A menudo uno escucha decir que es necesario tener un pensamiento positivo para que las cosas salgan bien, para que nuestros planes lleguen a feliz término y para alcanzar nuestros sueños y metas. La mayoría de los humanos consideran que las personas positivas sortean mejor los obstáculos con los que tropezamos en el camino de la vida, que ser positivo es un elemento fundamental para triunfar. Pero… ¿Qué significa ser una persona positiva?
Conservar una actitud positiva y confiar en nuestras posibilidades de enfrentarnos con éxito a cualquier situación o reto es fundamental para mantener el entusiasmo en todo cuanto se emprenda. Una diferencia importante entre una persona feliz y otra que se compadece de no serlo es su manera de juzgar la realidad y el mundo que le rodea. Ante situaciones similares, viviendo momentos comparables, hay quien extrae conclusiones positivas y hay quien cae en el desánimo.
Achacar unas situaciones y otras a los demás o al destino, suele ser una opción bastante cómoda, pero sobre todo una buena excusa para no trabajar a conciencia en un intento de conseguir mejorar la situación personal, económica, profesional, familiar o sentimental.
También es saludable tener claro, como persona positiva, que el futuro no depende exclusivamente de nuestra buena o mala suerte, sino de una serie de leyes mentales y mecanismos de desarrollo que pueden ayudarnos a dirigir nuestra existencia hacia el amor, el éxito y el bienestar. La clave fundamental consiste en adoptar una actitud positiva con nosotros mismos y con quienes nos rodean, ya que sólo desde la autoaceptación y la autoconfianza podremos gozar del bienestar interior que nos permita relacionarnos adecuadamente con los otros y hacer más agradable nuestro entorno.
La calidad de los pensamientos influye, en buena medida, en la calidad de vida, e indudablemente una actitud positiva ante el día puede ayudarte a disfrutar más de la vida y a alcanzar el éxito deseado. El modo habitual en que te enfrentas a los retos constantes de tu existencia no responde a un comportamiento improvisado, sino que está en función de los esquemas mentales que has heredado y de las experiencias que acumulas con el paso de los años en base a las situaciones vividas.
Todo ser humano tiene en la memoria una especie de «ventanas» a través de las cuales accede a recuerdos concretos de su pasado. Así, las ventanas de la memoria que están asociadas con los malos recuerdos pueden conducirle a juzgar con negatividad cualquier situación presente, mientras que las ventanas asociadas con los buenos recuerdos van a proporcionarle una actitud positiva. Independientemente de la circunstancia real a la que se enfrenten, en ocasiones las personas no eligen la ventana de la memoria más adecuada y, en consecuencia, no son capaces de ver las cosas tales como son, con objetividad y sin permitir que emociones desagradables como la tristeza, la ansiedad o el enojo empañen nuestra visión de los acontecimientos que vivimos.
Mirar el futuro con optimismo y fijarte metas acerca de lo que quieres conseguir es fundamental para comenzar a trabajar de un modo activo en hacer realidad tus sueños. Es evidente que no puedes empezar a trabajar para crear ese futuro ideal si no sabes exactamente qué es lo que quieres. Por eso es vital que definas objetivos e intentar que sean lo más concretos posible. Decidir exactamente lo que te gustaría realizar en el futuro no es tan sencillo como parece. Lo primero es tomarte el tiempo que sea necesario para pensar en la dirección que te gustaría que tomase tu vida. Si tienes un deseo, un sueño una ambición y no haces nada por realizarlo, llegarás al final de tu vida diciendo: «si hubiera hecho esto o aquello…».
Las personas optimistas viven 15 por ciento más que las pesimistas
Un estudio de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM) y el Centro Nacional para el Trastorno de Estrés Post Traumático del Sistema de Salud de Boston, Estados Unidos arrojó que las personas optimistas viven un 15 por ciento más en años que las pesimistas. Este rasgo de personalidad ayuda a lograr una longevidad excepcional. El estudio se realizó entre más de 60 mil personas y arrojó que las personas optimistas logran vivir incluso más de 85 años debido a tres factores principales:
1) son más perseverantes y motivadas
2) pueden regular más las emociones
3) tienen hábitos más saludables
Tras estos comentarios vuelvo a la pregunta inicial: ¿Qué significa ser una persona positiva?
Ser positivo significa tener buenas intenciones y estar dispuesto a aprender, significa que no eres poca cosa, que tienes una actitud ante la vida y ante el mundo completamente viva, despierta y activa; significa que eres capaz de amar y de hacer todo lo que sea necesario para vivir plenamente y de hacerte cargo de ti mismo, en todos los niveles y aspectos.
Ser positivo significa que puedes hacerte consciente del poder invisible de los pensamientos, que puedes darte cuenta del valor de las personas que te rodean y que puedes tratar bien a los demás, piensen lo que piensen y hagan lo que hagan.
Ser positivo significa que intentas siempre comunicarte de manera sana, sin causar daño a los demás para de esta forma no lastimar ni herir; que has renunciado a las minucias negativas y que has decidido no tomarlas en cuenta; que puedes hacer lo que te conviene, que puedes servir a la humanidad con todo tu amor y con toda tu sinceridad.
Ser positivo significa que ya no restringes la libertad de nadie, que ya no condicionas a nadie, y que te alegras de que los demás sean libres; que tienes conciencia de que eres una fuente de riqueza y vives promoviendo la abundancia, la prosperidad y la alegría sana y sincera.
Ser positivo significa que vives produciendo, creando, logrando y que no permites que nada te llene de amargura, negativismo o frustración; significa que has aprendido a dormir bien y que practicas sistemáticamente el buen pensar, que realizas ejercicios de respiración y relajación, pues cuando lo haces te conectas con tu fuente, que vives cada día en el aquí y el ahora, que no te dejas llevar por la prisa ni vives en “modo alerta” pues ello libera el cortisol conocido como la hormona del estrés y que tanto daño hace a nuestro organismo. Significa también que encuentras espacios y momentos para la contemplación y la introspección.
En fin, ser positivo significa que eres capaz de disfrutar de las cosas buenas y que te esfuerzas por mejorar constantemente.
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