Hay una historia poco conocida y es la acción de los agentes cubanos de la inteligencia militar, espías, contra el colonialismo español. Muchas veces desde las filas enemigas hombres y mujeres arriesgaban sus vidas para hacer llegar información o diversos productos a los mambises. La mayoría de ellos han quedado en el anonimato como ocurrió con Agustín de Feria y los hermanos José y Juan de Silva.
La guerra por la independencia estalló en octubre de 1868. Luego de ocupar parte del territorio del oriente de Cuba los españoles iniciaron una gran ofensiva. Miles de soldados fueron lanzados contra los insurrectos. La superioridad en armas, parque y disciplina se impuso. Las hasta entonces victoriosas fuerzas libertadoras fueron derrotadas. Se vieron obligadas a retirarse a los bosques para eludir la persecución enemiga. Muchos mambises y sus familias no pudieron soportar la vida salvaje en los bosques y se presentaron al enemigo. Otros fueron hechos prisioneros. Algunos de estos se les condenó a muerte y fueron ejecutados de inmediato. Pero un grupo fue internado junto a los presentados en pequeños poblados fortificados, donde eran obligados a residir. Además, debían de trabajar para abastecer ese poblado y las tropas colonialistas que las defendían. No pocos fueron incorporados al Cuerpo de Voluntarios.
Varios de estos cubanos comenzaron a colaborar con los mambises. Sobre ellos pendía un riesgo inmenso. En caso de ser descubiertos los ejecutaban de inmediato. Samá, uno de estos poblados fortificados establecidos por los hispanos, en el territorio de la jurisdicción de Holguín, el 21 de marzo de 1871 fue hostigado por los mambises. Era esta una de las muchas acciones de avituallarse que usualmente realizaban en zona enemiga. Para ello contaban con el apoyo de tres agentes que residían en Samá. Hoy pertenece al municipio de Banes, en la provincia Holguín. Estos eran Agustín de Feria y los hermanos José y Juan de Silva.
Agustín de Feria, era tío del mambí Rafael de Feria y José y Juan Silva eran hermanos del también mambí Bernardo Silva. Este tipo de relación creada a través de los lazos familiares era muy frecuente entre los mambises y los agentes. Casi siempre los contactos de los agentes cubanos eran con insurrectos a los que estaban vinculados por viejos lazos de amistad o parentesco. La persecución y vigilancia en estos pequeños poblados era muy intensa para confiar en un desconocido.
Los mambises que atacaron a Samá en la fecha antes señalada cometerían un error que acabaría en una verdadera tragedia. Al retirarse se llevaron como prisionero a dos vecinos de este poblado. El jefe de la partida habló sobre sus vínculos con los agentes con uno de estos individuos. Incluso se refirió a ellos por sus nombres y apellidos. Este prisionero había prometido formar parte de la tropa libertadora. Quizás esto hizo que cometiera aquella indiscreción. Los acontecimientos se precipitaron vertiginosamente.
El prisionero logró fugarse y unirse a una tropa española que operaba en la zona. De inmediato puso en conocimiento de estos lo que sabía sobre los agentes. Los españoles retrocedieron hacia Samá y detuvieron a los tres agentes.
Ante los revolucionarios quedaban dos alternativas: traicionar a sus compañeros o aceptar la muerte como agentes cubanos. Al parecer el temor al final triunfó, pues estuvieron de acuerdo en servir de guía a las fuerzas coloniales llevándolos a los campamentos y puntos de contactos donde usualmente se encontraban las avanzadas cubanas. El júbilo reinaba entre los enemigos de la independencia. Pensaban que estaban ante tres traidores. La realidad sería muy diferente.
En la madrugada del 23 de marzo de 1871, las fuerzas colonialistas salen de operaciones. Llevan como prácticos a los tres agentes y al que los había traicionado. Pero veamos que ocurrió narrado por el jefe de la fuerza hispana en el informe a sus superiores.
“Hallándome reconociendo los montes de los Pasos, inmediatos a Tasajeras, los prácticos Agustín de Feria, José y Juan de Silva se negaron a prestar servicio exponiendo que no eran conocedores del terreno el primero y el último y el segundo que se hallaba enfermo, siendo falso lo expuesto por dichos prácticos porque ni desconocían el terreno ni se hallaban enfermos tampoco no atendí las excusas y los obligué a seguir las operaciones. Visto por ellos que no podían conseguir sus deseos se fugaron en la mas espeso de aquellas montañas en dirección a Tasajeras punto donde debía hallarse el enemigo y en su consecuencia distribuí la fuerza para lograr la captura lo cual conseguí” (1)
Pese a las amenazas de que serían ejecutados los tres combatientes de la inteligencia militar mambisa se negaron a prestar cualquier servicio a los españoles por lo que: “fueron pasados por las armas en cumplimiento de las superiores disposiciones siguientes”. (2)
Agustín de Feria, José y Juan de Silva fueron olvidados por amigos y enemigos. Ellos no pudieron imaginar que escribirían una página heroica de la historia de Cuba con su sangre generosa.
Notas
1- Archivo Provincial de Holguín, Fondo Tenencia de Gobierno, Legajo 162, Expediente 7031.
2- Archivo Provincial de Holguín, Fondo Tenencia de Gobierno, Legajo 162, Expediente 7031.
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