Ejército de Cuba, transporte, combustible, Holguín
El jefe de la Fuerza Aérea del Ejército dio órdenes de situar en el aeropuerto de Camagüey 25 bidones que serían trasladados a Holguín en avión. Foto: Archivo del autor

Matar y morir por un poco de petróleo: La guerra en la carretera

Hoy en mi columna dominical te comento sobre el Ejército de Cuba, nombre oficial de las fuerzas armadas de la dictadura de Fulgencio Batista, durante el desarrollo de la guerra que se efectuó, entre 1956 y 1958, comenzó a tener serios problemas con el abastecimiento de un poco de combustible. Esta situación se hizo candente luego de la derrota de la gran ofensiva contra los rebeldes (conocidos popularmente por Mau-Mau) en la Sierra Maestra.

El Ejército Rebelde creó varias columnas, que llevaron la guerra a Las Villas, las llanuras camagüeyanas y toda la provincia de Oriente. Una de las instrucciones que tenían esas tropas era impedir el transporte terrestre. Este era el medio más utilizado para abastecer de combustible los diferentes poblados y ciudades cubanas.

El Regimiento 7, de la Guardia Rural, tenía su jefatura a pocos kilómetros de la ciudad de Holguín, en la carretera central, que iba de esa ciudad a La Habana. La jurisdicción de esa unidad comprendía, desde el antiguo municipio de Victoria de las Tunas hasta el de Sagua de Tánamo en el Norte del Oriente del archipielago de Cuba.

En tiempos normales el combustible llegaba a la jurisdicción del Regimiento 7, desde la refinería de Santiago de Cuba, por la carretera central. En Holguín existían tres grandes tanques de la ESSO Standard Oil, uno de 25 000 de gas oil otro de igual capacidad de gasolina especial que, en la época, se utilizaba poco y el tercero de 106 000 galones de gasolina regular, donde se guardaba ese precioso líquido. Luego se iba distribuyendo, según los pedidos por: Tunas, Holguín, Cueto, Mayarí, Puerto Padre y otros lugares. (1)

La ofensiva rebelde en los últimos meses de 1958 cortó, por completo, el suministro de combustible. La carretera central, que unía a Holguín con Santiago de Cuba, se encontraba, prácticamente, bajo el hostigamiento de todos los frentes guerrilleros que actuaban en la provincia de Oriente. El mando del Regimiento no se convirtió en un ente pasivo del desarrollo de los acontecimientos y decidió tomar medidas para abastecerse del necesario líquido. Para complicar más la situación, tropas de la Columna 14 “Juan Manuel Márquez”, en la noche, del 2 de noviembre de 1958, incursionaron en Holguín y sabotearon las instalaciones de la ESSO Standard Oil, situadas en las afueras de la ciudad provocando un incendio. Este daño creó un problema muy serio, pues no se contaba con medios para extinguirlo.

Al día siguiente, 3 de noviembre, del Regimiento le comunican al mando superior que le informe a la dirección, en La Habana de la ESSO Standard Oil, de parte del administrador de esa empresa en Holguín que envíen por avión extinguidores, pues no se había podido controlar el incendio. (2)

La ESSO responde de inmediato; se fleta un avión con personal técnico, equipos y ejecutivos a las 13.30 horas de ese día. Del Estado Mayor le ordenan a la jefatura del Regimiento: “Interesa facilidades aterrizaje campo militar por cercanía depósitos a lo que se ha accedido”. (3) El incendio fue extinguido, pero el sistema de suministro de combustible, a gran parte del norte de la provincia de Oriente había sido seriamente afectado.

