El subsuelo cubano despertó tempranamente el interés de la minería estadounidense. La industria del poderoso vecino se desarrollaba vertiginosamente y necesitaba todo tipo de minerales. Cuba le podía ofrecer varios de esos materiales y con la ventaja de la cercanía.
Muy pronto se iniciaron las labores de exploración. Inicialmente fue de una forma bastante discreta con la presencia de especialistas que visitaban el archipiélago de forma más o menos esporádica. Tenemos referencias de la presencia de algunos geólogos en la primera mitad del siglo XIX. El 23 de enero de 1836 entraba en la bahía de Gibara el bergantín Columbus procedente de Nueva York.
Entre sus pasajeros se encontraba el geólogo británico Richard S. Tylor, y el 29 de marzo de ese año arribó al puerto de Gibara en la goleta James el profesor de mineralogía y química natural de la vecina nación Thomas G. Clemson. (1)
Al parecer ambos especialistas eran una especie de avanzada de la industria extractiva de los Estados Unidos de América. La Guerra de 1868 detuvo los intentos de invertir en la minería. No es hasta 1884 que se produce la primera inversión estadounidense en la minería cubana con la explotación de una mina de hierro en el sur de Oriente. Con la ocupación de la nación antillana por el ejército de ese país el primero de enero de 1899 y luego la fundación de la República Mediatizada, se incrementaron las exploraciones geológicas. Las prospecciones más importantes se hicieron en las antiguas provincias de Oriente y Camagüey.
La zona de Mayarí trajo muy pronto la atención de varias empresas estadounidenses. En 1905 el geólogo sueco Tornebohm calculaba que los yacimientos de hierro de Mayarí representaban el cinco por ciento de todo el existente en el mundo conocido hasta aquellos momentos. Arthur S. Spencer, de la Geologie Survey, calculaba que las reservas de hierro de Moa eran de más de 700 millones de toneladas. (2) En las primeras décadas del siglo XX hay varios ejemplos de explotación minera estadounidense. Algunas de ellas en el territorio de la antigua provincia de Oriente. La Holguín Exploration Company explotaba una mina de oro, la Gloria Mining Company se dedicaba a extraer manganeso en Pajarito de Cauto, la Sun Developig Company actuaba en Bueycito extrayendo manganeso, la Spanish American Iron company en Daiquiri obtenía hierro. Fue en el norte de Oriente, en la primera mitad del siglo XX, donde se establecieron los mayores centros de extracción de minerales en Cuba. Estos eran los de Felton en 1909, Nicaro 1943, y Moa en 1959. En esta zona se encontraban los mayores yacimientos de hierro, níquel, manganeso y cobalto en Cuba.
La fundación del embarcadero de Felton en las riberas de la bahía de Nipe, en el municipio de Mayarí, por la Bethlehem Steel Corporation marcó el inicio de la penetración de capitales estadounidenses en la región del norte de Oriente. La referida empresa se fundó con capital judío proveniente de Nueva York, la intermediaria sería la Spanish American Iron Company. Esta explotaba dos minas nombradas Hesaba y Mayarí Chiquito en la meseta de Pinares de Mayarí. El embarcadero del mineral se realizaría por las costas de la gigantesca bahía de Nipe, la mayor de Cuba con suficiente calado para permitir la entrada de grandes navíos. Era una bahía de bolsa por lo que ofrecía una magnifica protección a las embarcaciones y las instalaciones portuarias. Seleccionaron un punto de la costa relativamente cercano a las minas y comenzaron a transformar el lugar.
La empresa construyó oficinas, almacenes, fondas, viviendas, un hotel y un secadero para el mineral; instaló grúas eléctricas que cargaban mil toneladas diarias. Construyó un ferrocarril de 23 kilómetros, dos líneas telefónicas privadas y alumbrado eléctrico.
El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 y la demanda de hierro para fabricar equipos bélicos hizo que se aumentara considerablemente la producción de la mina. Felton se había convertido en algo exótico a los ojos de los vecinos de la comarca. Aquella era una zona campesina caracterizada por la siembra de tabaco y una economía de subsistencia. La presencia de empresas estadounidenses había cambiado por completo el ritmo de vida del territorio. No solo funcionaba a toda máquina la mina sino que se fundó el central azucarero Preston también en las márgenes de la bahía de Nipe, propiedad de la United Fruit Company. Cada vez era más frecuente ver a estos anglosajones blancos y rubios hablando un idioma que pocos entendían. La empresa minera ofrecía un beneficio inmediato: empleo. En 1919 tenía 600 trabajadores, 25 de ellos americanos.
Muy pronto se mostró el lado nada agradable de ese tipo de empresas trasnacionales. En febrero de 1919 se anunció oficialmente el cierre de la mina por estar saturado el mercado del mineral de hierro. (3) Fue el fin de aquella fuente de empleo. En Mayarí quedaban los huecos solitarios de las minas que habían herido la naturaleza exuberante de la región. Los edificios abandonados del poblado de Felton y la amarga experiencia de que aquella no era una vía de desarrollo.
Citas
1.-José Vega Suñol: Norteamericanos en Cuba Estudio Etnohistórico, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2004, p. 63.
2.-Ibídem. p. 64.
3.-Ibídem. p 73.
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