El geólogo, arqueólogo y espeleólogo cubano, Antonio Núñez Jiménez es considerado el padre de la Espeleología en el archipiélago y el cuarto “descubridor” de Cuba, sus investigaciones y proyectos lo llevaron hasta Gibara donde guarda un especial recuerdo en quienes mantuvieron relaciones cordiales con el científico.
El Museo de Historia Municipal de Gibara expone en homenaje al centenario del natalicio de Núñez Jiménez imágenes, recortes de periódicos antiguos y el testimonio de trabajadores que lo conocieron en los días que preparaba la segunda etapa de su expedición en Canoa.
“Expedición con el capitán” recuerda los días en los que Gibara se volvió noticia al ser escogida por Núñez Jiménez para reanudar la segunda etapa de su expedición en canoa del Amazonas al Caribe.
El espeleólogo José Corella Varona, narra la travesía de la primera etapa como si la hubiese vivido y precisa que las canoas fueron construidas artesanalmente al estilo de los pueblos indígenas del Amazonas, y como por esas casualidades de la vida la expedición llegó a Puerto Rico, aunque no se le concedió permiso para atracar en la isla.
La tormenta desprendió las canoas del barco principal y se perdieron, pero una, la canoa Hatuey llegó hasta el puerto de Puerto Rico, donde fue recibida con júbilo y devuelta meses después a Núñez lo que le permitió continuar la expedición en una segunda etapa.
Un gibareño en canoa
Por aquel entonces, el joven gibareño José Corella Varona fue el único espeleólogo de la provincia escogido para participar en la segunda etapa de la expedición en canoa del Amazonas al Caribe, la cual partió el 30 de abril de 1988 desde Gibara.
El recorrido terminó en la isla de San Salvador en Bahamas, donde se desarrolló un simposio en el cual se discutieron el lugar por donde desembarcó Cristóbal Colon y el informe final de los resultados de la investigación en su conjunto.
Corella recuerda cómo iban haciendo levantamientos arqueológicos en las islas, donde desembarcaban lo que le permitió a Núñez demostrar la teoría del poblamiento de las islas del Caribe, además de las posturas que defendió el Capitán en el simposio de San Salvador.
Según Núñez el lugar preciso por donde desembarcó Colón en 1942 fue por Bariay, pero aclara que donde se produjo el primer encuentro entre las dos culturas fue en Gibara, ya que fue precisamente por esta bahía donde el Almirante describe en su diario que vio los primeros nativos.
Recientes descubrimientos arqueológicos refuerzan esta teoría, al otro lado de la bahía de Gibara, en el pueblito de San Antonio, se encontraron restos de un poblado aborigen dedicado a la pesca y del cual se recuperaron diferentes piezas de artesanía.
Núñez, descubridor de Gibara
María Hernández Medina, es historiadora de profesión, atesora en su memoria recuerdos de Núñez Jiménez cuando estuvo en la villa y aun le sorprende el conocimiento que tenía sobre la geografía y las cuevas de la zona.
Corella precisa: “esa cueva que tanto le gustaba a Núñez en la actualidad no existe, fue destruida por las construcciones militares, una cueva extensa, bella, que formaba parte del sistema de cavernas de Gibara…”.
“…No existe la cueva de los Panaderos, de los Santos o la Murcielaguina, es una sola cueva, las construcciones miliares fueron las que crearon los diferentes accesos, y de hecho es una de las más grande de la provincia porque sobrepasa los cuatro kilómetros”, aclara el espeleólogo.
Núñez en los días que preparaba la segunda etapa de la expedición, se sentaba en el parque a contar las historias de sus aventuras, así lo conocí, recuerda Francisco Percy Cuesta Rodríguez, miembro de la Sociedad Espeleológica de Gibara.
“Núñez no estuvo solo en esa ocasión en la Villa Blanca, guarda una relación especial con la ciudad, estudio sus cuevas mientras realizaba el mapa carsológico de Cuba y en los años 70 también estuvo mientras realizaba un bojeo al archipiélago siguiendo la ruta de Cristóbal Colón”, explica.
Ser un conocedor de Gibara, su carácter afable y asequible hizo que se ganara la admiración de quienes lo conocieron y lo acompañaron en ese viaje hacia la historia, no podía faltar entonces el homenaje al hombre: Capitán del Ejército Rebelde, eminente científico, descubridor de Gibara y de Cuba.
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