Hay un interesante testimonio sobre aquel sabotaje de uno de los empleados de la empresa, Sabas David García Batista:

“Yo era dependiente de planta de la ESSO Standard Oil en Holguín, soy el único de sus empleados vivos que queda en Cuba. Esa empresa recibía el combustible de Santiago…”

“Para la protección de los tanques existía un sereno, esa noche le tocó a Indalecio Feria, el me contó que los rebeldes entraron por la costa del río Jigüe y el trató de desaparecerse pero se quedó enganchado en la parte de debajo de una cerca de alambre de perles que rodeaba los tanques, cuando los vecinos supieron que eran rebeldes salieron de sus casas, se lo encontraron a él y tratando de desengancharlo le chivaron la columna vertebral”.

“Los rebeldes le entraron a tiros al tanque de 106 000 galones de gasolina regular, salieron los chorros y le tiraron cocteles, a los de al lado no los prendieron. Por la madrugada me fue a buscar la policía a la casa para que fuera a apagar el tanque, al otro día llegaron dos americanos y un ingeniero cubano en un avión desde La Habana, junto con los bomberos logramos apagar el fuego como a las tres de la tarde, fue posible recuperar 75 000 galones en rastras mientras se luchaba contra el fuego, los bomberos echaron tanta agua que el combustible derramado dentro del muro de contención que rodeaba el tanque corría el riesgo de desbordarse y que regara la candela por todo aquello, por eso prendimos nuevamente el combustible que quedaba dentro del tanque para que se gastara, se consumió totalmente alrededor de las nuevo o las diez de la noche”.

“Recuerdo que sobre las diez de la mañana se apareció un avión y ametralló toda la zona de la loma del Caguayo y el río Jigüe donde habían aparecido los rebeldes la noche anterior”. (4)

Los militares no se amilanaron ante esta perjuicio que le había creado el referido ataque. El 11 de diciembre 1958, el mando del Regimiento pedía el envío por mar de petróleo a Juan Claro, un embarcadero en la bahía de Puerto Padre. Lo trasladarían por medio de un oleoducto al pueblo de Puerto Padre. Desde allí pensaban transportarlo a Holguín en convoyes protegidos. (5) Pero esta medida fracasó. Era demasiado riesgoso atravesar esa zona, bajo el hostigamiento de las fuerzas guerrilleras, con gigantescas pipas de combustible, que podían convertir los enfrentamientos con el enemigo en una especie de tiro al blanco. La situación con el combustible llegó a ser tan difícil que se trató de paliar la falta de este, por medio de la aviación. El 17 de diciembre, el mando batistiano pidió el suministro por vía a área a Santiago de Cuba. (6) El 23 de diciembre de 1958, se solicitaba traer gasolina por aviones desde Camagüey. La empresa Sinclair estaba dispuesta a dar ese servicio desde esa ciudad. Los militares argumentaban que: “Holguín se quedara sin agua por falta de combustible. Cada avión puede traer 1480 galones en tanques de 55 galones. Solo nos queda para mañana agua hoy suprimida para darla mañana 24”. (7)

El jefe de la Fuerza Aérea del Ejército dio órdenes de situar en el aeropuerto de Camagüey 25 bidones que serían trasladados a Holguín en avión. El puente aéreo se iniciaría el 25 de diciembre de 1958. (8) Ya fuera por tierra o por aire el suministro de combustible no cesó por completo. El ejército tuvo suficiente para mantenerse, en operaciones, hasta el final de la guerra. Este contrapunteo entre guerrilleros y militares por el combustible es una historia muy poco conocida.

Notas

1.-Ochoa Minervino Ochoa, Dolores Feria, José R. Murt Mulet, José Abreu Cardet: Misión especial de operaciones, Editado por la Sección de Investigaciones Históricas de Holguín, 1990. p. 114.
2.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24-5.1-6:5.1-1-52.
3.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24—6.1–6:5.1-1-52.
4.-Minervino Ochoa ob. cit. pp. 114 – 115.
5.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24—6.1—:6-2:-1-1-76.
6.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24—6.1—6.2.6—1—13.
7.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24—5.1—:6-1:-1- 3-15.
8.-Instituto de Historia de Cuba. Fondo: Ejército 24—5.1—:6-1: 3-1—20.

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