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El sexting se recomienda hacerlo entre conocidos, ante los riesgos que puede implicar. Foto: Archivo

Sexting, el erotismo hipermedia

Ya no recuerda bien la primera vez que decidió mostrar su cuerpo. La joven holguinera comenzó por cosas simples y excitantes para ambos. Se sentía dominante por hacerlo babear a través de la pantalla. Aunque era absorbida por el desenfreno en esos momentos de cercanía, la red no le daba mucha certeza.

“¡Que buen escote!, ¡esos labios!, ¡te ves increíble!”. Los halagos la hacían sentirse más segura de su cuerpo; así empezó todo y avanzó rápido. Ella le había dado Online una confianza sin límites.

Después de varias confesiones de madrugada y sesiones de sus partes más íntimas; el chico quedó Offline y ella con la incertidumbre del destino. ¿Cuál sería el paradero de sus fotos y videos?

Las nuevas tecnologías de la información han revolucionado cada aspecto de la vida posmoderna. Con solo deslizar el dedo unos centímetros por la pantalla del móvil podemos conectarnos sin importar la distancia o tiempo. Cada rincón del cuerpo humano puede ser sustituido, aunque sea pobre en corporeidad y sensaciones táctiles, por bytes y pixeles. Asimismo las historias pueden ser dolorosas y llenas de arrepentimiento por lo cual los jóvenes que ofrecieron sus testimonios en esta investigación mantuvieron el anonimato.

Una forma de explorar la sexualidad

El “Sexteo” (contracción de sexo y texteo, del inglés sexting) es un término que se refiere al envío de mensajes sexuales eróticos o pornográficos, por medio de teléfonos móviles.

Inicialmente hacía referencia solo al envío de SMS de naturaleza sexual, pero después comenzó a aludir también al envío de material pornográfico (fotos y vídeos) a través de móviles y ordenadores.

En Cuba esta práctica se ha vuelto habitual entre muchos. Durante el periodo pandémico de la Covid-19 aumentó su uso por las medidas de aislamiento impuestas; pues los espacios de interacción social en el plano físico fueron limitados. Esta costumbre ha permanecido, sobre todo, entre los jóvenes quienes encuentran mayor comodidad en el mundo digital.

Otras manifestaciones de la sexualidad fueron mal vistas por conservadurismos y tabúes y con los años se normalizaron, como la masturbación, primero masculina y luego femenina. El sexting es otra manera de explorar y vivir la sexualidad. No resulta negativo, aunque entraña peligros que surgen de las vías utilizadas.

Los riesgos de la exposición

Las barreras de privacidad de las redes sociales son más bien difusas. A partir del momento en que enviamos cualquier contenido perdemos el control sobre ello, el receptor puede difundirlo a su antojo.

Un joven de 24 años me confesó que durante el confinamiento accedió a chatear con su novia en un importante tono de sexualidad. Cuenta que lo hizo por “curiosidad y deseos sexuales”.

…”Cuando decidí dar por terminada mi relación con ella, amenazó con mostrarle a mi familia y amigos las fotos íntimas que le había enviado”…

“Lo he hecho, cuando mi esposo estaba lejos. Él lo pidió y no quise perderlo”, contó una madre de 32 años, quien descubrió en el sexting una forma de comunicación a pesar de la distancia.

La mayoría de quienes lo hacen, intentan encontrar pareja, o enlazar con alguien de forma sexo-afectiva. Una joven de 21 años a la que no le fue tan bien comenta: “Accedí a enviarle dos fotos a un chico que conocí por las redes y me gustaba. Luego comenzó a pedirme más y si no lo hacía amenazó con difundirlas”.

“Lo bloquee de mis redes sociales pero aún así prevalecía el miedo y sobre todo la incertidumbre de qué podría hacer con mis fotos”, agregó.

Generalmente no nos percatamos de que una imagen no solo puede ser difundida cuando la envías a alguien y este la reenvía, sino que también pueden producirse robos, pérdida de móvil o que un tercero acceda a las fotos sin tu consentimiento.

La pornovenganza, sextorsión, implicaciones legales

sexting, celular, internet En diferentes casos la foto íntima de un joven ha sido filtrada, con la intención de demostrar poder sobre el individuo y someterlo a la palestra pública. Trayendo consigo la respectiva humillación y el acoso, tanto en persona como en el ciberespacio.

En este sentido, existen dos fenómenos tan comunes que les han nombrado: la pornovenganza y la sextorsión. El primero hace referencia a la persona despechada por el final de una relación y, de manera vengativa, sube material sensible sobre su anterior pareja. El segundo habla de quienes usan como chantaje la publicación de conversaciones o imágenes íntimas para obtener un beneficio o, sencillamente, para evitar una separación por la fuerza.

Hay países que tipifican como delitos estos hechos. En Cuba no existe una legislación específica al respecto, pero sí figuras similares del Derecho. La Fiscal Ivonne Concepción indica que: “De acuerdo con lo previsto en el Código Penal vigente actualmente (Ley No. 151 de 2022), en dependencia de la forma en que ocurran los hechos, pudiera constituir un delito de actos contra la intimidad personal”.

“Según lo previsto pueden incurrir en sanción de privación de libertad de seis meses a dos años o ser multados quienes sin el consentimiento de la otra persona o con el propósito de afectar su intimidad personal y familiar, su propia imagen y voz, o identidad, obtenga, facilite, reproduzca, divulgue, trasmita o mantenga en su poder grabación o reproducciones de sonido, foto o video, mensajes o cualquier otra información de carácter personal o familiar de aquella”, asevera la Fiscal.

Estos apartados representan una posibilidad de que actos viles de esta naturaleza no queden impunes. Sería provechoso trabajar más desde el punto de vista legal en este ámbito

“Sexting” con cabeza

sexting, confianza, sexo, imagen, texto, mensajesSextear es una práctica con creciente prevalencia. Forma parte de las relaciones entre personas de un abanico de edades cada vez más amplio, pero debe considerarse de riesgo.

Los jóvenes encuestados para este reportaje, resumen que el sexting puede funcionar entre parejas estables para motivar la relación y que puede resultar estimulante —pero solo por un tiempo—, y así aumentar la fantasía sexual.

También “en ninguna circunstancia debe practicarse por menores de edad o adolescentes”. Advierten que se deben tomar precauciones, que es solo para personas donde predomine la confianza, especificaron jóvenes.

Algunos apuntan que “los chats secretos de Telegram no dejan rastros, y borran toda la multimedia automáticamente”, aunque la mayoría reconoce que “no existe una red totalmente segura”.

El sexting es una forma de acortar distancias entre los cuerpos, una especie de avance de lo que está por venir, para así decidir a tiempo si nos gusta lo que vemos. Vale la pena considerar los riesgos antes de practicarlo y dar ese primer “filito”.

Con información de Isabella Ávila

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