Yanely Esquijarosa, ingeniera en Control Automático devenida en artesana artista. Foto: Cortesía de la entrevistada.

Yanely Esquijarosa, cual araña tejedora

Por nacimiento, espirituana, pero el amor la trajo definitivamente a la ciudad cubana de los parques. El acento no le descubre la raíz a la ingeniera Yanely de la Caridad Esquijarosa Abradelo, porque, como ella misma asegura, “hasta en el hablar soy holguinera”, refiriéndose a la musicalidad y el rigor con que nos comunicamos los habitantes del norte oriental de la isla.

A pesar de su formación en una carrera técnica, la Ingeniería en Control Automático, Yanely tuvo clara su afición por las artes tradicionales desde pequeña. Sus primeros y más especiales juguetes, recuerda, fueron las muñecas de trapo que su abuela –y más tarde ella– confeccionaba.

“Mi abuela, siempre lo digo, me enseñó a coser. Yo no alcanzaba a sentarme en su máquina para mover los pedales, así que aprendí a coser de pie, siendo aún una niña. Al entrar en la Escuela Vocacional ‘Ernesto Guevara’, en Santa Clara, me integro a un taller de artes plásticas, por el que transito durante los seis años de estudios”, rememora Yanely sobre sus experiencias primarias en la artesanía.

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Obra de Yanely Esquijarosa que reproduce la bandera cubana. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Una espirituana en Holguín

En Cienfuegos, donde fue ubicada laboralmente tras egresar de la universidad, conoció a un holguinero con el que vino a esta ciudad hace más de treinta años. “Desde que llegué, Holguín me envolvió con sus encantos”, asegura la experimentada artesana, quien la considera una urbe “distinta”, capaz de enamorarte y hacerte sentir su hijo aunque no hayas nacido aquí.

Entre los valores que le sedujeron, Yanely subraya el amplio movimiento cultural, al que siguió de cerca sin descuidar su carrera como ingeniera, donde las agujas siempre le acompañaban. Sin embargo, su vida daría un vuelco total hacia el arte al conocer a la Casa Editora Cuadernos Papiro, un singular sello editorial que produce libros a partir de papel manufacturado, ilustrados por artistas de reconocido prestigio.

Mientras describe su primer contacto con Papiro, se le ilumina el rostro y vuelve a hacerse la magia que llevó a apostar, definitivamente, por este lugar, que más tarde fue su familia.

“Al abrirse las puertas de Cuadernos Papiro, quedé atrapada literalmente en una red de telaraña, de la que creo nunca poder escapar. La editorial me ha obligado a hacer otra carrera, he tenido que estudiar mucho pues en la confección de los libros utilizamos máquinas y tipografías muy antiguas, de los siglos XVIII y XIX”, asegura la también apodada “araña tejedora”.

De esta manera, en Papiro también habita un museo de la imprenta, pues se ha convertido en espacio de exhibición permanente de máquinas prácticamente inexistentes en nuestros días. Eso también justifica las tiradas reducidas y el valor incalculable de cada ejemplar.

En la pequeña casa editora, Yanely disfruta todo el proceso, desde la confección del papel con que fabrican los libros hasta la última puntada que generalmente da ella, pero lo que más le regocija, junto a todos sus compañeros de trabajo, es el producto terminado: “un hijo que hemos gestado, que hemos parido con tanto amor, con tanta pasión, del que no queremos deshacernos, pues cada ejemplar es único”.

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Obra de Yanely Esquijarosa que asemeja una figura mariana. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Experiencias individuales

Yanely Esquijarosa ha tenido la posibilidad de participar en varias muestras colectivas, aunque también cuenta con exposiciones personales en las cuales ha podido “expresarse” a través de la fibra.

Aunque acumula muchos años como artesana, confiesa que no se atrevía a enseñar sus creaciones, de ahí que tejía y rápidamente guardaba las piezas. “Fue gracias al impulso y el apoyo del Fondo Cubano de Bienes Culturales que conseguí conformar una exposición, la cual resultó el Gran Premio de la Feria de Artesanía Iberoarte 2022, en el marco de la Fiesta de Cultura Iberoamericana”, explica.

Desde entonces, no deja de soñar con oportunidades similares, de ahí que “octubre se avizore como un mes muy cargado”, asegura la creadora en referencia a una muestra personal que inaugurará en el emblemático Hotel Pernik, con curaduría de Danilo López.

A ello se suma una muestra colectiva de tres artistas de la plástica holguinera: Dayamí Pupo, Bertha Beltrán y Yanely Esquijarosa, que verá la luz durante la trigésima edición de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, evento que traerá de regreso a Holguín el Encuentro de Maestros Papeleros que auspicia la Casa Editora Cuadernos Papiro.

Aniel Santiesteban García
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