El Festival de Cine de Gibara (FICGibara) se desarrolla del primero al cinco de este mes en la Villa Blanca de los Cangrejos con múltiples actividades de todas la manifestaciones artísticas, pero el plato fuerte de este evento son las proyecciones cinematográficas, motivo por el cual nos acercamos a una de las obras presentadas en la cita.
Virgilio desde el gabinete azul es un documental del realizador cubano Raydel Araoz sobre el dramaturgo, narrador y poeta Virgilio Piñera; al decir de Lely Carrasco, quien tuvo a su cargo la presentación del material, este reconstruye la vida y la obra de Virgilio a partir de la representación de un Virgilio que escribe su autobiografía y cartas a los amigos en el extranjero, y desde las miradas cruzadas de un director de teatro (Carlos Celdrán), un investigador literario (David Leiva) y un gran amigo (Antón Arrufat), cuyas opiniones configuran un insólito perfil.
A Virgilio hay que regresar
Para Raydel Araoz, su director, a este documental lo puede distinguir el hecho de tratar la figura de Virgilio, a la cual hay que volver y regresar, e incluirlo dentro de los intelectuales a atender por el audiovisual.
“Es una figura importantísima para la cultura cubana. Creo que la intención de estudiar su obra, de ser un ensayo que es lo que es este documental sobre la obra de Virgilio, es uno de sus puntos principales, y tratarlo en su totalidad: el teatro, la poesía, su personalidad, son las cosas que marcan el documental. Un documental que quiere ser en sí mismo una especie de puesta teatral”.
Araoz, quien es graduado de la especialidad de Guion en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y ha dirigido varios documentales, se distingue por una obra que posee como centro de su línea de trabajo figuras importantes de la cultura cubana: Nicolás Guillén, Samuel Feijóo, Virgilio y tiene en proceso uno sobre Joel James.
“Creo que en estos cuatro documentales se puede hacer líneas del arte, de la antropología, de la pintura, del teatro, del cine, en fin, se puede hacer un mapa de la cultura cubana y cualquier público que las pueda ver todas, podrá llevarse un bosquejo de cuál ha sido la producción cubana y cómo se ha movido la cultura con sus luces, sus sombras, sus preocupaciones ese es más o menos mi proyecto en la línea de documental”, apuntó el cineasta.
Uso de la animación
“La animación marca un poco el estilo de trabajo mío dentro del documental, si se puede hablar de estilo, al menos es algo que no es tan frecuente en el panorama del cine cubano. En cada uno de mis proyectos yo he elegido una forma de animación diferente, trabajado con otros animadores y sí, creo que de alguna forma marca un poco mi trabajo”.
“Esta obra en mí deja el sabor de haber representado a Virgilio, de haber sido parte de esa teatralización que es esta puesta en escena, porque yo soy dentro del documental también un actor más; alguien que va y asiste en pantalla a esa representación y a ese montaje. Entonces yo en esta película soy uno más de los actores que salen en la película. Mi imagen está allí. Es decir está todo el equipo, de hecho participa y sale en distintos momentos. Y creo que deja eso: deja ser uno, con Virgilio”.
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