Rubiel Santiesteban Peña, más de tres décadas dedicadas a la vigilancia y lucha antivectorial

La celebración del Día del Trabajador de Vigilancia y Lucha Antivectorial en Holguín aconteció en medio de no pocos retos en el contexto epidemiológico para mantener el control de los vectores. A esta labor Rubiel Santiesteban Peña ha dedicado más de 30 años de su vida, un camino lleno de esfuerzo y entrega que inició a los 21 años hasta desempeñarse actualmente como subdirector provincial en este frente sanitario.

¿Cómo surge esta fecha del Día del Trabajador de Vigilancia y Lucha Antivectorial?

«Se cumplen 44 años de la conformación de la Campaña Antivectorial, fundada y liderada por Fidel Castro Ruz a partir de la gran epidemia de dengue de 1981, virus el cual nunca había circulado en el país. Había niveles altos de infestación del Aedes Aegypty, también fue introducido, lo que trajo un nivel de epidemia, con morbilidad en incremento. A partir de entonces se fue diseminando en todo el país, con 158 decesos, de ellos 101 niños.

«También han existido en otros momentos epidemias por reemergencia de la circulación de esta enfermedad que presenta cuatro serotipos. Hoy el sistema inmunológico de una persona se prepara para resistir un serotipo del dengue y luego se expone a otro que puede conducirlo hasta formas graves».

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta actualmente la Campaña Antivectorial?

«Desafortunadamente a partir de la situación económica del país hemos tenido éxodo de la fuerza de trabajo hacia otras fuentes de trabajo que le pueden ofrecer mejor salario, lo cual debilita el quehacer de la campaña y nos pone en una situación vulnerable porque no podemos visitar el ciento por ciento de las viviendas.

«Nosotros trabajamos con el enfoque de riesgo epidemiológico, a partir de los lugares que conocemos hoy que la población notifica que tiene la enfermedad desarrollamos nuestra actividad con mayor intencionalidad y concentración. La fuerza que permanece es la que más años lleva en la campaña, además contamos con trabajadores nuevos que se incorporan a esta actividad.

«Estas personas ameritan un doble reconocimiento por mantenerse en estas circunstancias porque les gusta su trabajo y saben el compromiso social que asumen, eso los hace de mayor calidad humana. Es la misión que nos toca, muy compleja por las limitantes de fuerza de trabajo y recursos. No obstante, el pueblo holguinero puede contar con nuestra fuerza que todos los días sale a hacer lo mejor posible su trabajo en función de protegerle la salud».

En ese sentido, ¿Con qué fuerza de trabajo y equipos para la fumigación  cuenta la provincia de Holguín actualmente?

«En calidad de fuerza de trabajo contamos con el 50 por ciento de los trabajadores que deberíamos tener. Eso significa que cada 10 trabajadores que deberían estar cuento solo con cinco para desarrollar las actividades de vigilancia y lucha antivectorial. Este contenido se divide en dos grupos, la vigilancia entomológica que consiste en la búsqueda de riesgos y en la lucha antivectorial para contrarrestar la población de vectores.

«Teníamos 106 equipos y se agregaron 25 basucas nuevas. Esto ha permitido que contemos con basucas en los municipios de Holguín, Calixto García, Cueto y Cacocum y en la medida que dispongamos de más se trasladarán los equipos para lograr un nivel de actividad mayor».

¿Qué recomienda a la población para contribuir a reducir los índices de infestación del mosquito?

«Siempre enfatizo en que las personas deben tratar de evitar que se formen criaderos en sus hogares. El Aedes Aegypti no se desarrolla en las nubes, sino en las viviendas, cerca de las personas, en los depósitos de agua y si contrarrestamos esa posibilidad le damos un golpe al vector. Tendríamos que tener un campañista por cada vivienda y eso no es posible. Si las personas conocen de su responsabilidad en el ámbito individual y colectivo eso permite una sostenibilidad epidemiológica. Se deben crear las condiciones en el ámbito peridomiciliario para desarrollar la vida humana y no la del vector».

Ciertamente, esta campaña nació a la par de la necesidad de erradicar al Aedes Aegypti, causante de la más grande epidemia de dengue hemorrágico reportada hasta hoy en las Américas, acción que permitió el cierre de la trasmisión de este virus en Cuba durante décadas.

Luego de 44 años el escenario epidemiológico vuelve a ser complejo con múltiples arbovirosis que inciden en la salud de la población. La misión de estos trabajadores cobra mayor importancia en la actualidad, retos como el completamiento de la fuerza de trabajo, la realización de las acciones de control de focos con calidad en las manzanas de mayor riesgo pueden reducir los índices de infestación. Se necesitan más trabajadores como Rubiel para cumplir con ese propósito impostergable.