Armando Pinero Estrada
Armando dona su sangre voluntariamente, para contribuir a salvar vidas humanas. Foto: Arnaldo Vargas

Vivo en Canadá, pero Cuba soy yo y eso nadie me lo puede quitar

Aunque reside en Victoria, capital de la provincia de Columbia Británica en Canadá, Armando Pinero Estrada anda con Cuba en el corazón, la defiende y apoya en diferentes escenarios e integra un grupo de solidarios amigos, que se distingue por sus acciones, las cuales agradecemos los de esta isla bloqueada pero resuelta a continuar resistiendo, en defensa de sus conquistas.

Mucho tienen que ver con su actitud ante la vida, los valores heredados del padre, consagrado trabajador azucarero quien, junto a la madre, cuidó con esmero la salud y educación de sus tres muchachas (una fallecida) y él, menor de la prole. Ellos nacieron y crecieron escuchando los pitazos del central azucarero “Báguanos”, fundado en 1919 y renombrado López-Peña (apellidos de dos jóvenes revolucionarios, trabajadores de esa industria, asesinados por soldados de la dictadura batistiana en 1957 y 1958, respectivamente).

El nombre del central y el batey es asumido por el municipio, situado en el centro de esta provincia de Holguín y con una historia de importantes acontecimientos desde la etapa colonial, las guerras de independencia, las luchas obreras, así como la decisiva insurrección armada comandada por Fidel Castro. Esa herencia mambisa y rebelde fue asimilada tempranamente por Armando, quien estudió en la Escuela militar “Camilo Cienfuegos” y llegó hasta precadete, porque se percató de que esa no era su verdadera vocación.

“Entonces comencé a trabajar en un almacén de la Empresa Mayorista de Alimentos, me gradué como técnico medio en servicios gastronómicos y obtuve el segundo nivel en el idioma inglés. De esa manera pude ingresar a la escuela Formatur, del municipio de Rafael Freyre. Una vez vencido el curso, pasé a trabajar en los hoteles del sector turístico, donde conocí a una joven canadiense, con quien mantuve una linda relación amorosa y posteriormente nos casamos”.

Armando tenía 33 años de edad cuando viajó por primera vez a Canadá, junto a su esposa. ¿Cómo asimiló el cambio?

“Sólo fue un cambio de lugar para compartir el amor con mi esposa y crear una familia, pero en ningún momento perdí mis raíces, la vinculación con mi pueblo y mi país, porque yo no me fui, simplemente creé una familia canadiense-cubana en Victoria, una bella ciudad, cuyo nombre me recuerda siempre el resultado de tantas batallas libradas por nuestro victorioso pueblo. Es decir, como siempre, tengo la mirada puesta en Cuba, apoyo nuestra justa causa con acciones organizadas por el solidario grupo Children of Cuba Victoria-Canadá, y comparto mi tiempo entre aquella ciudad, Báguanos y Holguín”.

En la ciudad de Victoria, capital de la provincia Columbia Británica, “comparto labores con mi esposa, en una tienda, como dependiente-cajero, después de perfeccionar mi inglés, porque el nivel básico que poseía no me ayudaba mucho y allá hay que pagarlo todo”, me comentó.

Armando Pinero Estrada, Empresa Héroes del 26 de Julio
Al fondo, a la derecha, con pulóver blanco, durante una visita a la Empresa Héroes del 26 de Julio. Foto: Arnaldo Vargas
¿Cuáles fueron sus primeros pasos en el enfrentamiento a las campañas anticubanas, además del acercamiento espiritual y patriótico?

“Me chocó desde el primer momento ver cómo se tergiversa la realidad cubana, es muy sucia la propaganda anticubana que promueven los medios de comunicación canadienses, igual que los estadounidenses y más aún, los migrantes cubanos que participan en esas campañas. Considero que eso no era justo, porque los enemigos tomaban esa propaganda anticubana y la repetían una y otra vez, entonces los cubanos que dejaron todo atrás y reniegan de su país, se hacían eco de ella, sin detenerse a pensar en que la mayoría de esas cosas que se difunden son mentiras”.

Con cierta irritación, Armando manifestó: “cómo una persona que nació, creció, se educó en Cuba, llegando incluso a terminar una carrera universitaria sin pagar un solo centavo, recibiendo todo gratuitamente, le da la espalda a su pueblo y le hace la guerra con esa propaganda adversa, calumniosa, infame. Eso me dolió muchísimo, razón por la cual decidí defender la verdad, recibí apoyo de otros compatriotas y me comuniqué con el grupo Amigos de Cuba”.

¿Cuándo comenzó a relacionarse con la Red Argots?

“Mi lucha a favor de Cuba, mi amado país, comenzó en las redes sociales. Entonces el compañero Marcos, quien atiende esa red desde Miami, me planteó la posibilidad de trabajar con ellos y eso hago, pues ahí difundo lo personal y realizo trabajo informático con el grupo. Es una red seria, que trabaja desde muchas partes del mundo, con numerosos seguidores.

