La fitoterapia ha demostrado eficacia en el tratamiento de enfermedades con alta prevalencia en el territorio de Holguín. En este sentido, el joven cardiólogo del hospital general universitario Vladimir Ilich Lenin, José Leandro Pérez Guerrero ha investigado el empleo de este producto natural en el tratamiento de la hipercolesterolemia, término médico que se traduce en una elevación de los niveles de colesterol en sangre.
Para cumplir con ese propósito se basó en un estudio en la población del consultorio médico número siete, del policlínico universitario Máximo Gómez Báez, en la ciudad capital provincial, donde se tomaron muestras biológicas antes y después de la prescripción de la tintura de ajo.
Según el especialista de primer grado en Cardiología, la tintura de ajo como un producto natural interviene a través de la lisina, su metabolito activo e interfiere directamente en el metabolismo lipídico. Como resultado se aprecia la reducción de estos parámetros. Luego de aplicada la tintura, el 82,86 por ciento de los pacientes redujeron a dosis mínimas su tratamiento farmacológico y se apreció cómo antes del tratamiento en el grupo experimental los valores de colesterol se encontraban elevados y luego de su empleo alcanzaron valores normales. Evidenciada así la efectividad de este producto en la reducción del colesterol en sangre.
La idea de profundizar acerca de este fitofármaco surge como parte de la línea investigativa desarrollada en la etapa estudiantil y que continuó en el postgrado, con especial atención en los padecimientos cardiovasculares, por ser la Cardiología la especialidad elegida para ejercer.
Modo de usar el fármaco
Para reducir los niveles de colesterol se indica diluir 0.5 ml de tintura de ajo en 100 ml de agua para ingerir tres cucharadas, tres veces al día en horarios cercanos a las comidas. El periodo de tiempo a utilizar varía de dos, tres a cinco meses, en dependencia de la reducción de los parámetros del colesterol o triglicéridos. Este producto se puede encontrar con una presentación de un frasco ámbar de 120 ml, con venta liberada en la red de farmacias dedicadas a comercializar derivados de la medicina natural y tradicional. El mismo es conformado en los centros provinciales de producción de fitofármacos.
En la práctica médica se han demostrado múltiples propiedades del ajo entre las que sobresalen ser protector de los pequeños vasos, antifúngico, expectorante, para tratar el asma y para la aterosclerosis. En este último padecimiento, según recoge la bibliografía médica, se le atribuye efecto protector al ajo por su capacidad de reducir el contenido de lípidos en la pared arterial, al deprimir la actividad hepática de las enzimas y al aumentar la excreción de colesterol. Lo anterior evidencia el interés que ha despertado este producto tanto en la población, como en la comunidad médica.
De ahí que el empleo de fitofármacos sea una prescripción frecuente en los diferentes niveles de atención, gracias al entrenamiento que posee el personal de salud en esta área, en aras de promover un mayor uso de esta opción terapéutica.
En la Mayor de las Antillas las enfermedades cardiovasculares se ubican como la primera causa de muerte, con similar comportamiento en territorio holguinero, al cierre del año 2022.
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