Mambises en Cuba

Mambises alemanes

Hombres de diversos países combatieron por la independencia de Cuba, entre ellos varios alemanes. El día 14 de mayo de 1870 el jefe de una columna española que operaba en los campos de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, anotó en su diario que tuvieron un encuentro con los insurrectos(1):

“Se llegó a Cachara donde se recogieron cuatro familias y se mataron dos que huían se continuó hasta Finayagua donde se hallaba el titulado General López Molina la cual se batió quitándole la familia (Los Adams) haciéndole 12 muertos en todas dirección por donde huían desbandados por las contraguerillas de Colon y Orden, un Prusiano (2) titulado Capitán prisionero y fusilado en el acto se les quitaron 50 caballos correspondencia armas y algunas otros efectos y se pernoctó…” (3)

Posiblemente nunca sabremos el nombre de este capitán mambí alemán, ni cómo llegó a los campos de Cuba a luchar por la independencia. Mucho menos los detalles de los combates que libró, los días de pobreza material que padeció en su vida como insurrecto. Es de suponer que llevaba bastante tiempo en Cuba libre, pues había alcanzado el grado de capitán. Quizás llegó en una de las expediciones organizadas por la emigración revolucionaria cubana.

Poco importan tales detalles que son asuntos académicos y fríos para analizar la contienda. Hay otras anotaciones en la documentación militar hispana de un mexicano o un “americano” capturado y ejecutado en una operación. Son breves relámpagos en la oscuridad profunda del olvido que cubrió a estos héroes. Lo importante es este breve agradecimiento al prusiano sin nombre. No pretendemos hacer un análisis histórico de las motivaciones ni formar una tesis ni argumentar criterio alguno, simplemente rendirle tributo al capitán prusiano.

En la jurisdicción de Holguín, en 1872, un joven alemán se unió a las fuerzas libertadoras. Fue una acción espontánea y llena de generosidad que Carlos Manuel de Céspedes, en carta a la esposa fechada en Monte Oscuro, en enero de 1872, lo describe resaltando la nobleza del alemán.

“Lunes 26 (de enero de 1872) tal vez hasta ti llegue la noticia de un buque alemán llamado Pinguin, que naufragó en las costas de Holguín y voy a referirte la anécdota. Nuestros jefes supieron el siniestro y acudieron a prestas sus auxilios a los náufragos. Los trataron muy bien, ayudándoles a transportar los intereses que lograron salvar, sin querer admitirles paga alguna por su trabajo, sino únicamente algún regalillo que los extranjeros les obligaban a aceptar, viendo que de todo carecían y que a pesar de eso le prodigaban sus escasos recursos. Provistos de una certificación relativa a su desastre, fueron acompañados hasta las inmediaciones de Samá y siguieron su camino sanos y salvos. Partieron muy agradecidos y expidieron también certificado del buen manejo de nuestras gentes. Un joven prusiano, por nombre Augusto Roth, que dice haber sido Sargento y hallándose en el sitio de París determinó quedarse con nosotros y no hubo quien pudiera disuadirlo de su propósito. Tuvieron la suerte de encontrar en nuestro ejército compatriotas suyos y cubanos que saben hablar la lengua alemana.” (4)

Las costas de Holguín eran frecuentadas por buques de diversos países, pues en ella se encontraba el puerto de Gibara que pese a la guerra era centro de un importante tráfico comercial. Desde 1827 a 1858, visitan la bahía de Gibara un total de mil 526 barcos, lo que significa un promedio de 47.6 buques por año. Es decir, casi cuatro por mes. (5)

Pese a que se construyó un faro en una zona peligrosa para la navegación, que por cierto fue inaugurado el 10 de octubre de 1868, los naufragios fueron frecuentes. Entre el 23 y 24 de septiembre de 1821, por un violento huracán, en Gibara se perdieron cuatro embarcaciones. En 1841 naufragó en Punta de Mula el bergantín habanero “Dolores”.

El 9 de junio de 1847 corrió igual suerte la embarcación estadounidense “Henry Jenkins”. En 1851 se hundió el bergantín británico “Fashion”, en 1853 el pailebot “Gran Canal” a fines de 1855 la goleta danesa “Cristiana”, en 1863 naufragaba la embarcación “Paulita” y en 1878 zozobró el velero “Matilde”. Por solo mencionar algunos de estos accidentes náuticos. Igual suerte corrió el buque alemán que Céspedes llama Pinguin. No sabemos si ese era el nombre correcto o así lo entendieron los insurrectos cubanos.

La medida que tomaron los mambises de conducir a los náufragos alemanes a Sama era lógico. Este era un pequeño poblado fortificado por los españoles situado cerca de la bahía del mismo nombre en el actual municipio de Banes en la provincia de Holguín. Los mambises suponían que allí serían atendidos y se les facilitaría retornar a su país. Esto es lo que está establecido para las autoridades de un Estado donde se produce un naufragio.

Es probable que nunca sabremos qué ocurrió con ese joven alemán. Para el Ejército Libertador Cubano fue una adquisición importante pues tenía experiencia bélica. Céspedes en su nota a la esposa nos da una sorprendente información: entre los mambises se encontraban otros alemanes lo que abre una interrogante sin respuesta ¿Cuál fue el fin de ellos? ¿Quiénes eran? También es sorprendente la afirmación de que algunos insurrectos hablaban el idioma alemán. ¿Lo habían aprendido en Cuba o en Alemania? Esta información nos dice de una relación de un grupo de independentista con ese país y su cultura.

Lo cierto es que en el territorio holguinero combatieron alemanes por la independencia de Cuba como este hoy olvidado, Augusto Roth. Se les debería de recordar de alguna forma.

NOTAS

1.-Se ha respetado la ortografía y la redacción original.
2.-Natural de una región de Europa Central que actualmente forma parte de Alemania.
3.-Servicio Histórico Militar, Madrid, España, Royo 3, Ponencia del Ultramar 13, Carpeta que tiene documentación relacionada con diarios de Operaciones, Legajo 9, Armario 2, Tabla 3.
4.-Fernando Portuondo del Prado y Hortensia Pichardo Viñal, Carlos Manuel de Céspedes, escritos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982, Tomo III, pp. 103 y 104.
5.-Herminio Leyva y Aguilera, Gibara y su jurisdicción. Datos históricos y estadísticos. Taller tipográfico de Martín Bim, Gibara, l894,pp. 161/171 .

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José Miguel Abreu Cardet
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