Agencias internacionales y Cuba impulsan un proyecto orientado a la conservación y uso como productos farmacéuticos anticancerígenos de la Thalassia testudinum, una especie que forma parte de los pastos marinos en la isla.
Este proceso se ejecuta en base a la colaboración entre el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (Citma).
Las acciones del proyecto —que tiene una duración de cuatro años— apoyarán la culminación de las investigaciones científicas para conformar el expediente de solicitud de ensayo clínico de un producto farmacéutico.
Además, acompañarán el diseño de protocolos de manejo y recomendaciones para la conservación y uso sostenible de los pastos marinos por parte de las comunidades locales.
También se llevará a cabo la evaluación de la calidad ambiental del ecosistema de pastos marinos en los sitios de intervención, incluyendo su capacidad de remoción de carbono, en áreas como La Habana del Este, el norte de Camagüey y el sur de Santiago de Cuba, según citó el PNUD en su página web.
Los expertos esperan lograr resultados a través de la participación de instituciones científicas y de la industria farmacéutica cubana, así como de la comunidad del Rincón de Guanabo, en La Habana.
La iniciativa contribuirá al fortalecimiento del marco regulatorio nacional para la implementación en el país del Protocolo de Nagoya sobre distribución de beneficios resultantes del acceso a los recursos genéticos.
La Thalassia testudinum constituye una de las especies de pasto marino más recurrentes en el litoral de La Habana y del Caribe.
Sus “praderas” proveen de protección al litoral contra el efecto e intensidad de las olas en caso de ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos, sirven de hábitat para otras especies marinas en crecimiento así como su fuente de alimentación, además de contribuir a regular los niveles de carbono en la atmósfera mediante su absorción o secuestro.
Algunas investigaciones cubanas valoran el uso de algunos de sus componentes, a través de su procesamiento industrial, como proveedores de efectos antioxidantes, antivirales, antibacterianos, antitrombóticos, hipocolesterolemizantes, hepatoprotectores, antiinflamatorios y anticancerígenos.
En particular, se estima su efectividad contra el daño agudo producido por radiaciones ultravioletas sobre la piel, así como sobre inflamaciones agudas.
El proyecto Thalassia se ejecuta por la Agencia de Medio Ambiente a través del Instituto de Ciencias del Mar, con el acompañamiento del PNUD.
Involucra a varias instituciones nacionales clave para el logro de los resultados del proyecto como la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental, el Centro de Investigaciones Marinas, perteneciente a la Universidad de La Habana, y Laboratorios Oriente de BioCubaFarma.
Con información de la agencia Prensa Latina
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