Mauro Mulet
Foto: Arnaldo Vargas

A Fidel agradece Mauro su obra humana

Cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro dignificó la memoria de Carlos Manuel de Céspedes y José Martí con el histórico asalto al cuartel Moncada, el holguinero Mauro Mulet Ochoa tenía siete años de edad y seis años después, cuando triunfó la Revolución, fue que comprendió la grandeza de aquella acción militar, ejecutada por un pequeño grupo de hombres, frente a un ejército bien armado y entrenado por el gobierno de Estados Unidos.

Por la conciencia adquirida sobre las transformaciones que tendrían lugar con la victoria de enero de 1959 es que el adolescente Mauro se incorporó a la Campaña de alfabetización convocada por Fidel, con la satisfacción de poder enseñar a leer y escribir a vecinos de la comunidad rural de Cruce de Purnio, en el municipio de Holguín, donde nació.

Siguiendo la línea de Fidel pasó el segundo curso de la Escuela Nacional de Contadores Agrícolas, inaugurada en 1961, en el Instituto Técnico de Holguín (ITH), cuyos conocimientos aplicó en una dependencia del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), hasta que fue llamado al Servicio Militar Activo.

Como creció en un ambiente familiar donde el respeto y la disciplina estaban a la orden del día, el joven combatiente trabajó en el Comité militar y permaneció durante 21 años como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, desempeñándose como jefe de la sección de reclutamiento en la Región Militar y jefe de cuadros en el Estado Mayor Provincial, con el orgullo adicional del cumplimiento de una misión internacionalista en la República Popular de Angola.

A su regreso, con 41 años de edad, pasó a las filas del Ministerio del Interior, ocupando la responsabilidad de jefe de cuadros a instancia provincial, entre otras misiones, como acciones de selección y preparación militar de jóvenes en diferentes cursos, entre otras responsabilidades.

Este sencillo holguinero, que se enorgullece de sus raíces campesinas, también se desempeñó como profesor en la academia de formación policial de Mozambique (2012-2013) y como resultado de su creciente inquietud como investigador y escritor, publicó los libros, Gente de campo (Ediciones Holguín) y Misión al Sur del Paralelo 16 (premiado en la Feria del Libro Holguín-2010).

Mauro reconoce que, la rectitud e historia de su vida, responden a los valores heredados de sus padres y se enorgullece de haberlos trasmitido a sus dos hijos, titulados como ingenieros mecánicos, quienes hoy laboran en ETECSA y en la Fábrica de cerveza Bucaneros S.A.

Hoy, con 79 años de edad, Mauro no vive de recuerdos, sino que se emplea en el cumplimiento de otras encomiendas revolucionarias, en las que pone alma, corazón y vida, como confesó a la hora del conversatorio que dio lugar a este reconocimiento, tras haber ganado el primer premio de un concurso convocado por el Proyecto La Memoria que Salva, para rescatar la historia de la citada Escuela Nacional de Contadores Agrícolas, en los momentos en que se libraba la gran Campaña de Alfabetización y cuyos dos cursos aportaron cuadros muy capacitados al sistema de la agricultura y otros organismos del país.