Isidora Gordon, enfermera, Holguín

Isidora Gordon Benjamín y su dedicación sin límites a la enfermería

La historia de la holguinera Isidora Gordon Benjamín está colmada de sacrificios, anécdotas y vivencias. Unas tan hondas que han dejado una huella imborrable en su corazón, otras tan hermosas que nunca olvidará. El denominador común en su vida es la enfermería, una vocación para la cual parece haber estado predestinada y que tras 55 años de completa dedicación esta septuagenaria mujer no abandona.

El haber servido durante la guerra en Angola, conocer de cerca al Comandante Fidel Castro Ruz, trabajar sin descanso al frente del gremio de enfermeras en Holguín, mantener activa la presidencia durante décadas de la Sociedad Cubana de Enfermería en el territorio son apenas algunos de los argumentos que motivaron a la diplomante de la carrera de Ciencias de la Información Nathalie Romero Pérez a que la escogiera para realizar una biobibliografía, en calidad de culminación de estudios. La reciente presentación de su historia de vida, este 18 de septiembre, trajo consigo el diálogo ameno con Gordon Benjamín.

¿Cómo asume Isidora Gordon Benjamín ser la fuente de inspiración para una historia de vida?

“Desde hace varios años diferentes personas me habían propuesto hacer mi historia de vida, quizá por un problema de cultura no lo veía como algo que debía ser, no me siento merecedora de ese privilegio. Hace algunos años decido en vez de relatar mi historia, escribir la historia de la enfermería de Holguín y me parece que con el libro voy a cumplir la petición hecha por Miguel Cano Blanco y Jorge Luis Sierra Cruz”.

En cuanto al libro de La Historia de la Enfermería en Holguín, ¿qué tiempo le ha llevado  escribirlo?

“Considero que la historia es muy importante para la formación del recurso humano nuestro. Nosotros tenemos la necesidad, además de publicar el libro, de recoger en él todos los momentos por los que ha transitado la enfermería en Holguín, las acciones, actividades realizadas dentro y fuera del país en varios momentos. Y la valía de la enfermería tiene que estar recogida. Pienso que es sumamente importante para la formación de la nueva generación.

“Desde hace más de tres años comencé a escribirlo, cada vez que tenemos la propuesta casi terminada, nos damos cuenta que aún nos faltan aspectos. Recientemente hicimos un encuentro con enfermeras jubiladas, que trabajaron en el Hospital Civil de Holguín, con una trayectoria, un historial que no podía dejar de estar en este libro, por ser fundadoras de esta profesión. Entre ellas se encuentra Magaly Aguilera, una enfermera anestesista que tiene cuatro misiones internacionalistas, combatiente internacionalista, del Ejército Rebelde.

“Al revisar el libro una se percata que es muy buen producto para la formación de recursos. Y además, este libro también viene a darle más reconocimiento público a la labor del personal de enfermería, sea hombre o mujer. Esto último muy importante porque a menudo se habla mucho del personal médico y de otro tipo de personal, pero casi siempre el personal de enfermería se relega a un segundo plano. Entonces, este libro viene a reconocer también esa labor”.

¿Cómo decide Isidora que sería enfermera?

“Vi en esta especialidad la manera de saldar mi propia deuda con la Revolución y con la familia Castro. Nací en Birán, específicamente en la comunidad Birán-Castro, mis padres, originarios de Jamaica llegan allí y le piden trabajo a Ángel Castro. Al triunfar la Revolución tuve la posibilidad de ir para La Habana a estudiar, me pusieron en la escuela Camilo Cienfuegos. Tuve que regresar por problemas familiares, atender a mi padre que había perdido la visión. Pensé que la mejor forma para saldar mi deuda era hacerme enfermera y eso hice”.

De las anécdotas vividas como enfermera, ¿hay alguna que haya marcado profesionalmente su vida?

“Una de las experiencias que recuerdo fue cuando estaba en Angola, durante la guerra, en pie de combate. Nosotros todos los días antes de salir para el frente de batalla nos mirábamos y nos contábamos para saber al final del día quiénes caían en combate. Durante mi estancia allí un día terrible salimos y nos encontramos una fosa común encendida llena de niños moribundos, quemándose. Nosotras enseguida los cogimos y empezamos a llevar los que aún estaban vivos y los escondimos donde vivíamos. Allí los curamos con lo que podíamos.

“Después al concluir la misión esos niños que habían quedado amputados querían que los trajéramos con nosotros porque muchos se quedaron solos, sin familia. ¿Cómo se iban a quedar en Angola? Y eso fue muy duro, muy triste, porque allí no había nada para atender los problemas sociales. Nos despedimos de ellos, satisfechos de que al menos estaban con vida.

“Fueron 12 niños que pudimos salvar. Allí en una fosa común. Eso me marcó. Luego de venir supe que ellos se mantuvieron atendidos por la brigada cubana que permanecía allá. Pero fue duro vivir una experiencia así y no quedarse marcado.

“Después tuve otra experiencia que fue una emboscada que nos hicieron y estaba con nosotros Silvio Rodríguez donde él salió herido y me tocó cuidarlo hasta que llegó el avión para trasladarlo”.

¿Considera que el futuro de la enfermería en Holguín está garantizado con las nuevas generaciones?

“Me he percatado de la potencialidad que tiene la enfermería en la provincia de Holguín, el personal graduado cómo se ha ido preparando, cómo ha ido elevando su nivel científico, cómo ha ido participando en investigaciones que le ha permitido lograr las categorías más altas. Y creo que sí. Nos percatamos de las potencialidades que tiene para la formación, cómo la enfermería ha logrado llegar a las familias.

“Trabajamos en un grupo de procesos como el parto respetuoso. Desde que se llega al centro de salud con su pareja, con su familia, como se acompaña hasta el momento del parto. Creo que vamos por el camino correcto, independientemente de que es conocida la situación de la salud, con la falta de un número importante de recursos, pero nosotros, el personal de enfermería, tenemos que acompañar y aportar”.

Sin dudas la enfermería llegó a la vida de Isidora Gordon Benjamín para quedarse. Esta carrera que inició como pago a lo que consideraba una deuda con la Revolución se convirtió en un gusto innato, un quehacer  disfrutado, una ayuda que brinda para ser útil a la sociedad.

Idora Gordon junto a Fidel y Raul Castro
Isidora Gordon Benjamín (al lado de Raúl Castro) durante el IV Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, en 1982. Foto: Tomada de Ahora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

6 − dos =