Zenovio y sus senderos de la cultura musical cubana

El investigador de la cultura Zenovio Hernández Pavón es un incansable estudioso de la música cubana y sus creadores. Nos acercamos al estudioso con interrogantes que generosamente aceptó responder sobre su vida y obra. Autor  de 23 libros sobre temas de la cultura cubana y particularmente sobre su patrimonio sonoro. Entre ellos varios dedicados a biografías de ilustres figuras como Miguel Matamoros, Elena Burque, Barbarito Diez, Ñico Saquito y Fautino Oramas, el Guayabero‚ además de un diccionario sobre compositores cubanos‚ que ha sido un libro muy valorado por la crítica y los creadores de la música cubana por sus aportes.

¿Dónde nació, en qué fecha y lugar?

“Nací en Tacámara, barrio rural de Báguano, el ocho de julio de 1959, lugar en el que aún viven numerosos descendientes de mi abuelo paterno Juanito Hernández. Del lugar no recuerdo nada, pues a los cinco años nos mudamos a Cueto, poco más de un año después a San Germán hasta que en 1968 nos establecimos en Holguín”.

¿Quiénes son sus padres?

“Tengo aún la suerte de tenerlos muy cerca. Zenovio Hernández Rodríguez, chofer de la antigua ANCHAR que con 90 años, todavía está atento al funcionamiento de sus también longevos vehículos, y Ofelia Pavón Ávila, con 83 años y ama y señora de las casas de sus hijos”.

¿Y dónde estudió?

“Concluí la enseñanza primaria en la escuela Eradio Domínguez, del Reparto Luz. Luego estuve poco más de un año recogiendo tabaco en Sandino, Guane, Pinar del Río. Al retornar a Holguín me matriculé en la José Mercerón, secundaria rural de Cabezuela, San Andrés, lugar donde influyó mucho no solo el amor que siento por los libros sino la investigación de dos profesores y promotores de la cultura tan queridos como Joaquín Osorio y Armando Cuba. Posteriormente me gradué de Agronomía en un tecnológico de Camagüey y comencé a trabajar en el Palacio de Pioneros. Finalmente me gradué, ya mayorcito, en la filial holguinera del Instituto Superior de Arte (ISA) en dirección de Cine, Radio y Televisión, gracias a que desde los años 80, del pasado siglo XX, comencé a colaborar con los medios de difusión”.

¿Cómo se inició en los estudios de música?

-Nunca he realizado estudios de música. Apenas cursos elementales de apreciación e historia, sobre todo en la etapa de esplendor del Círculo de Amigos de la Música de Concierto y, más recientemente, en cursos del Gabinete de Patrimonio Musical de La Habana.

¿Qué labor ha realizado en la radio?

“Desde inicios de la década de 1980 comencé a colaborar en Radio Angulo, sobre todo a partir de la fundación en 1986 de Comentando, espacio de particular trascendencia en el que Isabel García Granados, una de mis madres espirituales —junto con Carmen Mora de la Cruz—, me creó una sección semanal. En 1989 iniciamos Todo en la música, programa con el que obtuvimos varios Premios de la Ciudad y en los Festivales Nacionales.

“Después me propusieron realizar 58 en Rock, espacio que recuerdo con mucho cariño, el cual rompió lanzas contra la estulticia y la intolerancia hacia este género musical. En el 2006 Jaime Yohan me propuso pasar a Radio Holguín, emisora en la que desde entonces realizo, junto a Eduardo Alonso, “De vuelta al acetato”, programa que promueve fundamentalmente la música cubana en su periodo de mayor repercusión internacional”.

¿Para su labor intelectual qué significó trabajar en la radio?

“Trabajar en la radio fue una gran pasión. Al inicio creo que no aspiraba a más. Un buen día el sonidista Róger Martínez me sugirió que preparara un libro sobre el teatro lírico Rodrigo Prats, una institución que prestigia a Holguín y que desde 1962 ha escenificado muchas de las zarzuelas y obras del teatro musical cubano e internacional. Con sus integrantes había realizado varios programas laureados en los festivales nacionales de la radio y con esos testimonios y programas realizados escribí el libro Del sueño a la esperanza, Premio de la Ciudad en testimonio en 1994. Fue una suerte que la editora resultara Lourdes González, pues con ella aprendí muchas cosas.

“En buena medida‚ por la radio han surgido casi todos mis libros. Para realizar los guiones, me fue imprescindible leer mucho, tuve que armar ficheros, sacar a la luz figuras olvidadas, en fin‚ investigar con cierta profundidad. Así surgió el reto de hacer una historia, o al menos un panorama histórico de la música en la provincia de Holguín. La radio sigue significando mucho aún, por ejemplo, de la remuneración que de ella recibo es que he pagado los viajes, materiales de trabajo, impresión de copias para concursos, etc”.

¿Y sobre su labor en televisión?

“Desde la década de 1980 colaboré con Tele Cristal realizando comentarios para diferentes espacios, entre los más recientes está Holguín en la memoria, Visor por dentro y A buen tiempo. También he sido guionista de programas musicales e históricos, así como de documentales de directores como Iris Bonillo y Mayra Aguilera, entre ellos recuerdo el dedicado a Mérido Gutiérrez que fuera laureado con el Premio de la Ciudad”.

¿Pudiera hablarnos de sus investigaciones?

“Al graduarme del ISA en el año 2000‚ me concedieron una plaza de investigador profesional en el Centro Provincial del Libro, aunque ya para entonces había publicado dos libros y numerosos trabajos en publicaciones periódicas como Ámbito. En el 2005 decidí pasar al Centro de la música, ya que es esa manifestación cultural la que más me interesa abordar, esta es la isla de la música y lamentablemente son muy pocos quienes la investigan con rigor, aunque no desdeño incursionar en otros temas.

