Quisqueya como también se conoce a la República Dominicana ha dado hijos ilustres en las ciencias, la cultura, la política y otras esferas de la sociedad. Máximo Gómez Báez, una figura emblemática en la historia de la región, dominicano por nacimiento y cubano por adopción, nace un 18 de noviembre de 1836.
Gómez, militar de carrera, viene a Cuba en 1865, se asienta en Santiago de Cuba y un año después se instala en el Dátil, Bayamo, donde se une a las labores conspirativas, incorporándose al Ejército Libertador el 6 de noviembre de 1868 donde conduce la primera carga al machete en Pino de Baire, con el grado de Sargento, siendo el único militar que ocupó la jefatura de todos los cuerpos del Ejército durante la Guerra de los Diez Años. Es el protagonista de las cargas al machete, combinándola con el binomio machete- caballería, convirtiéndose en la forma fundamental de aniquilar al enemigo. Batalla como la de las Guásimas fue decisiva en la contienda del 68. Líder eficaz contra las tropas españolas.
Gómez mantenía con su tropa una disciplina implacable. Luego de la firma del Zanjón (10-2-1878), se va a Kinston, Jamaica a encontrarse con su familia sumida en la miseria. Murieron sus tres hijas y Panchito, el mismo que cayó en combate junto al General Maceo, aun así, no abandona las labores conspirativas, siendo el principal promotor del plan Gómez–Maceo, aunque fracasó. Desde 1892 colaboró con José Martí en la preparación de la nueva guerra, gracias a él Martí pudo conocer sobre la labor de los patriotas del 68, Ignacio Agramonte y Carlos Manuel de Céspedes y luego escribir sendas crónicas sobre ellos. A comienzos de 1895, el Partido Revolucionario Cubano, lo nombró general en jefe, firmando junto con Martí El Manifiesto de Montecristi en la ciudad del mismo nombre en República Dominicana.
El 11 de abril de 1895, llega junto a Martí a Cuba por Playitas de Cajobabo para incorporarse a la Guerra Necesaria. Dirigió varios combates entre los que se distinguen: las campañas circulares de la invasión, de la Lanzadera y de la Reforma. Protagoniza junto a Maceo y Martí la reunión de la Mejorana, donde se debatieron los problemas centrales de la contienda y la estrategia a seguir. Participa en la invasión de oriente a occidente, entre muchas acciones que enfrentó en el trayecto. Al terminar la Guerra no aceptó cargos.
Escribió en su diario de campaña ante la ocupación norteamericana así: “Tristes se han ido ellos y tristes nos hemos quedado nosotros; porque un poder extranjero los ha sustituido. Yo soñaba con la paz con España, yo esperaba despedir con respeto a los valientes soldados españoles, con los cuales nos encontramos siempre frente a frente en los campos de batalla; pero la palabra Paz y Libertad, no debía inspirar más que amor y fraternidad, en la mañana de la concordia entre los encarnizados combatientes de la víspera. Pero los americanos han amargado con su tutela impuesta por la fuerza, la alegría de los cubanos vencedores; y no supieron endulzar la pena de los vencidos”.
El general de las tres guerras más conocido por el Generalísimo dio su apoyo al candidato Tomás Estrada Palma para las elecciones de 1901. Ejemplo de internacionalista y paradigma militar, llamaba a Cuba su novia. El 17 de junio de 1905 partió al martirologio de la gloria en la isla en que se consagró como héroe.
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