Indagaciones de Oscar Zanetti en Holguín

En abril de 1976, la editorial cubana Ciencias Sociales publicó el libro United Fruit Company: un caso del dominio imperialista en Cuba de Oscar Zanetti. Era un libro bastante singular en el universo intelectual cubano. Por primera vez se hacía el estudio de una empresa transnacional estadounidense establecida en la mayor de las Antillas. La empresa había creado dos grandes centrales azucareros llamados entonces Boston en el municipio de Banes y Preston en Mayarí.

Oscar Zanetti Lecuona, historiador cubano
Oscar Zanetti Lecuona. Foto: Tomada de UNEAC

Otro hecho que marcó aquel acontecimiento fue que la obra era el resultado de un trabajo en equipo de varios investigadores, asunto no muy frecuente en la historiografía cubana en aquellos momentos. El grupo estaba dirigido por Alejandro García y Oscar Zanetti Lecuona. Lo integraban, además, estudiantes de la Escuela de Historia de la Universidad de La Habana como Sergio Guerra, Rosa Pulperio, Concepción Planos, Josefina Ballester, Manuel Rodríguez, Vivian Peraza, Francisco Román García, María del Carmen Maseda, Armando Vallejo y Rafael García. Nos acercamos a Oscar Zanetti Lecuona, uno de los historiadores más relevantes de Cuba y las Antillas, con algunas preguntas que tuvo la amabilidad de responder.

¿Cómo surgió la idea de la investigación sobre la United Fruit?

“En la selección específica de la United Fruit influyó sobre todo Oscar Pino−Santos. Periodista económico reconocido, Pino tenía una relevante trayectoria política en el Instituto de Reforma Agraria, como embajador en China, etc.‚ y acababa de ganar el premio de Ensayo de la Casa de las Américas con la obra: El asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, que ofrece un singular acercamiento al proceso de penetración imperialista en nuestro país.

“Con buenas conexiones en el Ministerio del Azúcar, Pino se acercó con una propuesta a la Escuela de Historia de la Universidad de La Habana, que acababa de tener la experiencia que te he apuntado y que‚ desde su creación‚ no había conseguido solucionar adecuadamente la formación investigativa de sus estudiantes. Se decidió entonces hacer de la investigación de la United Fruit el ejercicio de graduación para un gran grupo de estudiantes del último año de la carrera, el cual dirigiríamos Alejandro García y yo bajo la coordinación del Dr.C Carlos Funtanellas, que era el subdirector de Investigaciones de la Escuela. Un detalle crucial: Pino era de Banes y sabía que la documentación de la United allí estaba relativamente bien conservada, eso determinó la selección”.

¿Cómo se organizó el equipo? ¿Qué determinó la selección de los estudiantes?

“Fueron los estudiantes del último año de la carrera; participaron casi todos, porque había algunos que eran becados de organismos con los cuales ya tenían comprometido su trabajo de graduación. Luego‚ propiamente no hubo selección, aunque algunas muchachas que ya eran madres no pudieron moverse a los centrales y trabajaron desde La Habana. El equipo se organizó sobre la marcha, en la medida en que pudimos agrupar las fuentes y determinar los temas de investigación; en la selección de estos últimos dimos cierto margen a las preferencias de los estudiantes”.

¿Con quiénes sostuvo conversaciones para tamaña investigación del mundo del azúcar?

“La ayuda de técnicos y conocedores fue muy valiosa. En Banes, por ejemplo, Ángel Ricota, un viejo trabajador de las oficinas del Central Boston, en Macabí, nos orientó respecto a fuentes, además de proporcionarnos información indispensable sobre la organización y las prácticas funcionales de la compañía; en Preston contamos con el químico Augusto Cornide, cuyas explicaciones nos sirvieron para adentrarnos en el complicado terreno de los índices de eficiencia. En menor escala, también tuvimos apoyos similares en Preston. Fue igualmente importante la ayuda de viejos dirigentes obreros, todos ellos relacionados como testimoniantes en las fuentes del libro”.

¿Y del apoyo de las autoridades en Banes, Holguín‚ qué me cuentas?

“Entonces Banes era una regional de la provincia de Oriente, igual que Holguín, por tanto este último fue sobre todo un lugar de paso, aunque teníamos contacto con algunos historiadores holguineros, particularmente Hiram Pérez, pues su hermano Hernán era profesor en nuestro departamento universitario”.

¿Qué me dices de sus recuerdos sobre el Holguín de la época y sobre Banes? ¿El movimiento de activista de historia de esa localidad los apoyó?

“En mi memoria de habanero recuerdo a Banes como un pueblo relativamente modesto y todavía segmentado por la presencia de la United Fruit apenas una década atrás. En este sentido‚ las diferencias eran muy notables entre las instalaciones de la compañía (casas y almacenes)‚ así como entre los barrios. Durante nuestro trabajo contamos con el auxilio en diversos sentidos —de Pedro Martínez, quien estaba a cargo de la Comisión de Historia del Partido regional en Banes—; también se nos acercaron algunos historiadores locales, en modo alguno profesionales, pero que en ciertos casos colaboraron con nuestras investigaciones mediante testimonios y explicaciones sobre todo en lo relativo al movimiento obrero y la política local‚ así como con necesidades más prácticas de la vida. En Guatemala fue más o menos igual, aunque en aquel momento un movimiento de activistas de historia como tal, no recuerdo que existiera”.

