Organismos internacionales, jefes de Estado y autoridades de todo el mundo rechazan los recientes actos violentos contra la institucionalidad de Brasil, y respaldan al gobierno electo democráticamente del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó en Twitter los asaltos de este domingo a la sede del Congreso brasileño, la Corte Suprema de Justicia y el Palacio Presidencial de Planalto, en la capital brasileña, Brasilia.
La voluntad del pueblo brasileño y las instituciones democráticas deben ser respetadas, escribió el representante de Naciones Unidas, y destacó que tiene plena confianza en que así será.
Un comunicado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos consideró graves los referidos hechos, perpetrados, advirtió, por grupos neofascistas que intentan desconocer el legítimo gobierno de Lula.
El bloque regional hizo un llamado para estar alerta ante los intentos de quebrantar los principios básicos de la democracia, como lo es el respeto a la ley, a las instituciones y a los resultados electorales.
Josep Borrell, alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, expresó su consternación ante los actos extremistas y de violencia en Brasil, y confirmó su apoyo total al presidente Lula da Silva y a su gobierno.
Solidaridad
La solidaridad con el pueblo brasileño y la condena al intento golpista fueron ratificados también por los jefes de Estado de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Luis Arce; de México, Andrés Manuel López Obrador; de Colombia, Gustavo Petro; y de Argentina, Alberto Fernández.
Sobre los sucesos en Brasil, el papa Francisco alertó hoy que las crecientes polarizaciones políticas y sociales provocan el debilitamiento de la democracia, y no ayudan a resolver los problemas urgentes de los ciudadanos.
También, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en la red social Twitter calificó de inaceptable usar la violencia para atacar las instituciones democráticas.
Este domingo, cientos de extremistas, partidarios del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, asaltaron las sedes de tres poderes en ese país suramericano, en una acción terrorista que en pocas horas las autoridades lograron controlar.
Según fuentes oficiales, fueron arrestadas unas 300 personas vinculadas con los actos vandálicos, y continúan las investigaciones.
A propósito, el presidente Lula da Silva dijo: “Quienquiera que haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que se respeten las instituciones. No hay precedentes en la historia del país de lo que han hecho hoy. Por eso deben ser castigados”.
Vigilancia y protección
Afirmó que hubo falta de vigilancia y protección en la capital, y aseguró que se averiguará quiénes son los financiadores de quienes han ido a Brasilia, y todos pagarán con la fuerza de la ley.
Con el objetivo de poner fin al grave comprometimiento del orden público, el jefe de Estado brasileño decretó la intervención en el Distrito Federal (donde se encuentra Brasilia), la cual se extenderá hasta el 31 de enero.
De esta forma, el coordinador de la intervención, Ricardo García (secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia) estará subordinado al presidente de la República, y no a las normas de distrito que entren en conflicto con las medidas necesarias para la ejecución de la medida.
Lula da Silva asumió la presidencia este primero de enero, tras ganar las elecciones (en octubre de 2022) en segunda vuelta, con el 50,90 por ciento de los votos válidos, frente al candidato de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, que optaba por la reelección en el puesto.
Con información de ACN
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