Prevenir el consumo de drogas en edades vulnerables como la adolescencia y la juventud debe analizarse con un enfoque integral, multisectorial y con una participación activa, tanto del individuo, la comunidad, la familia como de la sociedad en un país donde la política es de tolerancia cero ante ese fenómeno. En este propósito el Centro Comunitario de Salud Mental Joel Nieves Casas cada mes llega con sus especialistas hasta diversas comunidades holguineras para brindar mensajes de prevención y ayuda psicológica.
Sobre este tema que revierte especial interés, la Máster en Salud Mental Comunitaria, Ariagna Ochoa Hidalgo explica que cada tercera semana del mes, cuando a nivel de país se realizan las intervenciones de prevención del tema droga, nosotros intensificamos las acciones de prevención de salud y le conferimos gran importancia de llegar a la comunidad, escuelas y a cada espacio donde se pueda abordar este tema.
En ese sentido, la también jefa de departamento del Centro Comunitario de Salud Mental refiere que “lo primero que se debe hacer es eliminar los estigmas y tabúes relacionados con las drogas, por tratarse de un tema complejo de abordar, teniendo en cuenta que nuestra cultura no se caracterizaba por este proceso de crecimiento tan grande del consumo y no está preparada para enfrentar un consumo, no está segura sobre qué hacer ante un hecho de este tipo, ni cuenta con los mecanismos de defensa y prevención que eviten que cada joven llegue a ese consumo”.
A la hora de actuar en consecuencia al enfrentamiento de drogas hay que identificar los factores de riesgo relacionados con el consumo. Entre los individuales se encuentran las bajas autoestima y tolerancia a las frustraciones y pocos mecanismos para el enfrentamiento a los problemas de la vida cotidiana.
Entre los escolares sobresalen disminución del rendimiento académico, desmotivación escolar, sobrexigencia, falta de control, problemas de conducta o alteraciones en el comportamiento. La deserción laboral y escolar es otro principio a tomar en cuenta. Ya visto desde el ámbito comunitario pueden incidir la escasez de espacios de esparcimiento y recreación.
Esto puede llevar a encender un bombillo rojo y ponernos sobre aviso de que el adolescente o joven pueden estar consumiendo. De ahí la importancia de la labor preventiva comunitaria, en opinión de la también Coordinadora del Programa de Salud Mental en el municipio de Holguín, se debe sensibilizar a la población para lograr que se comprenda que se está en presencia de una enfermedad. Siempre la mejor forma de evitarla es mediante la prevención, teniendo en cuenta que el proceso de rehabilitación es complejo, doloroso, largo, no es constante, lleva mucho esfuerzo y sacrificio.
Entonces lo mejor es que los jóvenes adquieran los mecanismos de defensa para ellos voluntariamente comprender que una vida sin drogas y libre de estos consumos es mejor, concluyó.
Las adicciones se consideran una pandemia porque van en aumento a nivel mundial y Cuba no está exenta, al ser un punto vital geográficamente y estar rodeados de países que comercializan y trafican drogas. La voluntad gubernamental de prevenir el consumo de drogas está encaminada a proteger la salud y el bienestar de los jóvenes, así como a promover un desarrollo saludable y una vida plena en el futuro.
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