En la sexualidad dos por dos no siempre es cuatro, y más en la actualidad cuando la vida moderna cambia en cuestión de meses, gracias al desarrollo tecnológico, pero la mentalidad sexual también ha evolucionado, aunque se siguen guardando ciertas apariencias por los rezagos de una moral rígida, y patrones establecidos por una cultura y sociedad patriarcal.
En cuestión de sexualidad y fidelidad en la pareja no hay que engañarse, porque siempre hay que pagar un precio para estar en una relación, constantemente debes renunciar a algo, por lo menos es lo que he vivido en mi experiencia, luego de dos matrimonios, y de conocer por conversaciones con mi hija, amigos, conocidos y mis alumnos universitarios por donde se mueve más fuerte el colchón.
Actualmente las vivencias, al interior de los hogares, son numerosas al existir matrimonios en los que una parte decide tener una experiencia bisexual, se establecen acuerdos para escapes sexuales, se tolera los llamados amigos con derecho a roce, y en algunas relaciones se permite una relación abierta, lo cual ha movido a la sociedad cubana a diversas costumbres sexuales que se salen de lo convencional.
Pienso que nada debe ser rígido y se sabe que en realidad las leyes se hacen para ser “violadas”, aunque soy del criterio que en materia de sexualidad se pueden escribir muchos códigos de familias y establecer normas legales, pero la práctica sexual dentro de la sociedad sigue siendo la verdad. De hecho la vida demuestra que la sociedad cambia primero y por ello se establecen nuevas leyes para ser más justo y proteger la sexualidad.
Aunque se dice que la mayoría es heterosexual en los tiempos actuales se reflejan cambios y se prefiere una heterosexualidad menos rígida. Tanto el hombre como la mujer conversan abiertamente sobre posiciones sexuales para disfrutar mejor el sexo, y aquellas parejas con mejor posición económica rehúyen de la rutina, el peor enemigo del matrimonio cubano, con escapes a hoteles en Varadero o Cayo Largo.
Otras parejas o amantes ocultos o “autorizados”, sin poder económico, optan por los momentos sexuales en la oficina, la casa de un amigo “solidario”, y existe preferencia por las habitaciones de alquiler del Reparto Peralta, por estar más alejado del área metropolitana de la ciudad de Holguín.
Los cambios por buscar una sexualidad más abierta permite actualmente que la relación funcione mejor. Y es que todas las relaciones de pareja que sobreviven a largo plazo implican que cada parte se acomode a la otra. Requieren compromiso de todos los involucrados.
También sé que las relaciones son desordenadas, que no hay ninguna igual a otra por lo tanto ninguna es perfecta. Lo que podría ser un factor decisivo para alguien, no necesariamente lo es para la otra persona, incluso siendo parte de la misma relación.
Es cierto, como en todo, que hay precios que pagar para estar con la otra persona, pero hay ciertos precios de «admisión» que no creo que nadie deba pagar. Por ejemplo, nadie debe tolerar el abuso o la violencia física o emocional.
Hay que mirar a la pareja y decidir si todo lo que lleva esa persona a la mesa, todo lo que lleva a la habitación a la hora del disfrute sexual, es suficiente para compensar las cosas que vas a dejar atrás.
En el plano de la sexualidad, se debe llegar a un terreno común, y entender qué es lo que quieres versus qué es lo que necesitas en el complicado y hermoso mundo del erotismo.
No es sentarse por sentarse, porque no hay una persona perfecta para nadie. A todos se nos dice, mientras crecemos, que hay alguien para todos, que existe la persona indicada. Y que además es tu trabajo, una vez comiences a salir para conocer en la sociedad a las futuras parejas, o navegar por internet en las aplicaciones de citas para encontrar a la persona indicada. Pero no existe una persona perfecta escondida en el mundo para nadie.
La heterosexualidad ha tomado también formas de sexualidad de otras tendencias sexuales para cambiar, evolucionar y hacerlo más gratificante en su goce, que muchos prefieren realizar como una ceremonia y huir de los llamados “palos de gallo”.
Confieso que soy muy abierto en el plano sexual y respeto todas las tendencias sexuales, por lo cual considero que paso a paso llegaremos a la tolerancia de una heterosexualidad sin patrones conservadores, que permita “una cana al aire” a la mujer como se le tolera al hombre. Eso tomará mucho esfuerzo, aunque las nuevas generaciones son más abiertas y así se reflejó recientemente en la serie juvenil Calendario, donde una novia le pide a su pareja una relación abierta.
Llegar a una heterosexualidad menos rígida no es imposible, aún cuando es complicado, pero lo cierto es que la vida actual está demostrando que es gratificante.
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