“En todo este tiempo se me ha dado la oportunidad de conocer y compartir la labor del grupo Amigos de Cuba en Victoria, Canadá, que es muy solidario con la causa cubana, en defensa de la revolución y en apoyo a la batalla que libra nuestro pueblo contra el bloqueo estadounidense y por la salida de la base naval que ese gobierno mantiene por la fuerza en el oriental territorio de Guantánamo. Por otra parte, resulta muy contradictorio que mientras luchamos por causas tan justas, con el apoyo de personas, grupos y asociaciones en diferentes partes del mundo, haya anticubanos que hagan todo lo contrario y se sumen a quienes nos bloquean, amenazan y mienten constantemente”.

Grupo solidario de Canadá, Gibara
Con los integrantes de su grupo solidario en el monumento erigido al Comandante Camilo Cienfuegos en Gibara. Foto: Arnaldo Vargas
¿Tu relación con el Grupo Amigos de Cuba en Victoria, Canadá?

“Ellos comenzaron su apoyo a Cuba integrados a las caravanas de Pastores por la Paz. Son personas amantes de la revolución y de Fidel, al extremo que, son más cubanos de corazón, que muchos con sangre cubana. Sus gestos solidarios, altruistas, les han agenciado el amor, respeto y seguimiento de muchas personas en el mundo y ese apoyo no es solo material, sino desde el punto de vista informativo, en defensa de la verdad.

“Entonces, cuando los integrantes del grupo Amigos de Cuba en Victoria, Canadá, se percataron de que soy holguinero y defiendo a mi país hasta con los dientes, me escogieron para iniciar los contactos, relaciones y coordinaciones con la delegación del Icap en esta provincia. Entonces todo ha fluido muy bien, como ocurrió en esta visita, donde cumplimos un amplio programa de actividades, entregamos donaciones a 15 instituciones e intercambiamos con diferentes sectores de la población”.

¿Proyecciones del grupo?

“El grupo, que es de izquierda, con ideas socialistas y fidelistas, crece, incluso con jóvenes y el ejecutivo, que lo integramos ocho personas de Canadá, planifica las acciones, coordina las donaciones para los envíos a Cuba y hacemos frente a las campañas anticubanas. Las proyecciones del grupo son muy buenas y eso sucede porque, cada vez que visitan Cuba se enamoran más.

“Y tenemos claro que en Cuba hay quienes no siguen a la revolución, de ahí que la solidaridad del grupo no es para todos los cubanos, sino, para los que defienden esta causa tan digna y justa y lo dan todo por preservar su revolución, que es ejemplo para el mundo. Los cubanos agradecidos, amante de la revolución y Fidel, respetuosos de la continuidad, son los que merecen nuestra admiración, respeto y solidaridad. Eso hacemos y haremos”.

Reconoce Armando las dificultades que afronta el país y que la mayor parte de los migrantes, sobre todo jóvenes, salen en busca de mejoría económica. “No es como lo que ocurre en países de economía capitalista, neoliberal, donde también hay migraciones. Es difícil nadar contra la corriente y algunos, como el salmón, se dejan llevar por la corriente, una manera indigna de un nacido en esta tierra de tanta gloria y tanta historia.

“Yo tengo confianza en la revolución, en el pueblo cubano, en el futuro de nuestro país. Y es cierto que el bloqueo desmotiva, presiona, encarece la vida y no todos están preparados para enfrentar esa realidad y luchar contra ella desde la tierra que los vio nacer, en la que se forjaron y formaron”.

La familia

Armando tiene un hijo de 13 años, al que educa bajo los mismos principios suyos. De pequeño, junto a su bella esposa, Elisa, lo llevaban a las actividades del grupo. Le dicen Tito, porque lleva el nombre de su padre, en cuarta generación, es decir, desde el bisabuelo se ha repetido ese nombre, que todos honran con sus actos.

Armando me comentó que comparte con su hijo la historia de Báguanos, un territorio con valiosas herencias indígenas, rica tradición cañero-azucarera y luchas obreras en sus dos centrales (Báguanos y Tacajó), respaldo total a las guerras de independencia de 1868 y 1895, así como a la lucha insurreccional liderada por Fidel Castro. También, hijos de Báguanos combatieron en otras tierras y hoy brindan solidaridad en el campo de la salud.

Armando Pinero Estrada
Defensor de la historia de Cuba y la continuidad de la revolución. Foto: Arnaldo Vargas
Ha pasado el tiempo desde que llegaste por primera vez a Canadá. ¿Y tu relación con Cuba?

“Cuba para mí sigue siendo lo más grande. Mientras más aprendo y más cosas veo fuera de este país nuestro, más lo amo y más me acerco a él, para apoyarlo en todo cuanto esté a mi alcance. Te aseguro, con la sinceridad que me caracteriza que Cuba soy yo y eso nadie me lo puede quitar”.

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