Pepe Mujica

Pepe Mujica, 80 años desde el atril de la gloria

Pepe Mujica cumpliría este 20 de mayo 80 años, ha pasado a la gloria un ser de luz que como Martí no albergó odios ni siquiera a quienes lo sometieron a prisión en el hueco de un metro cuadrado durante 13 largos años en medio de una dictadura feroz. El miembro del grupo Tupamaro no se rindió ante los avatares que le impuso el destino.

El legado de Pepe es icónico: «La felicidad no está en el lujo, está en el amor hecho costumbre, en el mate compartido, en los amigos, lo único que no se compra es la vida», dijo, porque la filosofía es levantarse y volver a empezar, ser feliz con poco equipaje.

Llevó en si la apología de la sobriedad. Donó el 90 por ciento de su sueldo, aprobó durante su mandato como presidente de la República Oriental del Uruguay entre (2010-2015) el matrimonio igualitario, regularizó el uso de la mariguana, disminuyó la pobreza al 12 por ciento, en su gobierno creció el PBI, rechazó las comodidades del poder. Su vida estuvo siempre desde la trinchera de la sencillez.

Convertido en el oráculo de la humildad, expresó: «Moriré feliz no tengo cuentas por cobrar.  Vivir con poco, trabajar con sentido, cuidar a quien se ama, pelear por un mundo más justo en tiempos donde el consumo es religión y la ansiedad es norma».

Mujica nos enseñó que la felicidad no se compra, se construye con ternura, con lucha y sobre todo con libertad, que para él era poder discernir, establecer dicotomías con el contrario manteniendo el respeto, porque fue y es un hombre plural, incluyente, con la verdad delante y a su vera el ejemplo que arrastra multitudes.

Siempre tuvo claridad suprema de que la unidad parte de la diversidad y con eso fue consecuente. Estaba seguro de que los jóvenes continuarían la lucha por la equidad social y la pobreza.

La austeridad y lo sobrio fueron sus amuletos. No usaba trajes, ni corbatas. Cuando fue Presidente siguió viviendo en su chacra en el Rincón del Cerro, no se fue a palacio, quería sentirse feliz con poco, porque su criterio fue tácito.

Pepe Mujica, el último de la generación histórica alertó: «Nos vendieron una civilización donde el éxito es tener y no ser. Pobre es el que precisa mucho».

Amó entrañablemente a Lucía Topolansky, su esposa de 40 años y militante de lucha; a su perra de tres patas Manuela, sepultada en su chacra del Rincón del Cerro, lugar donde fue sepultado el 17 del presente mayo al lado de su mascota. «No me voy estoy llegando, me iré con el último aliento».

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No se fue, está presente en los corazones de los pobres, de los más de 70 mil que fueron a despedirlo, está en su casa junto a su esposa y compañera de lucha en eterna compañía, Señalando que la vida sigue, que hay que continuar. Luchar por la libertad, por el amor y la felicidad humana.

Desde su otra dimensión José Manuel Mujica Cordonado celebra sus 80 años. Cumplió con creces la obra de la vida.

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