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La Vigorexia afecta principalmente a hombres de entre 18 y 35 años, quienes se obsesionan con su cuerpo. Foto:Tomada de Pexels

Vigorexia: la obsesión por la perfección del cuerpo

La Dismorfia Muscular, también conocida como vigorexia, fue descrita por primera vez en 1993 por el doctor Harrison Pope. Es un trastorno que cursa con una obsesión enfermiza por ganar masa muscular. Los aquejados perciben su cuerpo poco desarrollado y enclenque, por lo que acuden asiduamente al gimnasio, se observan con frecuencia al espejo y llevan un control estricto de su peso y del perímetro de sus bíceps y torso. Afecta principalmente a varones jóvenes, pero también se puede presentar en  las mujeres.

El doctor Pope y sus colaboradores exploraron los efectos secundarios del abuso  de esteroides anabolizantes en personas que utilizaban gimnasios y descubrieron que algunas de ellas mostraban comportamientos psicóticos.

Cuando la obsesión por un cuerpo admirable lleva a un hombre o a una mujer a pasar tres, cuatro, o más horas al día en el gimnasio, no hay dudas de que presenta un problema de este tipo.

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La Dismorfia Corporal es un trastorno que va en aumento y ya tiene importante incidencia en el sexo femenino. Foto: Tomada de Unsplash
¿Cómo se evidencia el trastorno?

Después de horas de hacer rutinas completas en el gimnasio, los practicantes nunca se ven lo suficientemente fornidos, encuentran defectos que le impiden tener un cuerpo perfecto y sienten la obligación de seguir ejercitándose durante más tiempo. Este afán por verse de forma “perfecta” puede llevarle a consumir esteroides anabólicos y otras sustancias que, por lo general, causan daños al organismo y ponen en peligro la vida.

El interés para investigar la Dismorfia Muscular es reciente, pero ya se le consideraba un problema por lo que ha sido motivo de investigaciones científicas, algunas de ellas consideran que la vigorexia puede tener relación con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Sus víctimas se ven compulsadas a repetir rutinas, así como a tener conductas que van más allá de su voluntad.

Estos son los síntomas principales de los individuos con vigorexia
  • Preocupación por ser débil o poco musculoso.
  • Incapacidad de ver con objetividad el propio cuerpo, lo que deriva en insatisfacción corporal.
  • Permanente autoobservación en el espejo para comprobar el tamaño de los músculos.
  • Autoestima afectada por los sentimientos negativos hacia su imagen.
  • Afán de superación física más allá de lo razonable.
  • Necesidad de romper barreras y establecer nuevos límites en la forma corporal.
  • Necesidad compulsiva de realizar ejercicio con pesas.
  • Afectación de la vida social, familiar y sentimental por el cuidado del cuerpo, el entrenamiento y la dieta.
  • Abuso de esteroides anabolizantes, suplementos alimenticios y hormonas.

El perfil de estos pacientes los define como personas poco maduras, introvertidas, con problemas de integración y seguridad, baja autoestima, que piensan que tienen poco atractivo ante el sexo opuesto debido a su aspecto físico. Son además víctimas de los medios de comunicación que difunden el modelo de hombre fuerte y atlético como prototipo de salud y éxito, lo cual puede causar una obsesión por el culto al cuerpo y una frustración en adolescentes cuya complexión no se adapte a estos cánones.

Anabolizantes, obsesión, cuerpo
Foto: Tomada de Unsplash

Si bien la vigorexia parte de ser un trastorno de salud mental estamos ante un fenómeno que repercute globalmente en la salud por los problemas que generan los anabolizantes.

Sobre el tratamiento de la dismorfia muscular

El investigador estadounidense Eric Hollander, especialista en trastornos compulsivos en la Escuela de Medicina Monte Sinaí (Nueva York), sugiere que el tratamiento con antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina puede resultar efectivo.

También se ha evidenciado que las terapias psicológicas habituales de modificación de la conducta, indicadas para obsesivos compulsivos, pueden ayudar notablemente.

Algunos especialistas han relacionado la vigorexia con el narcicismo, pero otros consideran que son dos trastornos que aunque comparten puntos comunes tienen diferentes esencias y connotaciones.

Lo cierto es que una nueva epidemia tiene lugar en nuestro mundo actual y esta comienza a alarmar a expertos de diferentes ámbitos, se trata de la moderna obsesión por la perfección del cuerpo con una sintomatología común en el deseo de una imagen corporal perfecta.

No es raro observar cómo se establecen unos cánones estéticos como símbolo de triunfo social, más allá de cualquier otra cualidad personal, pudiendo llevar a consecuencias graves e irreversibles para muchos de los sujetos que se ven envueltos en tales mecanismos de presión.

Hacer ejercicios y estar en forma no es dañino, hacerlo exageradamente y de manera obsesiva sí lo es.

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