Si existiera un apellido que englobara toda la creación natural, la pintora cubana Zaida del Río se llamaría “Zaida de la Naturaleza Castro”, quien sitúa hoy al cuerpo humano y al entorno en un lugar prioritario.
Los motivos de la naturaleza también permanecen en un espacio exclusivo para la artista, quien recibió hace tres días el Premio Nacional de Artes Plásticas y como declaró el etnólogo e investigador cubano Miguel Barnet, “tarde, pero seguro”.
Este poeta, de mente tan aguda, señaló en la entrega del lauro que quien espera lo mucho, espera lo poco y “Zaida del Río esperó lo mucho, pero con ganas”, añadió.
Para la también grabadora, dibujante, poeta y escenógrafa, no es difícil cantar, bailar o actuar en un escenario, se mueve en un mundo amplio, donde puede ser ella misma y escudriñar con libertad, según dejó claro en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
A través de ese universo exterior pinto desnudos, al hombre y a la mujer en su más pura esencia, y las formas de cada entorno siempre están representadas en los fondos, en la vegetación, en los árboles, las flores, los animales, los pájaros, todo lo que yo reflejo, precisó.
Es decir, los desnudos y la naturaleza los tengo en primer lugar, describió.
Con tantos reconocimientos y una carrera muy sólida, Zaida del Río recibió el mayor galardón de las artes plásticas en el archipiélago, no como uno más, sino con un amor especial, algo similar a cuando se tiene una familia y a cada miembro se le quiere de diferentes maneras.
Me siento honrada porque se trata de la más alta distinción que entrega nuestro país a los artistas en esta área, expresó emocionada del Río.
Para mí es un reto por el cual tengo que seguir trabajando y aumentando mis conocimientos para ser merecedora de este trofeo, declaró.
A una pregunta de Prensa Latina sobre algún tema específico que no haya tratado en su obra y quisiera plasmar en la tela, expresó su satisfacción sobre la manera de llevar adelante su carrera.
Hasta ahora he pintado todo lo que he sentido, pero no sé qué cosas vendrán a partir de aquí, es una incógnita, manifestó.
La multifacética e inquieta artista se refirió al amor y al matrimonio, elementos primordiales en la existencia humana, y en la suya no es la excepción.
El amor en todos los sentidos para mí es fundamental y el matrimonio forma parte de ese sentimiento y no lo rechazo; el amor a los animales, a los amigos, al trabajo, a los hijos, todo es un conjunto importante en este largo camino que se llama vida, reveló.
Se reconocen varios periodos en la pintura de esta reconocida figura, clave en el arte cubano contemporáneo.
Lo primero fue el campo con sus casas de tabaco, los niños, el paisaje; más tarde vinieron los caballos, luego el circo y sus pintorescos personajes.
Después las mujeres pájaros, los trípticos sobre la religión afrocubana, los pavos reales y, finalmente, “La danza cósmica de Shiva” (2010) en la cual la artista, conmovida por la filosofía hindú, expresa la gran pasión que le confiere a esa cultura oriental.
Acerca de ella, Barnet agregó: Quien no viva la vida como un teatro de aciertos y equivocaciones está perdido y Zaida es de esos artistas que nos enseña sobre cómo vivir creando.
Con información de Daimarelys Pérez Martínez/Prensa Latina
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