
Para una mujer rica puede que lo más importante sean sus innumerables propiedades o sus miles de millones de dólares, pero quizás, en un momento de su vida, la salud de su esposo se vea quebrantada por una penosa enfermedad, entonces se dará cuenta de que lo importante para ella es la vida de ese ser querido, porque le da amor a cambio de nada.
Esa mujer que ahora es una “pobre” próspera comprenderá que en un momento de estrés extremo cuando le tiende la mano a su esposo siente un alivio inmediato, según los estudios científicos, que han descubierto, en lo que consideran el primer estudio sobre cómo el contacto humano afecta a la respuesta neuronal a situaciones intimidatorias, el efecto tranquilizante del contacto.
Este hallazgo ha sido comprobado a través de los escáneres de zonas del cerebro profundo que participan en el registro de alertas emocionales y físicas.
El alivio que sintieron las mujeres fue bastante superior en el caso del contacto de sus maridos que cuando la mano era cogida por un extraño, y las que estaban especialmente unidas a su pareja fueron las que recibieron un mayor confort, agrega el estudio.
Esta investigación nos ayuda a explicar una de las situaciones más difíciles de las llamadas ciencias sociales: por qué los hombres y las mujeres con parejas estables gozan generalmente de más salud que los que no están.
¿Cómo se explica este descubrimiento?
Los hombres y mujeres que están unidos tienden a limitar los excesos del otro, como la bebida o el cigarro, pero no lo suficiente como para que ello explique una mejor salud en comparación con los solteros, según los mismos investigadores, porque se trata de una ciencia muy imaginativa y vanguardista, que vincula esta compleja respuesta al estrés con distintas zonas del cerebro.
Los científicos estadounidenses, que publicaron este estudio en la revista Psychological Science, afirman que reclutaron a 16 parejas clasificadas como felices en sus vidas conyugales y le hicieron un cuestionario con interrogantes sobre maneras de afrontar situaciones de intimidad e intereses mutuos, dentro de la unión consensual.
Introducidas en una máquina de resonancia magnética y conscientes de que recibirían una leve sacudida eléctrica en un tobillo de forma periódica, las mujeres sentían una perceptible aprensión, mientras las imágenes cerebrales mostraron picos de activación en regiones que participaban en la previsión del dolor, la acentuación de las manifestaciones físicas y la regulación de las emociones negativas, entre otros sistemas, pero en el momento en el que notaban la mano de su marido, la resonancia mostraba claramente que el nivel de actividad descendía en todas las áreas del cerebro que se estaban preparando para la amenaza.
La mano de un extraño también aportó cierto confort, pero en menor grado. «El efecto de este sencillo gesto de apoyo social es que el cerebro y el cuerpo no tienen que trabajar tan duramente, están menos estresados en respuesta a una situación de amenaza», afirma James A. Coan, psicólogo de la Universidad de Virginia y principal autor del estudio.
El relajarse ante una amenaza percibida no es siempre una buena idea. El sistema de alerta del cerebro, que induce la liberación de hormonas del estrés que incrementan el ritmo cardíaco y transportan sangre a los músculos, dispone a la gente a luchar o a correr para salvarse, señalan los investigadores.
Pero este sistema a menudo se torna excesivamente activo en situaciones que resultan acuciantes, pero no peligrosas para la vida, como las preocupaciones por una relación, los plazos decisivos, los problemas económicos o determinados deberes.
Un fácil acceso a un contacto afectivo en esos momentos -que puede ser en forma de abrazo, masaje o simplemente cogerse de la mano- «es algo muy positivo, muy tranquilizador», dice Coan. El contacto más reconfortante se produjo entre las «superparejas», cuyos resultados en el cuestionario matrimonial reflejaban una relación extremadamente íntima, descubrió el estudio.
La región cerebral que participa en la previsión del dolor resultó especialmente sensible a este estrecho vínculo de pareja, lo cual indica que un contacto entre una pareja unida puede mitigar la sensación de dolor físico, que está relacionada con el nivel de previsión.
Todo ello explica también por qué la retirada o la falta de un contacto afectivo pueden resultar tan sobrecogedoras.
Vale entonces resumir que no solo dentro de la pareja, sino también con los amigos, vecinos, compañeros de trabajo, se debe tener relaciones de elevado efecto, y así mantener una vida reconfortable, no sólo en comodidades materiales, sino también en un mundo lleno de afectos.
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