En la tarde de este martes, quienes llegamos hasta la Plaza de la Revolución Calixto García Íñiguez, en la oriental provincia de Holguín, asistimos a un hecho que, aunque a los cubanos pueda parecer común por su naturaleza solidaria, es realmente extraordinario.
Dos contingentes, uno de trabajadores eléctricos y otro de constructores, partieron a emprender un viaje hacia la hermana provincia de Guantánamo para contribuir en la recuperación tras el paso del fenómeno meteorológico Oscar.
El contingente Lidio Ramón Pérez, integrado por 75 linieros y personal de apoyo logístico de la Empresa Eléctrica de Holguín, está organizado en cinco brigadas con tres carros de servicio. Los constructores, por su parte, marcharon con tres brigadas de alrededor de 20 hombres cada una, de las empresas constructoras CONAM, Empresa Constructora de Obras de Ingeniería, ECOI 17 y la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura, ECOA 19.
La brisa suave que dejó el paso de Oscar en nuestra provincia trajo consigo un aire de determinación y camaradería en los integrantes de esas brigadas, quienes tienen como principal misión la ayuda solidaria a aquellos que sufrieron con más fuerza las embestidas del huracán, después convertido en tormenta tropical.
Conscientes de su responsabilidad y del vínculo que une a los cubanos, estos hombres y mujeres no dudaron en mostrar su disposición para poner en práctica su espíritu solidario y devolver la luz en el menor tiempo posible a los damnificados.
La inigualable voz del cantautor holguinero Nadiel Mejías vibró en el corazón de todos los presentes, recordando que la verdadera fuerza de un pueblo se mide no solo por su capacidad para enfrentar desastres, sino por su voluntad de levantarse juntos.
Los rostros de los brigadistas reflejaban una mezcla de emoción y solemnidad. No es la primera vez que cumplen con este tipo de misión. Saben que la tarea no es fácil. Con ellos llevaron no solo herramientas y suministros, sino también la esperanza de reconstrucción y el mensaje de que los guantanameros no están solos.
A medida que el sol descendía en el cielo, las principales autoridades políticas y gubernamentales del territorio entregaron las banderas que enarbolan la dignidad y el decoro de estos hombres, a la vez que los abrazaron y compartieron palabras de aliento con los integrantes de las brigadas.
Los días venideros serán un testimonio del profundo sentido humanista que caracteriza a estas tierras. Con sus vehículos cargados y el corazón lleno de esperanza, los brigadistas iniciaron su camino hacia la vecina provincia.
La caravana de carros, con la Plaza de la Revolución al fondo, es el recordatorio del desafío que enfrentarán: la recuperación tras el paso del fenómeno meteorológico. Misión que no solo simboliza la ayuda material; es una muestra de amor y solidaridad.
Cada kilómetro recorrido desde Holguín hasta Guantánamo será un paso más hacia la restauración de vidas y sueños. Ellos son un faro de luz abriendo camino a la esperanza.
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