Los caminos de la encrucijada holguinera

Entre octubre de 1868 y abril de 1869 se produjeron en el territorio holguinero acontecimientos bastante peculiares; que no solo matizaron la historia de Holguín, sino pusieron al descubierto las contradicciones que se desarrollaban en el seno de la revolución. Ver lo ocurrido entonces, desde diversos puntos de vista, nos puede ayudar a comprender los hombres del 68 y sus aspiraciones políticas. Organizar el impulso que llevó al alzamiento en un estado era en extremo complejo. Los revolucionarios estaban ante una verdadera encrucijada con muchos caminos. Los holguineros anduvieron por más de uno de esos senderos. Aunque todos tenían un solo fin: alcanzar la independencia de Cuba.

El camino de Bayamo
encrucijada, Luis Marcano
Luis Gerónimo Marcano Álvarez, mambí de origen dominicano. En 1868 figuró entre los primeros que se alzó en Cuba contra la metrópoli española, a pesar de haber servido en sus filas años antes. Imagen tomada de Cubasí

Al estallar la contienda, de 1868, el líder de la conspiración en Holguín se negó a incorporarse a la lucha. Sin embargo, se produjeron alzamientos espontáneos  en los barrios. Pero no se creó un mando central. Céspedes salvó la situación designando al venezolano Amadeo Manuit, jefe de Holguín.

Esta fue una victoria espléndida de Carlos Manuel de Céspedes. Era  la única jurisdicción donde se reconoció la autoridad de la persona designada por él, para la delicada misión de jefe de las fuerzas locales. En los primeros días de diciembre de 1868 Céspedes sustituyó a Manuit  por el dominicano Luis Marcano, como jefe de los holguineros.

Los holguineros, el 30 de octubre de 1868, atacaron la ciudad infructuosamente. Se retiraron a los alrededores de Holguín. El 17 de noviembre penetraron de nuevo. Le pusieron sitio a los edificios ocupados por los españoles. No pudieron vencer la resistencia contraria. En este periodo controlaron casi toda la ciudad, los españoles solo dominaban la manzana donde estaba un edificio llamado La Periquera y el hospital militar y en la jurisdicción con la excepción de Gibara, el resto estaba en poder de los libertadores. El seis de diciembre una columna precedente de Gibara liberó el sitio de Holguín. Desde aquel momento se iniciaba una constante ofensiva hispana donde los revolucionarios tenían la peor parte.

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La organización implantada en los días de victorias  por los revolucionarios  respondía a la situación de un estado, que funcionaría en condiciones normales. Céspedes estableció un gobierno centralizado en Bayamo desde donde dirigía a las jurisdicciones sublevadas en el oriente cubano.

A las arcaicas formas de gobierno español, de inicio los mambises no podían oponer nada nuevo. Copiaron, en esencia, las estructuras establecidas por los españoles. Tan solo situaron en ella a individuos fieles a Cuba Libre. Los ayuntamientos continuaron funcionando, pero en esta ocasión con alcaldes y regidores mambises. Se mantuvo la estructura de las jurisdicciones coloniales. Se nombraron tenientes gobernadores, capitanes y tenientes pedáneos entre los insumisos. La tendencia, según la documentación que hemos consultado, era situar en los cargos de mayor responsabilidad a los principales vecinos de cada pueblo. Casi siempre  eran blancos y propietarios. Aunque también  le dieron participación a alguna gente humilde.

Durante el sitio de Holguín los insurrectos organizaron un cabildo y toda la estructura administrativa  similar a la colonia. Sobre el funcionamiento de este primer cabildo mambí hay muy poca información. Esto nos imposibilita conocer detalles de lo que hicieron o dejaron de hacer. Una función esencial de esta organización  era encargarse del abastecimiento de las fuerzas insurrectas. Lo que dada las anómalas circunstancias creadas por la guerra era una tarea bastante triste. El gobierno local establecido por los revolucionarios se guiaba por las orientaciones emanadas del  central que residía en  Bayamo. En cierta forma se volvió a los tiempos iniciales cuando Holguín formaba parte de Bayamo.

