Fake news, Bulo, Infodemia

Para aprender a andar entre bulos y fake news de salud

La cantidad de información que se mueve en el mundo supera con creces la capacidad que tenemos las personas de asimilarla. Imagínese usted. ¿Cómo puede uno seleccionar la más relevante y más creíble ante tanta información “al alcance de un clic”? Para complicar el asunto otras problemáticas han alcanzado relevancia.

Los términos bulo y fake news no son ajenos en los ámbitos de la información médica y sanitaria, tampoco lo es el de infodemia. Pudiera pensarse que estos asuntos surgieron con la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (nuevas tics), pero no, para nada… La fabricación de noticias falsas o la distorsión de noticias verdaderas no es algo nuevo, eso sí, nunca habíamos tenido en la tierra tecnología tan efectiva para diseminarla.

He podido leer todo tipo de bulos y fake news sobre las más diversas áreas y problemas de salud, desde el cáncer, la nutrición y las vacunas, hasta las que recientemente circularon (y circulan) en torno a la pandemia por Covid-19.

Así son muchas las ideas falsas sobre la enfermedad y la salud que se extienden en la población. Curiosamente, las ideas falsas parecen extenderse con más rapidez que las verdaderas, de hecho algunas investigaciones lo han demostrado. La explicación se basa en dos aspectos: las noticias falsas son más “novedosas” y buscan una respuesta emocional intensa.

La alta incidencia de bulos y fake news en las distintas áreas se hace evidente en las redes sociales. Después el paciente llega a consulta y le dice a su médico: “Yo no voy a hacer lo que usted me dice porque yo leí en Internet que…”

Fake news, Bulo, InfodemiaSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infodemia es entendida como “una cantidad excesiva de información -en algunos casos correcta, en otros no- que dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan”. La infodemia puede provocar en las personas ansiedad, depresión, agobio, agotamiento emocional e incapacidad para satisfacer necesidades importantes.

Con el fin de prevenir, detectar y responder a la información errónea y a la desinformación, la OMS ha desarrollado la infodemiología definida como “la ciencia de gestionar infodemias, es decir, la sobreabundancia de información”.

Téngase en cuenta que si la desinformación es perjudicial por sí sola, los bulos y las fake news son más peligrosos, tienden a promover hábitos poco saludables, conductas de riesgo y fomentar falsas terapias.

Sobre el tema volveremos en un próximo viaje por el universo médico y sanitario. Ahora le dejo con el “Decálogo para identificar bulos y fake news sobre salud en Internet y redes sociales”, elaborado por el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y el Instituto #SaludsinBulos.

Fake news, Bulo, Infodemia1. Sé crítico con los titulares. Asegúrate que el título corresponde con el texto de la información. Alerta ante los titulares llamativos y sensacionalistas.

2. Presta atención al formato de la información. Fíjate en las imágenes. No confíes en la calidad de la información por el diseño de la noticia. Muchas veces las apariencias engañan.

3. Revisa la fecha de publicación. La fecha de publicación debe aparecer y estar actualizada.

4. Comprueba quién es el autor. La gran mayoría de bulos son anónimos, no citan fuentes y no están firmados para evitar repercusiones legales.

5. Investiga la fuente de la información. Asegúrate de que el contenido provenga de una fuente fiable.

6. Desconfía. De las recetas caseras que lo curan todo, de la información que te quiere vender algo y de los tratamientos o medicamentos no autorizados.

7. Identifica las noticias humorísticas y no te fíes de posibles alertas. Existen diversos medios muy populares cuyas noticias son inventadas deliberadamente con intención cómica.

8. Infórmate del tipo de estudio o ensayo clínico al que se hace referencia. Se debe tener en cuenta el tipo y tamaño de la muestra utilizada, quiénes son los autores y la fecha de publicación.

9. Verifica que la información se haya publicado en otros medios. Fíjate en las informaciones de las fuentes oficiales e instituciones, así como de los profesionales sanitarios.

10. Ante la duda, no lo compartas y contrasta la información con un profesional sanitario, entidad u organismo reconocido.

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