Navidad

Más allá del origen de la Navidad

La Navidad se celebra en todo el mundo al margen de las creencias religiosas locales, nacionales o regionales.

La festividad es pagana pero con el paso del tiempo la iglesia católica adopta la fecha del 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo y así oponerse a los saturnales en honor del Dios Saturno.

Nos remitimos a la investigación de la periodista y académica, Zhema Fernández, quien nos indica que aunque la Navidad es actualmente época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, lo cierto es que su origen responde a otros factores que involucran al poderoso Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el nacimiento del niño Jesús.

Analizar ciertos fragmentos de los evangelios, y de otros documentos de aquella época, ha permitido a los historiadores exponer diferentes hipótesis sobre el nacimiento de Jesucristo, algunos lo fijan en abril o mayo, mientras que otros consideran que ocurrió en septiembre u octubre.

Aunque asociamos el origen de la Navidad a los mitos cristianos y al catolicismo, en realidad, esto es un error, al menos tal y como tenemos hoy en día aceptada la Navidad.

El origen de la Navidad no es para nada cristiano, porque la primera vez, según la historia, que podemos ubicar a las Navidades como las celebradas ahora, surgió casi dos siglos después del nacimiento de Cristo e incluso tras el nacimiento de Jesús, se seguía celebrando la Saturnalia que representaba el solsticio de invierno y honraba al dios Saturno.

De esta manera, la Navidad cristina surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol.

Más tarde, cuando la religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como unas fiestas cívicas, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media se convirtieron también en días para beber y juerga.

De hecho, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que, en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de personas importantes y no sus nacimientos.

Tampoco era aceptada en la Biblia: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios, es tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición”. (Marcos 7:9)

También era relacionado con la agricultura, pues esta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen.

El festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen creciendo, por eso mismo el planeta Saturno también toma el nombre de este Dios, pues sus anillos y el color rojo marcaban esta asociación.

En un principio, el 25 de diciembre no fue elegido para la Navidad porque fuese el nacimiento de Cristo, sino como la mejor formar de sustituir la Saturnalia, cuando el mundo eclesiástico se impuso y debía ser totalmente exterminada. La explicación más consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la iglesia cristiana en los siglos III y IV.

Entre ellas, se considera como la más determinante, la moción del Papa Julio I en 350 para establecer la navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el Papa Liberio.

Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba en nacimiento del nuevo sol.

La iglesia cristiana eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos.

El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.

Sin embargo, como afirma la propia investigadora Zhema Fernández, la verdadera historia del origen de la Navidad no debe distanciarnos de nuestras creencias personales y familiares. La esencia de estas fiestas trasciende lo histórico, y reside en lo espiritual, y está muy bien que así sea.

Con información de Cubasí

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