El camino de Tacajó

Al caer Bayamo en poder de los españoles Céspedes perdió el factor esencial que le había servido para ser reconocido por los demás lideres regionales: el éxito militar  El primer golpe lo propinó Donato Mármol, quien apoyado por un grupo de oficiales se proclamó dictador en el sentido romano de la palabra. Es decir tomar las riendas del gobierno para salvar la situación de caos impuestas por las derrotas. Sobre las causas de la decisión de Mármol hay diversos criterios. Según Máximo Gómez  fue porque(1): “Eduardo Mármol, culto y funesto, aconsejo a Donato la dictadura”. (2)

Mientras para el intelectual del siglo XX Cepero Bonilla: “Tacajó no fue una mera peripecia determinada por la ambición de un hombre o de un grupo. Respondió a los intereses de las clases populares que formaban el grueso del  ejército libertador de Oriente.(3)

No es nuestro objetivo historiar ni ofrecer criterio sobre tan singular acontecimiento en este texto breve. Sino más bien tratar de valorar su impacto en Holguín. Es interesante que parte de este movimiento se desarrolló en el territorio de la jurisdicción de Holguín. Las fuerzas de Donato Mármol se habían desplazado hacia las márgenes occidentales de la inmensa bahía de Nipe en espera de una expedición que la emigración le había prometido que desembarcaría por la península del Ramón. Esta concentración sirvió de escenario al movimiento político. Parte de estas tropas se situaron en Tacajó.

Los líderes holguineros estuvieron en contacto con Mármol y sus hombres. Incluso se realizó una entrevista entre Julio Grave de Peralta y Donato Mármol en Tacajó. Pero los holguineros no se suman al movimiento de Mármol. El asunto radica en concepciones diferentes de ver la organización de la revolución. Es indiscutible que estamos ante dos criterios. Unos estaban por una dirección centralizada, una especie de dictador en el sentido romano del término. Otros creían que era más conveniente un gobierno   por medio de elecciones con un parlamento, que sirviera de contrapartida al ejecutivo. En Puerto Príncipe (Camagüey) triunfaron los criterios de este último grupo. Desde los primeros momentos del alzamiento se creó un Comité Revolucionario. También debió de influir en los holguineros la admiración y fidelidad de Julio Grave de Peralta y sus parientes mambises por Carlos Manuel de Céspedes.

La forma de gobierno en el oriente estuvo marcado por las circunstancias en que se produjo el alzamiento. Este fue la decisión de un grupo regionalista que escogió la fecha, sin contar con los demás caudillos. El factor decisivo fue la victoria militar que significó la toma de Bayamo. No menos importante fue la capacidad e inteligencia de Céspedes. Su flexibilidad y comprensión hacia los demás líderes regionales. Además la inclusión por él en la nómina del naciente ejército libertador de un grupo de militares extranjeros que actuaron con relativo éxito. Las victorias de estos prestigió a Carlos Manuel.

Nos podríamos preguntar si había realmente una diferencia sustancial respecto a la democracia entre ambas concepciones.  En esencia quienes ocupaban los altos cargos de dirección en las diferentes formas de gobierno que se sucedieron antes de la constitución de Guáimaro eran  casi por regla blancos propietarios, en menor medida profesionales blancos. Todos ellos por lo general tenían  arraigo en sus respectivas regiones.

El camino de Puerto Príncipe

El 10 de marzo de 1869 los revolucionarios holguineros dan un importante paso: constituyen el Comité Revolucionario de Holguín. Al parecer con anterioridad había existido un comité revolucionario. Al producirse el estallido y subordinarse Holguín al gobierno de Céspedes desapareció el referido comité. Julio Grave de Peralta en una carta afirma que fue:  “Reconstituido el Comité Revolucionario de Holguín.”(4)  Es decir no estamos ante una nueva institución. Si no que esta ya había existido al estallar la guerra. Su origen seguramente que procedía  desde la conspiración.

No estamos ante un mundo dominado por el caos y los criterios de cada caudillo. Esta situación se ha dado en Manzanillo donde los líderes se reúnen en el ingenio de Manuel Calvar  y conforman la base elemental de un futuro estado y fijan la fecha del alzamiento. El caudillismo del 68 habría que comenzarlo a estudiar andando y desandando estos peculiares caminos políticos; como fueron la formación de los  comités revolucionario de Camagüey y Holguín. Nos encontramos en la génesis de la revolución. Pese a lo improvisado de la situación y los muchos apuros del momento esta gente actúa con gran madures y cordura política.