“Del fruto de esas investigaciones han surgido libros como La Música en Holguín, La cancionística en Holguín, Orquesta Avilés: centenaria y mambisa, A Puerto Padre me voy… Tuneros en la música cubana, Siete músicos manzanilleros y El Guayabero, Rey del doble sentido, que acaba de publicarse por la editorial Oriente de Santiago de Cuba”.

¿Cómo se le ocurrió la idea de hacer un diccionario sobre compositores cubanos?

“En los medios de difusión siempre se insiste más en los intérpretes que en los creadores. Al margen de lo que los cantantes puedan aportar en el prestigio de una obra, es una gran injusticia y una muestra de ignorancia, por lo que he terminado por hacer mayor énfasis en mis programas radiales en los aportes de los compositores y autores musicales. Los oyentes de mis programas disfrutan muchas veces de obras que conocen pero aprenden de la vida y obra de sus creadores, de la que generalmente saben menos.

“Empecé a realizar el diccionario en pleno Período Especial, así que puedes imaginar cuántas dificultades tuve que enfrentar para revisar cientos de publicaciones en la Biblioteca Nacional José Martí, en el Instituto de Literatura y Lingüística y en otras muchas instituciones de todas las provincias. Lo registré en el CENDA en el 2005, a una editorial le interesó, pero hasta ahora no me han comunicado su inclusión en ningún plan anual, por lo que estoy buscando a alguien que se interese por su publicación en cualquier variante”.

¿Cómo está estructurado el diccionario?

“Compositores cubanos: Diccionario Biográfico Musical: Compositores cubanos: 1902−2022 (2023) de la editorial UnosOtrosEdiciones, como se titula el libro, está organizado alfabéticamente por los apellidos de los compositores incluidos, los cuales superan la cifra de mil, en algunos casos se incluyen fotos. Como es muy extenso, cerca de mil cuartillas, he decido trabajar esas y otras figuras por provincias. Ya publiqué A Puerto Padre me voy…Tuneros en la música cubana, junto a otros investigadores, y ya he terminado cinco volúmenes similares que les estoy proponiendo a las respectivas editoriales de esas provincias”.

Y en cuanto a tu labor como promotor cultural‚ ¿qué puedes decirme?

“Desde que dirigía la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en la secundaria, comencé a imitar a Joaquín Osorio realizando concursos y conversatorios. Luego en los Círculos de Amigos de la Música y Amigos del Libro esas actividades las hacía junto a él, Carmen Mora, Lalita Curbelo y otros promotores y escritores. En aquellos años 80 no había pago por Resolución 35, pero íbamos a las Ferias del Libro en la Montaña a lugares maravillosos, también a las Semanas de Cultura en muchos lugares e incluso a eventos nacionales e internacionales como un intercambio de instituciones culturales en Matanzas o aquellas primeras Fiestas de la Cultura Iberoamericana, en que preparaba charlas sobre la música en los distintos países de esta región.

“Después fui de los iniciadores de las peñas culturales y aún mantengo dos mensuales en la librería Villena-Botev y en la Biblioteca Provincial de Holguín. También organizo el Encuentro Provincial de Investigadores de la Música con el apoyo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos (Uneac) y el Centro de la Música, con algunos de los asistentes ya he concluido varios libros”.

¿Cómo se desarrollan sus peñas?

“En las peñas trato de que siempre se interactúe con el público, trabajo mi efemérides cultural en el que sobresalen los aniversarios redondos. Hago hincapié, por ejemplo, en los centenarios de músicos y artistas, también destaco los que cumplen 70 e ingresan al imaginario club de los septuagenarios. Suelo hacer un concurso de conocimiento o al menos la pregunta del día y al ganador le obsequio un libro, una revista o disco, con el ruego de que se lo presten a sus compañeros, pues con sistematicidad trabajo para integrantes de las casas de abuelos de la ciudad de Holguín. Cuando me acompañan músicos o poetas les pido también que dialoguen, que haya comunicación y nunca un discurso largo y frío, por mucho conocimiento que atesore”.

¿Qué premios ha ganado en eventos y concursos?

“Ya no participó como antes en eventos y concursos. Tengo un abultado archivo que quiero trabajar. Me gusta mucho incorporar a otros a mis proyectos, tiene varias ventajas como asumir varias investigaciones a la vez y compartir muchas cosas con la gente, enseñar y aprender. Siempre se está aprendiendo.

“En radio gané cinco Premios de la Ciudad y como antes solo daban un Baibrama, esas estatuillas las regalé a miembros de los equipos que trabajaron conmigo. Sin ellos no hubiera sido laureado. En radio también he recibido otros muchos estímulos en el Caracol de Santiago, en los Festivales Nacionales y en la Convención Internacional de La Habana.

“Por libros que escribí en solitario o‚ con otros colegas‚ gané tres Premio de la Ciudad en los géneros de Testimonio (1994), Ensayo (1998) e Historia (2011). También gané el Regino Boti en Guantánamo, el Memoria del Centro Pablo de la Torriente, en La Habana, el de Romerías de Mayo, así como en Fórum de Ciencia y Técnica y eventos teóricos.

“También agradezco que me hayan concedido el Corazón de Oro del Festival Arañando la Nostalgia, las distinciones Beby Urbino y la de Hijo Ilustre de la Ciudad, entre otros reconocimientos”.

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