Monumento a Omar Torrijos, La Habana, Cuba
Monumento a Omar Torrijos en la Avenida de los Presidentes en La Habana. Foto Arnaldo Vargas

A 43 años de su muerte, Omar Torrijos vive

En la Avenida de los Presidentes de la capital cubana hay un monumento dedicado a la memoria del extinto presidente panameño Omar Torrijos Herrera, fiel amigo de Cuba, quien el 31 de julio de 1981 perdió la vida en un accidente aéreo no esclarecido.

La obra, de la autoría del escultor cubano Andrés González —develada en el año 2009 por el entonces presidente del hermano país, Martín Torrijos, en dicha avenida (calle G), entre 19 y 21, del Vedado capitalino— , sintetiza la lucha del líder istmeño por la devolución del Canal de Panamá a su legítimo dueño.

Torrijos contaba con 52 años de edad cuando el avión en que viajaba explotó en pleno vuelo y se estrelló en el Cerro Marta, a unos 90 kilómetros al oeste de la ciudad de Panamá. Suceso que acaeció poco después de que Ronald Reagan asumiera la presidencia de Estados Unidos y sólo tres meses después de que el entonces presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera falleciera en circunstancias similares.

Militar de carrera y político defensor de los derechos de su pueblo, Omar Efraín Torrijos Herrera, nacido el 13 de febrero de 1929, encabezó, acompañado por otros jóvenes, un golpe militar que derrocó en 1968 al presidente Arnulfo Arias, convirtiéndose en jefe de Estado de la República de Panamá, hasta su fallecimiento.

Gracias a su perseverante exigencia Panamá logró adjudicarse el derecho a administrar el Canal, porque, a pesar del veto de Estados Unidos a una Resolución presentada en la Organización de Naciones Unidas, en 1977 tuvo lugar la histórica firma de los Acuerdos Torrijos-Carter, según los cuales, a partir del 31 de diciembre de 1999, dicho canal sería devuelto en propiedad plena e incondicional al país istmeño, como finalmente sucedió.

Omar Torrijos y Fidel Castro
Torrijos admiró a Fidel y defendió a Cuba contra las injusticias del imperio. Foto Tomada de Internet
Con razón Fidel Castro expresó que Omar Torrijos pasaría a la historia como el protagonista principal y el más esforzado combatiente en la lucha por el rescate de los derechos de su pueblo.

Torrijos demostró profunda amistad y admiración por Cuba e hizo frente a las presiones externas, restableciendo en 1974 las relaciones diplomáticas entre ambos países y dos años después, en 1976, hizo una histórica primera visita oficial a La Habana, que incluyó a Santiago de Cuba y Camagüey.

A su regreso manifestó: «Desde el triunfo de la Revolución, Cuba ha estado sometida a un incesante y cruel bloqueo, que es una verdadera vergüenza para todo el hemisferio. Los norteamericanos deben convencerse de que los cubanos son un pueblo que nunca se dejará pisotear».

Y como muestra de agradecimiento acentuó: «Estoy consciente de que hay tratado canalero porque hay Revolución cubana. Cuba ha tenido que pagar un alto precio social por toda América Latina. Si hoy podemos sentarnos a discutir de tú a tú con el gobierno norteamericano, lo debemos en gran parte a que existe una Revolución cubana. Después del triunfo en Cuba, todos los pueblos de este hemisferio somos un poco más libres».

En esas declaraciones se refirió a las presiones y propuestas del gobierno estadounidense para que rompiera o enfriara las relaciones con Cuba, afirmando seguidamente: «Nunca me prestaré a eso. Considero algo muy vergonzosa la posición de muchos gobernantes de América Latina frente a Cuba».

Dejó muy claro que, «Fidel es un gran amigo. Se ha portado muy bien conmigo. Es un hombre de firmes principios».

Antes del restablecimiento oficial de las relaciones, el 15 de marzo de 1973 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que sesionó de manera extraordinaria y por única vez en Panamá, alzó su voz para reclamar el cese del bloqueo estadounidense y del intento de imponer un mayor aislamiento a esta isla caribeña, dejando sentado que, «los bloqueos y las presiones deben avergonzar más a quien los ejerce que a quien los recibe. Cada hora de aislamiento que sufre el hermano pueblo de Cuba constituye sesenta minutos de vergüenza hemisférica».

Su apoyo a la causa cubana también fue confirmado en la Sexta Conferencia Cumbre de Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados, que tuvo lugar en La Habana del 3 al 9 de septiembre de 1979.

Cuando el 15 de agosto se celebre el aniversario 110 de la inauguración del Canal de Panamá, hay que resaltar la imagen de Torrijos y recordar que en esa portentosa obra laboraron centenares de cubanos, incluidos varios combatientes de la gesta de la guerra del 68, como el General Antonio Maceo y Grajales y su hermano José.

Y hay razones para que en Panamá también exista un busto de José Martí en el céntrico parque Belisario Porras, donde está el de Maceo, justo frente a la Embajada cubana en ese país, y cercano a una amplia avenida llamada Cuba, así como otro que honra la memoria del eminente científico Carlos J. Finlay, en la universidad de Panamá, porque gracias a sus aportes pudo controlarse la fiebre amarilla que perjudicaba a constructores del Canal.

Por eso, al pasar por la Avenida de los Presidentes, en el Vedado habanero, y apreciar las magníficas obras arquitectónicas y escultóricas que tanto llaman la atención del visitante, me detengo en los detalles que las integran, incluyendo la dedicada al General Omar Torrijos, un presidente panameño que dejó importantes huellas en la historia de su país y en las relaciones con Cuba y otros pueblos latinoamericanos.

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