El Comité Revolucionario de Holguín quedó integrado por: José Justo Aguilera como presidente,  por tres vocales Jesús Rodríguez,  Nicolás Mariño y Antonio Alcalá y un secretario.(5)

Este  se creó por la votación de los vecinos que radicaban en el territorio controlado por los mambises. Julio Grave de Peralta en una carta a Carlos Manuel de Céspedes afirma:   “…el Comité elegido por el pueblo…”(6)

Su formación fue aprobada por los dos jefes militares de mayor relieve. Luis Marcano, general en jefe de la división, y de hecho representante de Céspedes en la comarca. Julio Grave de Peralta el caudillo local de más arraigo, también reconoció la nueva institución. Su objetivo inicial era sustituir de forma provisional la administración central de Bayamo con la que las comunicaciones eran difíciles. Esta había recibido un contundente golpe con la toma de esa ciudad por los colonialistas. Las autoridades locales holguineras no tenían de quienes recibir ordenes superiores.

Las relaciones de esta institución con Carlos Manuel de Céspedes son bastante peculiares. Julio en carta a Luis Marcano le expresaba que: “… por que no dudo que aquel cuerpo ve en el C. Carlos Manuel de Céspedes lo mismo que U. y yo, el primer Gefe de la Revolucion según sento en el acta de  su institución”.(7)

Se seguía obedeciendo a la autoridad del Capitán General mambí. Al día siguiente de constituirse  el Comité Grave de Peralta envía una circular a los capitanes pedáneos: “…haciéndole saber los decretos dictados por el C. Carlos Manuel de Céspedes Capitán General del Ejercito Libertador de Cuba cuyos originales se encuentran archivados”.(8)

El 18 de marzo el Comité estructuró a Holguín en dos brigadas: la occidental y la oriental. Situó como jefe de la  primera a Julio Grave de Peralta y de la segunda a  Luis Marcano. Ambos estarían en igualdad de condiciones, subordinados al Comité. Estamos formalmente ante una nueva organización  militar más que una destitución. Pero en la práctica el asunto merece otra lectura. Hasta aquellos momentos Céspedes era el único que se había atribuido la facultad de nombrar y destituir a los jefes militares. A partir de esta decisión  el Comité se tomaba ese derecho y lo ejercía. Además la zona más importante en aquellos momentos en el orden militar en Holguín era la de la brigada occidental. Allí se encontraban la mayoría de los vecinos y las fuerzas libertadoras más numerosas. También el número de tropas contrarias  eran superiores.  Todos los miembros del Comité residían en ese territorio.

No hay dudas de que a Luis Marcano se le situó en una zona  secundaria en aquellos momentos para el desarrollo de las operaciones militares. Es posible que los enemigos de Céspedes comenzaran a actuar. La presencia de Julio Grave de Peralta los contuvo. Al día siguiente de estos acontecimientos Grave de Peralta le escribió a Céspedes dándole detalles de lo ocurrido. El 23 de marzo en una segunda carta le explicaba de nuevo los trascendentales acontecimientos. Sobre Marcano le expresaba que: “ …sin que varíe por aquella razón la graduación o cargo de que esta revestido…”(9)

Además Grave de Peralta continuó informando a Céspedes en detalles del desarrollo de las operaciones militares en la jurisdicción como  un fiel subordinado con su superior. Por lo menos ese es el tono que captamos en la documentación. Hay varias cartas con este sentido. Le escribe el 23 ,   28 ,  30 de marzo,  el 1,  5  y 10 de abril. En ellas se le trata con absoluto respeto y se le pide criterios sobre asuntos tan sensibles como la esclavitud.

Podemos considerar que, en cierta forma, el Comité  tenía jurisdicción tanto para designar a funcionarios civiles como militares. En ocasión de que Luis Marcano destituyó a un teniente pedáneo Julio le aclaró: “…porque siendo además de la exclusiva dependencia del Comité Revolucionario Holguinero su separación…”(10)

El Comité Revolucionario  fue protagonista junto a  Julio Grave de Peralta de un acontecimiento muy peculiar. Le ofrecieron  el mando de la jurisdicción de Holguín al general camagüeyano Napoleón Arango.

