Cada ocho de septiembre, el pueblo cubano celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Caridad no solo en el oriental poblado de El Cobre, entre montañas santiagueras que otrora fueron yacimientos mineros, sino que en cada rincón de la Isla y allende los mares, donde esté un hijo de esta Patria, la Cachita recibe flores, velas y oraciones.
La Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen fue hallada en las aguas de la holguinera Bahía de Nipe a principios del siglo XVII por tres esclavos y luego trasladada al poblado de Barajagua, fue nombrada solemnemente Patrona de Cuba por el Papa Benedicto XV en el año 1916, respondiendo a una aspiración del “alma cubana”, según se puede apreciar en la carta que los veteranos del Ejército Libertador enviaron a Su Santidad.
Según refiere la Doctora en Ciencias Históricas Olga Portuondo Zúñiga, “los firmantes, que eran negros, blancos y mulatos y militaban en los partidos conservador, liberal y socialista, pasaron por sobre sus diferencias políticas a fin de limar asperezas estamentales y reminiscencias de la esclavitud acentuadas por los acontecimientos de 1912”.
Y es que esta advocación mariana está profundamente ligada a la historia nacional: durante las gestas de independencia, la Virgen sirvió como sostén espiritual ante el esfuerzo de los miembros del Ejército Libertador por alcanzar la ansiada libertad de los cubanos.
Su imagen, en pleno campo de batalla, acompañó y estrechó a los luchadores, quienes pasaron a identificarla como la Virgen Mambisa, así lo explica Emilio Bacardí y Moreau en su novela testimonial “Vía Crucis”.
Símbolo de cubanía
La Virgen del Cobre ha servido de inspiración a afamados artistas y escritores de Cuba, cuyas obras dedicadas a la Madre de la Caridad han trascendido fronteras, cruzado los mares y llegado a lugares insospechados donde se le venera y quiere; al propio tiempo, le ha iluminado los versos más sinceros a la mujer o el hombre de pueblo, el obrero, el campesino, el médico y el maestro.
Varios artistas de la plástica como Carlos Enríquez, Roberto Diago Querol, René Portocarrero, Cundo Bermúdez, Mariano Rodríguez, Amelia Peláez, Rubén Alpízar, Alicia Leal y los holguineros Kamyl Bullaudy y Cosme Proenza, son solo unos pocos de los que han pintado a la Virgen morena, a ellos se han sumado exponentes de otras expresiones de las artes visuales, como la cerámica, el grabado y la artesanía.
El maestro Cosme Proenza Almaguer, quien falleciera en septiembre de 2022, cuando asumió junto a su hija Sandra Proenza la restauración de la Iglesia Catedral de San Isidoro de Holguín, se detuvo en la renovación de la capilla de la Virgen de la Caridad y en especial, de su imagen, para devolverle a este templo católico holguinero un hermoso y visitado espacio.
Los escritores cubanos no han dejado de escribirle a María de la Caridad, entre ellos, el camagüeyano Emilio Ballagas, en su cuaderno “Nuestra Señora del Mar”:
Déjame tomar asiento
En tu preciosa canoa
Y poner al cielo proa
Navegando por el viento.
Muévame el Divino Aliento
Con su poderoso brío.
Éntrame en tu claro río
Y súbeme a los alcores
Donde ángeles ruiseñores
Abren las albas del pío.
¿Qué pie pusiste primero
En la barca temblorosa?
¿Qué huella de austera rosa
Marcó con fuego el madero?
¿Tu cuerpo tornó ligero
Lo que el peso ya vencía?
Pues parece que vacía
La ingrávida barca vuela
Dejando impoluta estela
Por donde pasa María.
¿De dónde vienes, Señora,
Con la ropa tan mojada?
¡Saliste sin ser notada
Y regresas con la aurora!
Bajo el manto seductora,
Igual que la sulamita.
Fuiste, Paloma, a la cita
Con el Celestial Esposo
Y traes del Amor Hermoso
Reflejo en la faz bendita.
A Ballagas se suma Manuel María Pérez y Ramírez:
Vuestros milagros
Todos proclaman;
No solo el Cobre
ellos alcanzan,
sino se extiende
y se dilatan,
fuera de Cuba,
hasta La Habana.
La poeta holguinera Adelaida del Mármol, en tanto, le dedicó estos versos:
Desde tu excelso trono, ornado de esplendor,
Alivias los dolores del triste que te implora.
Otros nombres que engrosan esa lista son Nicolás Guillén, Raúl Ferrer y Ángel Escobar, y más tarde Sigfredo Ariel, Arístides Vega, Luis Manuel Pérez Boitel y Sergio García Zamora.
Y si se piensa en la lírica cubana, no se pueden olvidar canciones como la que tiene por título “Imagen protectora”, cuyo autor es Sindo Garay e interpreta magistralmente Eduardo Sosa.
Imagen protectora de mi vida
Emblema de pureza y salvación
Hoy protege una vez más a quien te pide
Y lo salvas con tu santa bendición.
Eres casta y piadosa en realidad
Eres la luz que alumbra mi camino
Amparo eres de todo peregrino
Virgen sagrada de la Caridad.
La música nos remite, también, a la Misa Cubana, una composición de José María Vitier en la que intervienen Amaury Pérez, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, María Felicia Pérez y Bárbara Llanes, entre otros nombres imprescindibles del panorama musical cubano.
Y, por supuesto, “Mi veneración”, de Miguel Matamoros, esa que tarareamos tanto, sobre todo si es ocho de septiembre: “Y si vas al Cobre, quiero que me traigas, una Virgencita de la Caridad”, prueba de que la Virgen de la Caridad del Cobre es un gran símbolo de identidad nacional, que además de reunir en torno a ella a creyentes católicos, está relacionada íntimamente con la cultura e historia de nuestra Isla.
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