencé a desarrollar este ventilador mecánico a partir de abril del año 2021 hasta la fecha, aún se encuentra en desarrollo, en la fase final. Resta por hacerle ciertas adaptaciones a la pantalla, control del censado y regulación de las presiones para poder pasar las pruebas e iniciar estudios de ensayo.
“Estos estudios generalmente se realizan en animales, en específico en ovejos o en el modelo porcino, no hemos llegado a esa fase porque hay ciertos detalles por perfeccionar. Presento este resultado científico por el impacto social y económico que aporta. Teniendo en cuenta que no se trata de un dispositivo alternativo, sino uno que resolvería un problema, puesto que se utilizará para brindar oxigenación hiperbárica y areosolterapia, en pacientes con insuficiencia respiratoria y otras patologías asociadas.
“Como parte del marco de desarrollo cuando pase la prueba y se autorice su uso se ha concebido su utilización en la sala de Quemados del “Lenin”, donde trabajo. Aspiro a convertirlo en un proyecto ramal para poder generalizarlo“.
¿Cómo impacta el bloqueo al sector de la salud y limita el desarrollo de áreas tan sensibles como esta?
“Los servicios médicos en cualquier país del mundo son muy costosos y es increíble el esfuerzo que hace el Estado cubano para comprar dispositivos muy caros, pero a la vez los de mayor necesidad para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como los tomógrafos y equipos de ventilación.
“Hasta el año 2019 un ventilador mecánico tenía un costo promedio de entre 40 mil y 60 mil dólares en compañías profesionales dedicadas a su comercialización a nivel mundial. Tratar de desarrollar en Holguín y en Cuba un dispositivo de este tipo, que nos ayude a tratar algunas patologías, en el orden de entre un 30 y un 40 por ciento de complicaciones asociadas a patologías que cursen con este estado, es un logro.
“Pensamos incluso desarrollar un modo ventilatorio nuevo relacionado con el paro cardiorespiratorio, o sea, cuando el paciente cae en paro que automáticamente el dispositivo brinde la posibilidad de reanimar y permita programar parámetros y así ahorrar tiempo y obtener mejores resultados en cuanto a reanimación. Eso pensamos en cuanto al desarrollo final del dispositivo.
“En cuanto al impacto si bien no se ha calculado con detenimiento, sería millonario, es increíble el ahorro económico que representará para el país, como no ha llegado a la fase de aplicación, habría que calcular bien, pero estoy seguro que es un ahorro bien importante“.
Con un costo inferior a equipos similares que el país debe importar para satisfacer la demanda de ventiladores mecánicos en los servicios de salud, esta innovación concebida desde este territorio nororiental representa un aporte significativo para el Sistema Nacional de Salud.
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