El 10 de abril, Julio responde una carta de Carlos Manuel, de fecha siete de ese mes. En ella explica las causas de esta decisión:

…en cuyo quinto párrafo se sirve V. pedirme francas esplicaciones acerca del nombramiento del Gral en Jefe de esta jurisdicción al C. Napoleon Arango debo significarle que atendiendo a las tristes y azarosas circunstancias por que atraviesa esta jurisdicción, cuyos pobres recursos para combatir al enemigo palpo diariamente con el mayor sentimiento sabiendo que el C. Arango tenia en el Camagüey su división sin empleo y que ecsisten entre el y las autoridades de aquel Departamento la mayor desavenencia de acuerdo con el Comité Revolucionario de esta jurisdicción y convencido de que el pueblo asentiría gustoso a ello sabiendo apreciar mi proceder decidí proponer a aquel C. Viniese a esta jurisdicción con la fuerza de su mando sediendole mi puesto seguro de que con ello daba mi paso laudable en pro de nuestra santa causa,tanto por que de este modo evitaba las consecuencias de la parcialidad a que aludo, cuanto, por que utilizaba a aquella fuerza contra el enemigo a quien abría podido hostilizar y derrotar  frecuentemente  y advierto a Usted que al tomar tal determinación ignoraba completamente que Arango estuviese sometido a un procesamiento judicial hoy que estoy enterado de lo ocurrido y según manifestó ayer a la asamblea de representante del centro retiro mi proposición hasta tanto se falle el procedimiento para en su vista acordar lo conveniente. (11)

Es interesante la forma de pensar y actuar de estos caudillos orientales. En primer lugar estamos ante hombres muy convencidos de la causa que defienden. Capaces de hacer cualquier sacrificio por ella. Como renunciar a un alto cargo militar de forma absolutamente voluntaria.

Napoleón Arango tenía una posición claudicante. Asunto desconocido por los holguineros. Al conocer esto declinaron el ofrecimiento. El camagüeyano acabó presentándose a los españoles.

El 10 de abril se iniciaba la asamblea de Guáimaro. Los dos miembros del Comité Revolucionario enviados a Camagüey con la propuesta a Napoleón Arango fueron incluidos en la nómina de los representantes de oriente. De esa forma Holguín fue la única región del oriente que tuvo una representación individual. Es interesante que en la comitiva de los orientales se encontraban los holguineros,  que de hecho desacataron al gobierno de Céspedes.  En la Asamblea de Guáimaro predominaban los enemigos del hombre de La Demajagua. Esto nos dice del prestigio del bayamés que fue capaz de estar por encima de sus contrarios. El Comité Revolucionario de Holguín, al constituirse  la República de Cuba en Guáimaro se autodisolvió. Sus miembros quedaron a disposición de la naciente república.

El Comité Revolucionario de Holguín nos muestra una rica experiencia de los cubanos para alcanzar  una organización  administrativa  y política capaz de representar a los vecinos de esta comarca. Todos estos intentos de gobiernos como el de Carlos Manuel de Céspedes, el proyecto dictatorial de Donato Mármol y el referido de Holguín son ejemplos elocuentes de la riqueza política de los hombres y mujeres que iniciaron la guerra de 1868. Al mismo tiempo nos encontramos con una alta responsabilidad  y madurez que se expreso en el hecho de que pese a las diversas divergencias de criterios, intereses regionales y de los diferentes lideres se aceptó la formación de una República el 10 de abril de 1869. Todos estos senderos demuestran la flexibilidad de Carlos Manuel de Céspedes y su sentido de estadista pues desde prácticamente los primeros momentos de la revolución tuvo que enfrentar sediciones.

Notas

1–En las citas textuales se respeta la ortografía original

2–Diario de Martí. En Máximo Gómez Diario de Campaña, Instituto del Libro, La Habana, 1968, p 363 .

3–Raúl Cepero Bonilla, Azúcar y Abolición,  Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971, p. 166

4–Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152, Copia número 80

5–Constantino Pupo y Aguilera .Patriotas Holguineros. Holguín 1956,  p  4

6– Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Documento 152, Libro de Borradores Carta de Julio Grave de Peralta  a Carlos Manuel de Céspedes del 23 de marzo de 1869.

7–Ibídem a  Luis Marcano del 30 de marzo de 1869.

8–Ibídem   a Carlos Manuel de Céspedes del 11 de marzo de 1869.

9–Ibídem, del  23 de marzo de 1869.

10–Ibídem, a Luis Marcano del 11 de abril de 1869.

11– Ibídem a Carlos Manuel de Céspedes de Julio Grave de Peralta 10 de abril de 1869

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