Que una persona termine con su vida por sí misma resulta siempre impactante. Es algo que deja una fuerte conmoción en familiares, amigos y otros seres cercanos. El suicidio es la muerte causada por un acto de autolesión destinado a ser letal. Este es uno de los asuntos más graves dentro del área de la psiquiatría, a veces puede parecer inexplicable, sobre todo cuando toca de cerca. Las investigaciones señalan que la depresión es el factor de riesgo más frecuente y significativo, aunque no el único. Anualmente fallecen en el planeta alrededor de 800 mil personas por esta causa, por cada persona que se suicida hay muchas más que intentan suicidarse. Esta proporción varía según el país, la región, el sexo, la edad y el método empleado.
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La conducta suicida, como acto exclusivamente humano, ha estado presente a lo largo de la historia en todas las culturas y ha sido reflejada en todas las manifestaciones del arte, como sucede en ‘Veronika decide morir‘, una novela del escritor brasileño Paulo Coelho publicada en 1998. Cuenta la historia de una joven de 24 años que decide acabar con su vida.
Paulo Coelho es uno de los escritores más leídos del mundo, cuenta con más de 320 millones de libros vendidos en 150 países, traducidos a 88 lenguas. Es también el escritor con mayor número de seguidores en redes sociales. Alcanzó el éxito con su obra ‘El alquimista’ (1988). A pesar de las exitosas ventas de sus libros es considerado por un sector de la crítica literaria como un autor menor, algo con lo que estoy de acuerdo. No obstante algunos de sus títulos han llamado mi atención porque abordan temas de la existencia humana que son interesantes y porque se ha acercado, además, al mundo de las personas con trastornos psiquiátricos.
“El día 11 de noviembre de 1997, Veronika decidió que había – ¡Por fin! – llegado el momento de matarse. Limpió cuidadosamente su cuarto, alquilado en un convento de monjas, apagó la calefacción, se cepilló los dientes y se echó en la cama. En la mesita de noche colocó las cuatro cajas de pastillas para dormir. En vez de triturarlas y mezclarlas con agua, resolvió tomárselas una a una, ya que existe una gran distancia entre la intención y el acto, y ella quería tener la libertad de arrepentirse a medio camino. Mientras, con cada pastilla que engullía, se sentía más convencida: al cabo de cinco minutos, las cajas estaban vacías.”
Así comienza Paulo Coelho la novela ‘Veronika decide morir’ y así logra captar la atención del lector, describe minuciosamente las interioridades de una clínica psiquiátrica, sus pacientes, sus médicos, diversos trastornos mentales y sus tratamientos. Uno llega a la conclusión de que la obra alcanza verosimilitud por investigaciones realizadas por el escritor. Pero hay algo más importante: sus vivencias personales.
Sus padres pretendían que Paulo fuera ingeniero, por eso intentaron reprimir sus deseos de dedicarse a la literatura, lo que provocó una gran rebeldía en él y empezó a desobedecer las normas familiares. A los 17 años, debido a «problemas sexuales, inmadurez, rebeldía, incapacidad para adaptarse a la sociedad, irritabilidad y actitudes radicales y extremistas», fue internado en un hospital donde recibió varias sesiones de electroshock.
Poco más tarde, Paulo empieza a relacionarse con un grupo de teatro y a dedicarse al Periodismo. En aquella época el teatro no estaba bien visto en ciertos niveles sociales, por eso sus padres vuelven a internarlo. Cuando sale está más perdido y encerrado en su mundo. La familia llama a otro psiquiatra, quien hace una nueva apreciación del problema: “Paulo no está loco y no va a ser internado, recibirá unas 15 sesiones de psicoterapia”. Treinta años después de estas vivencias Paulo Coelho escribió “Veronika decide morir”.
Veronika parece tener todo lo que cualquier joven de su edad podría desear: visita los lugares de moda, sale con chicos atractivos y, sin embargo, no es feliz. Por ello la mañana del 11 de noviembre Veronika decide morir, pero no lo consigue. Tras ese intento de suicidio se entera de que le queda poco tiempo de vida.
La novela describe la historia de los intensos días en que Veronika se ve obligada a permanecer en un hospital psiquiátrico, donde descubre sentimientos que nunca antes había experimentado: odio, temor, curiosidad, amor e incluso el despertar sexual. Sus vivencias la conducen gradualmente a la revelación de que cada segundo de su existencia es una elección entre la vida y la muerte.
El libro se publicó en agosto de 1998 y rápidamente recibió excelentes críticas. En septiembre de ese mismo año su autor había recibido más de mil 200 correos electrónicos y cartas que contaban experiencias semejantes. En octubre, algunos de los temas tratados en el libro (depresión, pánico, psicosis, ansiedad) fueron discutidos en un seminario que tuvo repercusión nacional en su país.
¿Por qué Veronika decide morir si pensaba que ella era una persona completamente normal?
Su decisión de morir se debía a dos razones muy sencillas y tenía la certeza que si dejaba un papel explicativo mucha gente concordaría con ella, esto de dejar una nota o escrito es común en las personas que se suicidan.
La primera razón, todo en su vida era igual y, una vez pasada la juventud, era decadencia, la vejez comenzaba a dejar marcas irreversibles, llegaban las dolencias y los amigos se iban. En fin, continuar viviendo no conducía a nada. Al contrario, las posibilidades de sufrimiento aumentaban mucho. La segunda razón era más filosófica, leía los periódicos, veía la televisión y estaba al corriente de lo que pasaba en el mundo. Todo estaba al revés y ella no tenía modo de remediarlo, lo que le daba una sensación de inutilidad total.
‘Veronika decide morir’ nos acerca a uno de los problemas más difíciles que tiene que enfrentar un psiquiatra: la conducta suicida, que se encuentra entre las 10 primeras causas de muerte en la mayoría de los países. Ante esta situación es necesario poner en contexto el suicidio y su manejo, sobre el que nos queda mucho por aprender y al que hay que darle visibilidad, se hace imprescindible sensibilizar e informar a la población.
Te invito a leer este libro de Paulo Coelho, que también fue llevado al cine, encontrarás las razones por las cuales Veronika escapa del sanatorio Villete y decide continuar su existencia. El Dr. Igor, su psiquiatra, ponderó largamente la situación y resolvió: “No era nada grave. Ella cada día lo consideraría como un milagro, lo cual no deja de ser así, si se consideran todas las probabilidades de que sucedan cosas inesperadas en cada segundo de nuestra frágil existencia”.
Se puede llegar a esa situación (la del suicidio) por distintas razones. Mi mensaje a quienes tienen ese tipo de pensamientos es que siempre existe una salida, la primera salida a esa oscuridad es pedir ayuda, después se podrán encontrar muchas más.
Sentirte suicida no significa que estás loco, defectuoso o débil. No es un defecto de carácter. Tener pensamientos suicidas significa que tienes más dolor del que puedes enfrentar en ese momento. Ese dolor parece completamente abrumador. Incluso podrías sentir que nunca desaparecerá. Las razones de este dolor son únicas para cada uno de nosotros, y la capacidad de hacer frente al mismo difiere de una persona a otra.
Para alguien que está pensando en suicidarse puede ser difícil encontrar una salida. No es que no existan otras soluciones, es que el intenso dolor emocional puede distorsionar tanto el pensamiento que se hace más difícil verlas. Los psicólogos, psiquiatras, terapeutas, amigos o seres queridos pueden ayudar a una persona a encontrar soluciones que de otro modo podrían no ser evidentes.
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