Holguín: Creatividad para salvar vidas

Doctor Miguel Leyva Tamayo, innovación
Doctor Miguel Leyva Tamayo, especialista de Segundo Grado en Neurocirugía, muestra su innovación. Foto: Germán Veloz Placencia (Granma)

La muerte le hizo rondas a un adolescente hace unos ocho años. Fue cuando el muchacho, residente en el municipio de Banes, decidió demostrar las habilidades de «clavadista», lanzándose de cabeza desde un puente al río en que disfrutaba de su tiempo libre.

Sin embargo, calculó mal la profundidad. La vertiginosa inmersión tuvo como desenlace un brutal impacto con el lecho rocoso de la vía de agua. El resultado de la colisión fue la luxación del cuello y fracturas severas de la columna cervical. Eso, en lenguaje popular, significa que se «desnucó».

Por suerte tuvo auxilio rápido y lo trasladaron hasta la ciudad de Holguín, para ingresarlo en el hospital provincial pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja. Allí le colocaron un equipo denominado Fronda de Glisson, diseñado para la tracción de la columna en casos como este, pero unas horas después, el propio dispositivo le produjo un edema en el cuello, y fuertes quemaduras por fricción en la misma región, panorama al que no estaban ajenos los especialistas, porque la literatura médica advierte que el aparato puede provocar esa situación.

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«Así lo encontré al comenzar mi guardia médica. Había que erradicar el problema creado y salvarle la vida. ¿Qué hacer? No lo pensé mucho y me fui al almacén del hospital. En una maleta ´para tiempo de guerra´, entre muchos medios valiosos, encontré un retractor de rodillas, de uso común para los ortopédicos, y se me ocurrió hacerle una transformación», relata el doctor Miguel Leyva Tamayo, especialista de Segundo Grado en Neurocirugía, profesor auxiliar de la especialidad, investigador agregado y Máster en Urgencias Médicas.

La modificación, que requirió consultas con personal calificado del Departamento de Electromedicina, consistió en quitarle los elementos que sujetan la rodilla y colocar en su lugar varillas metálicas a partir de la adaptación de unas provenientes de camas en desuso, las que llevó a un tornero cuentapropista conocido, con el fin de que las cortara a la medida acordada y les afinara uno de los extremos.

«Hecho lo anterior, y añadidas las varillas en el retractor, procedimos a la esterilización del conjunto. Luego lo colocamos en el paciente. Para ello hicimos los dos trépanos biparietales de tabla externa del hueso del cráneo, y comenzó el proceso de retracción de la columna cervical, colocando pesos de acuerdo con la altura de la zona fracturada.

«Posteriormente, incrementamos el peso de forma progresiva, de acuerdo con cálculos que tienen que ver con el peso del paciente y el nivel de altura de la fractura, hasta tener una distracción de la cervical y la alineación de los cuerpos vertebrales, lo que favoreció la recuperación desde el punto de vista radiológico, para conducirlo al acto quirúrgico en un segundo momento».

Así surgió lo que se conoce hoy en el escenario nacional de la neurocirugía como Retractor Craneal para Luxofractura Cervical. Se trata de una innovación criolla que, para muchos entendidos en la materia, es genial por la sencillez de la solución y lo que esta significa para preservar la vida de niños, adolescentes y adultos en una situación como la descrita.

Probada efectividad

Solo el muchacho salvado, sus familiares y amistades más cercanas, así como el personal médico que le da seguimiento, conocen que lleva una placa metálica atornillada en una parte de la cervical. Y lo más importante es que anda por la vida sin discapacidad alguna.

«El retractor craneal ha sido utilizado en otros tres pacientes. Dos fueron salvados. La muerte nos arrebató uno. Este último se había tirado de cabeza en una piscina con bajo nivel de agua, pero llegó en un estado neurológico muy complicado, es decir, cuadripléjico. Tuvo severas dificultades respiratorias», recuerda con amargura el destacado especialista.

Al pedirle que valore la innovación, expone lo que considera puntos fuertes. Primero, se coloca al paciente en la cama que ocupa, sin necesidad de llevarlo a un salón quirúrgico. Asimismo, se emplea anestesia local y el procedimiento es a cabello íntegro. De ese modo, evita rasurar íntegramente la cabeza, pues en caso contrario siempre hay afectaciones sicológicas en el paciente. Además, el intercambio de este con el médico es constante durante el momento de la instalación, lo que da pie a una relación biosicosocial favorable.

«También es reutilizable y posee larga durabilidad. En cuanto a la esterilización, es posible mediante autoclaves o con el uso de sustancias desinfectantes. Por eso mismo, es mínimo el riesgo de infecciones, y en su fácil instalación, en el paciente se emplean pocos recursos médicos y material gastable. Basta con una jeringuilla con anestésico local y un bisturí para hacer una pequeña abertura en la piel del cráneo, a lo que sigue el trépano en la tabla externa del hueso».

Deseos por convertir en realidad

Estimulado por compañeros que reconocen la importancia del dispositivo y los propios deseos de relanzarlo tras su surgimiento, Leyva Tamayo lo presentó en el primer semestre de este año en el evento Expociencia, al que se llevan las soluciones con las que la provincia de Holguín enfrenta retos diversos.

El jurado, ni corto ni perezoso, le otorgó el primer premio en la categoría de innovación. Igualmente, recomendó la posibilidad de producción a escala industrial, para lo cual, entre otras cosas, admite el autor, deben ser resueltas cuestiones relacionadas con la patente.

Esto le ha dado nuevos aires al autor, quien admite que aún está por realizarse su sueño de generalizar el uso del dispositivo. Hoy solo existe uno y la idea es hacer dos más, para entregar a los hospitales Vladimir Ilich Lenin y Lucía Íñiguez Landín, de la provincia de Holguín. A continuación, se harían los de los principales hospitales de Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.

Recuerda el especialista que, de acuerdo con las normas y procedimientos de la especialidad, todo neurocirujano debe colocar este tipo de aparato, lo que no reduce su disposición para ofrecer la capacitación necesaria. No se puede pasar por alto, aclara, que el hospital Octavio de la Concepción y de la Pedraja es centro de referencia en la región oriental en lo que respecta a intervenciones quirúrgicas complejas de tumores y de malformaciones congénitas.

Si está en juego la vida de personas, ¿por qué se ha dilatado la generalización de la innovación ? ¿qué se espera para asumir las recomendaciones del jurado de Expociencia 2023 sobre posible producción seriada del dispositivo? ¿por qué al autor se le ha dificultado el acceso a retractores de rodilla para añadirles las varillas que concretan la tracción craneal? ¿Tendrá que ver con el relativamente bajo número de casos de luxaciones de cuello y fracturas de la cervical registrados en sentido general en Holguín, desde 2014 hasta hoy ? ¿no hizo falta ya un dispositivo de este tipo en el Hospital Clínico-Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín? Las autoridades de Salud Pública deben valorar cuidadosamente esta situación.

Mientras eso ocurre, el doctor Miguel se angustia cuando llega el verano. Su experiencia le dice que esta etapa es propicia para los accidentes que sufrieron los muchachos mencionados. Si bien permanece listo para brindar asistencia médica especializada, prefiere que padres e hijos reflexionen en conjunto acerca de la impetuosidad e inexperiencia de los segundos, lo cual puede conducir a desenlaces desagradables. Por eso, entre otras cosas, recomienda prestar atención al comportamiento en ríos y piscinas.

Por Germán Veloz Placencia (periódico Granma)

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