¿Cuál era el estado de la documentación? ¿Se vieron obligados a darle una organización? ¿Acaso el estado de organización original se había perdido?

“La situación fue distinta en ambos centrales. En Banes y Macabí se conservaba mucha documentación, sin duda la mayor parte de la dejada por la compañía. En Macabí estaban las oficinas operativas del central Boston que conservaban pequeños archivos todavía organizados. Pero el grueso de la documentación de la División Banes la encontramos convertida en un enorme montón de papeles en el suelo de una de las áreas del gran almacén de la compañía en Banes.

“Recuerdo que abrimos un espacio en el medio y pedimos a un estudiante que se metiera en la masa de papeles, que le llegaba hasta el cuello, para sacar una foto que no sé por dónde andará. Luego el primer trabajo fue rehacer el archivo, recogiendo la documentación y agrupándola según su naturaleza en grandes anaqueles colocados en el mismo local; había libros de nóminas, expedientes de personal, libros de contabilidad, reportes de fabricación, copiadores de cartas de los administradores, etc.

“Nos pasamos como un mes rehaciendo el archivo para poder iniciar la explotación de esas fuentes. Meses después, al terminar el trabajo, mudamos ordenadamente toda la documentación para un pequeño local de mampostería a un lado del pequeño patio ferrocarrilero que había detrás del gran almacén, pues nos parecía que estaría mejor conservada ya que allí solo cabían los anaqueles de documentos. Según me contaron, un tiempo después el local lo destinaron a barbería y se sacaron los documentos que fueron trasladados al sótano del museo municipal.

“Ignoro su estado posterior. La documentación conservada en el central Guatemala era mucho menor, pues sus administraciones no la cuidaron e incluso nos contaron de un administrador que envío papelería a los hornos porque ocupaba espacio y era imperialista. Sin embargo, la que quedaba estaba relativamente ordenada e incluso se conservaba un espectacular archivo fotográfico”.

¿Los estudiantes fueron recopiladores de datos o realmente redactaron sus respectivos capítulos?

“Los estudiantes redactaron informes temáticos dedicados a aspectos específicos, algunos con un notable nivel de terminación. Recuerdo, por ejemplo, los de Sergio Guerra sobre aspectos demográfico o el de Manuel Rodríguez que había estudiado un año de ingeniería y se familiarizó bastante bien con los aspectos tecnológicos. Posteriormente‚ Alejandro y yo con esa información sintetizada, los cientos, miles de fichas que le daban sustento, otra información adicional recopilada directamente por nosotros sobre aspectos como la contabilidad —que no estaban al alcance de los estudiantes—, más bibliografía, prensa y otras fuentes consultadas en La Habana, desarrollamos el análisis, trazamos la estructura del libro y redactamos sus capítulos.

En caso de hacerlo de nuevo ¿qué le agregaría?

“A cuarenta años de distancia y con toda la experiencia acumulada sería un libro distinto. Creo que la estructura temática básicamente se mantendría, aunque habría que dar espacio a asuntos que entonces no atendimos, como el impacto ecológico. También sería necesario acercarse más a la vida de las comunidades en los bateyes, tanto de los ingenios como rurales y seguir en esa misma cuerda la interacción de la Compañía con la comunidad banense que quedó un tanto limitada a lo político.

“Claro, ahora prácticamente no podríamos contar con testimonios directos, pero si resultase posible consultar los archivos de la United en Boston —que al parecer aún no son muy accesibles—‚ el libro ganaría muchísimo. Ciertas interpretaciones y explicaciones sin duda cambiarían, mejoraría la calidad de la redacción; todo lo que podría aportarle casi medio siglo de experiencia profesional y la propia evolución de la historiografía. Por eso cuando nos han hablado de una segunda edición‚ hemos tomado la idea con reserva, pues podría ser una edición revisada pero difícilmente ampliada; habría que mantenerla casi como una reliquia”.

¿Usted cree que la United Fruit Company marcó en lo cultural a Banes?

“Cuando estuve allí  en 1971 y 1972 la presencia de la Compañía era muy viva; se apreciaba en el orden urbano, en la arquitectura, en las conversaciones de la gente. Había componentes étnicos incomprensibles sin la presencia de la United. Ahora‚ no sé‚ pasados cuarenta años‚ cuanto se mantendrá, si resultará perceptible. Quizás ocurra como en tantas otras situaciones en las cuales se manifiestan rasgos y fenómenos cuyo origen histórico se ignora. Está, por otra parte, Guatemala, que a diferencia de Banes con su autonomía de gran población, era solo un gran batey en torno al central cuya supervivencia no sé en qué se fundamentará una vez demolido este, con un polo de atracción tan cercano en la minería”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cinco − 2 =