Para el año 2030 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo. Existen algunos planes bien estructurados para enfrentar esta situación. Sensibilizar a toda la sociedad es una prioridad, por tal razón el pasado 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio con un llamamiento para trabajar sin demora en estrategias y acciones preventivas para tal problemática también en las personas más jóvenes.
Muchas fueron las actividades realizadas globalmente con el objetivo de sensibilizar a los gobiernos, organizaciones, centros educativos y profesionales. “Cambiar la narrativa” fue la consigna de estas jornadas.
Mientras las Américas enfrentan un aumento del 17 por ciento en las muertes por suicidio desde el año 2000, la única región del mundo que registra un incremento, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó una nueva iniciativa para revertir esta tendencia. Anunciada en vísperas del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la iniciativa tiene como objetivo salvar vidas proporcionando a los países intervenciones prácticas y basadas en la evidencia.
En 2021, más de 100 mil personas en las Américas murieron por suicidio. Si bien el aumento de las tasas en América del Norte es uno de los principales factores que impulsan esta tendencia, los países del Cono Sur también muestran un crecimiento significativo, y las naciones del Caribe continúan reportando las tasas de mortalidad por suicidio más altas de la región.
Anualmente 727 mil personas se quitan la vida a nivel mundial y muchas más lo intentan. Los suicidios pueden ocurrir a cualquier edad y fueron la tercera causa más frecuente de muerte en las personas de 15 a 29 años en el mundo en 2021. Cada suicidio es una tragedia profunda que afecta a individuos, familias y comunidades. Debe tenerse en cuenta que los jóvenes se enfrentan de forma constante a desafíos estresantes que ocurren en sus propias vidas y en el mundo que les rodea.
¿Qué hace que los adolescentes intenten suicidarse?
Las investigaciones dan cuenta de que la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos ni se detectan ni se tratan. Con respecto a la carga de morbilidad entre los adolescentes, la depresión ocupa el tercer lugar. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 29 años. El uso nocivo del alcohol y de drogas ilícitas en este grupo poblacional es un gran problema en muchos países y puede generar comportamientos peligrosos. Otro problema son los trastornos alimentarios.
Etapa de cambios, conflictos del entorno y uso de nuevas tecnologías
La adolescencia es un periodo de desarrollo estresante lleno de cambios mayores: cambios corporales, cambios en pensamientos y cambios en sentimientos. Los fuertes sentimientos de estrés, confusión, miedo e incertidumbre, así como la presión para tener éxito y la capacidad de pensar sobre cosas en nuevas formas, influyen en las capacidades de un adolescente para resolver problemas y tomar decisiones.
Para algunos adolescentes, los cambios normales del desarrollo, cuando se combinan con otros eventos o cambios en sus familias, como el divorcio o mudarse a una comunidad nueva, cambios de amistades, dificultades en la escuela u otras pérdidas, pueden ser muy tristes y volverse abrumadores. Los problemas pueden parecer muy difíciles o embarazosos de superar. Quitarse la vida puede parecer una solución para algunos.
El uso cada vez mayor de las tecnologías en línea, que sin duda aporta muchos beneficios, también puede generar tensiones adicionales, pues cada vez es mayor la conexión a las redes virtuales en cualquier momento del día o la noche. También hay muchos adolescentes que viven en zonas afectadas por crisis económicas y sociales, emergencias humanitarias como conflictos, desastres naturales y epidemias, los jóvenes que viven estas situaciones son particularmente vulnerables a la angustia y las enfermedades mentales.
La prevención empieza por un mejor conocimiento
La prevención comienza por conocer y entender los signos y síntomas precoces que alertan de un trastorno. Los padres y profesores pueden contribuir a crear en los niños y adolescentes aptitudes que les ayuden a hacer frente a los retos que se encontrarán cada día en la casa, en la escuela y en todo su ambiente. En las escuelas y otros entornos comunitarios se puede prestar apoyo psicosocial, y, por supuesto, se puede mejorar y ampliar la capacitación de los profesionales de la salud en general para que puedan detectar tempranamente y tratar los trastornos mentales, y en especial la conducta suicida.
¿Cuáles son las señales de advertencia de sentimientos, pensamientos o comportamiento suicida?
Muchas de las señales de advertencia de posibles sentimientos suicidas son también síntomas de depresión. Las observaciones de los siguientes comportamientos por padres y cuidadores pueden ser útiles para identificar a adolescentes que pueden estar en riesgo de cometer suicidio:
- Cambios en hábitos de alimentación y sueño
- Pérdida de interés en actividades habituales
- Aislamiento de amigos y miembros de la familia
- Comportamientos inadecuados y escapar
- Uso de alcohol y drogas
- Descuido de la apariencia personal
- Toma de riesgos no necesarios
- Preocupación por la muerte y morir
- Incremento de quejas físicas que suele estar asociado con la angustia emocional, como dolores de estómago, dolores de cabeza y fatiga
- Pérdida de interés en la escuela o trabajo escolar
- Sensación de aburrimiento
- Dificultad para concentrarse
- Sentimientos de querer morir
- Falta de respuesta al elogio
- Mostrar planes, conductas y actitudes que ponen en evidencia la intención de acabar con su vida, que incluyen lo siguiente: Expresar verbalmente «Me quiero matar» o «Me voy a suicidar». Dar indicios verbales como «Ya voy a dejar de ser un problema» o «Si algo me sucede quiero que sepas…» Obsequiar posesiones personales y desechar pertenencias importantes. Alegrarse repentinamente después de un periodo de depresión. Escribir una o más notas suicidas.
Las amenazas de suicidio comunican desesperación y un grito pidiendo ayuda. Siempre tome muy en serio las declaraciones de sentimientos, pensamientos, comportamientos o planes suicidas. Cualquier niño o adolescente que los exprese debe ser evaluado inmediatamente por un profesional de la salud mental.
El suicidio se puede prevenir. La participación de todos los sectores sociales en programas integrados para la salud mental de los jóvenes es esencial.
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