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Ernesto García, el uruguayo que logró reunir una colección única de relojes soviéticos. Foto: Tomada de sputniknews.lat

Ernesto García, el coleccionista de relojes soviéticos

Hace poco más de 20 años el uruguayo Ernesto García Pérez comenzó su colección de relojes soviéticos, que supera hoy las 800 piezas, una de las más grandes de América Latina. Reúne disímiles historias asociadas al mundo de la cosmonáutica en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Durante una visita reciente a La Habana, Cuba, el coleccionista comentó a Sputnik que su primer reloj procedente de la URSS fue un Vostok —una de las marcas más antiguas y reconocidas en el país— del año 1975, “con mecanismos y engranajes simples, más reparables y atendibles si se rompían que otros de la misma época y de diferente procedencia geográfica”.

A ese siguió un Sturmanskie tipo 1 —modelo conocido posteriormente como Gagarin—, de comienzos de la década de 1950, un milímetro más grande que el tipo 2 utilizado por el cosmonauta Yuri Gagarin durante su primer vuelo tripulado al espacio, a bordo de la nave Vostok-1, lanzada el 12 de abril de 1961 desde el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.

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Los relojes soviéticos fueron de gran aceptación mundial, al ser el segundo fabricante del mundo tras Suiza. Foto: Foto : Gentileza Ernesto García

“Nunca estuve de acuerdo con que los relojes fueran un elemento de lujo económico o de sobreprecio, siempre me interesó que constituyeran una herramienta de trabajo para su propietario”, refirió García Pérez.

En este sentido, describió, la industrialización de la Unión Soviética desde finales de la década de 1920 supuso el desarrollo de la relojería, a partir de iniciativas como la inauguración de la primera Fábrica de Relojes de Moscú, en 1930, y de la segunda en 1945. Ello determinó que en las décadas de 1950 y 1960 la producción de la nación euroasiática en el rubro solo fuera superada por la de Suiza.

Los relojes y su historia

Uruguay no recibió una importación significativa de relojería procedente de la Unión Soviética; por tanto, la mayoría de las adquisiciones de Ernesto se logró mediante redes virtuales dedicadas a ese tipo de productos exclusivos, con una historia, cultura e identidad asociada al adelanto de la carrera espacial en los países de Europa del Este.

En 2018, por ejemplo, compró un Pobeda K-34, similar al que cosió el médico de aviación Abram Moiseevich Genin en la manta que acompañó a la perrita Chernuska —durante su misión a bordo de una nave del programa Vostok, lanzada el 9 de marzo de 1961—, con el propósito de comprobar si el mismo funcionaría a su regreso.

“Nadie sabía que viajaría con un reloj”, recordó García Pérez, pero “se considera que es el primero que llegó y regresó del espacio en un ser vivo”.

Estos aparatos para medir el tiempo ya son difíciles de encontrar, indicó. “Solo mediante la conexión entre coleccionistas que, por un motivo u otro, intercambian o comercializan sus piezas. Existen muchas de estas comunidades, en Sudamérica apenas dos o tres, pero en Europa sí hay una mayor presencia, sobre todo en Italia, España y Rusia, y en Estados Unidos de América”, puntualizó.

Además de los Sturmanskie, consignados a los militares de la URSS, Ernesto posee desde 2020 un Pobeda, conocido como Chapaev, que llevaba habitualmente Gagarin.

“Existen dos versiones: una en donde el cuatro se cierra en sus puntas y otra donde ese número tiene una pequeña abertura; no hay registro gráfico, fotografía o investigación que devele cuál fue el utilizado por el cosmonauta, pero como su adquisición es tan compleja ambos valen como relojes de uso personal de Yuri”, puntualizó.

Otra de sus joyas es un modelo Elektronika cuarzo, el mismo que empleó Serguéi Krikalev, conocido como “el último ciudadano soviético”, desde su incursión en el espacio el 18 de mayo de 1991 a bordo de la nave Soyuz para una misión, inicialmente, de cinco meses en la estación MIR, junto a su compatriota Anatoly Artsebarsky y la británica Helen Sharman.

Krikalev partió al espacio como ciudadano soviético, pero regresó a la Tierra como ciudadano de Rusia el 25 de marzo de 1992, tres meses después del derrumbe de la URSS y la fragmentación en 15 naciones independientes.

El proceso de búsqueda

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Colección de relojes fabricados en la URSS. Foto: Tomada de sputniknews.lat

Ernesto dedica dos horas al mantenimiento de sus relojes, ubicados en una habitación solo para ellos y con las condiciones de temperatura y humedad requeridas, y otras tres o cuatro horas más a la búsqueda de nuevos modelos, la comprobación de su año de lanzamiento, historia y el nexo con las figuras fundamentales de la cosmonáutica soviética.

Al contactar con el posible vendedor, García Pérez investiga si el utensilio ha sufrido modificaciones internas, ha sido vandalizado para salvar otro o reparado con partes que no son las originales. Una vez que evidencia su autenticidad, comienza el proceso de negociación. De esa manera también obtuvo los tres relojes que acompañaron al cosmonauta Vladimir Komarov en su último viaje.

“Komarov usó un Poljot Strela, del cual hicieron numerosas versiones entre la década de 1950 y mediados de 1960. ¿Cómo saber con certeza cuál llevó en su último vuelo? Requiere mucho estudio, trabajo, análisis de imágenes e interacción con coleccionistas más antiguos. En su fallido regreso a la Tierra llevaba un Stela calibre 3017, un Slava Rattrapante y un reloj de cabina AYX0”, expresó.

También atesora un Poljot Stadium, similar al utilizado por el médico y cosmonauta Oleg Atkov en 1984 durante su permanencia de más de dos días en el espacio a bordo de la estación Salyut 7. “Debido a las decenas de versiones entre 1970 y 1980, conseguir la combinación del cuadrante, el aro y la malla metálica original fue una labor investigativa importante”.

“Resulta casi imposible la comunicación con algunas de estas personas, pues por su edad no tienen redes sociales o correo electrónico. Entonces coleccionistas con mayor experiencia que sí pudieron interactuar con ellos nos acercan los datos a su alcance para poder adquirir estas piezas”, argumentó.

Asimismo, indicó, existen páginas en internet que recopilan información sobre relojería, algunas de ellas con cronologías y estudios pormenorizados sobre cuáles utilizaron los profesionales en las diferentes estaciones espaciales.

Con información de Danay Galleti Hernández/ Sputniknews.lat

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