En medio de un complejo contexto socioeconómico, el gobierno cubano ha establecido la protección social con la atención a las desigualdades y a las personas en situaciones de vulnerabilidad como uno de sus principales objetivos. Estos programas sociales se consideran pilares fundamentales para el desarrollo humano, la equidad y la justicia social en el país.
La vulnerabilidad no se limita únicamente al ámbito económico, sino que abarca diversas esferas sociales, culturales y educativas.
Actualmente, más de 189 mil familias y 350 mil personas son beneficiarias de los programas de asistencia social implementados por el gobierno. Estos programas abarcan una amplia gama de servicios y apoyos destinados a brindar atención y protección a quienes más lo necesitan.
Entre los programas destacados se encuentra el “Asistente Social a Domicilio”, que cuenta con 11,638 asistentes y beneficia a 13,504 personas. Este programa brinda apoyo directo en los hogares, asegurando que se atiendan adecuadamente las necesidades básicas de los beneficiarios.
Además, se ha implementado un programa de protección para madres de hijos con discapacidad severa, el cual beneficia a 3,769 mujeres. Este programa busca brindarles apoyo y recursos especializados para hacer frente a los desafíos que enfrentan en el cuidado de sus hijos.
También se han establecido programas de apoyo económico, como el pago de servicios de transporte para recibir atención médica especializada fuera del territorio de residencia, el cual ha beneficiado a 71 personas en el último mes. Asimismo, se realiza el pago del consumo eléctrico a pacientes con enfermedades crónicas para garantizar su bienestar en el hogar, beneficiando a 206 núcleos familiares.
Además de los servicios mencionados, el Gobierno cubano ha establecido programas de apoyo económico temporal, prestaciones monetarias y entrega de recursos a familias en situación de vulnerabilidad. Estos programas tienen como objetivo garantizar la subsistencia, calidad de vida y bienestar de los beneficiarios.
Sin embargo, a pesar de la existencia de estos programas, persisten desafíos significativos para abordar las manifestaciones de pobreza y desigualdad, acentuados por la crisis económica que atraviesa el país. Se requiere un enfoque integral y coordinado que promueva el desarrollo sostenible, la generación de oportunidades económicas y la mejora de los servicios básicos para superar estos desafíos y lograr una sociedad más equitativa.
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Con información de Cubadebate
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